Está todo dado para que el dólar blue y los financieros sigan subiendo, alerta economista
La falta de dólares en las reservas, la inflación elevada y el gran signo de interrogación que se abre sobre qué ocurrirá con las negociaciones entre el Gobierno y el Fondo Monetario internacional, engloba una preocupación y ausencia de previsibilidad para los expertos.
Para analizar estas cuestiones, iProfesional conversó con Pablo Repetto, director de la consultora GRA de Gabriel Rubinstein. En la misma establece sus pronósticos sobre qué puede ocurrir con todas estas cuestiones.
-En general, ¿cuál es su lectura de la situación económica que transita el país?
-Vemos una situación extremadamente precaria, con una economía que no logra salir de su situación de empantanamiento y donde el ritmo inflacionario se estacionó cómodamente en la zona del 50%. Así, existen múltiples frentes amenazantes y los responsables de tomar decisiones parecerían estar cómodos sin tomar medidas mientras el deterioro se agudiza. Esto se percibe en múltiples frentes: la situación de las reservas, la demora del acuerdo con el FMI y la situación energética, son algunos de los ejemplos que se pueden señalar.
-¿Por qué considera que ocurre esto?
-Creemos que una de las principales razones por la cual nos encontramos en este marco es la dificultad de unificar criterios en la coalición de gobierno. A esto se suma a que nunca han logrado construir confianza, y que puede ser muy difícil que suceda en adelante.
Además, la tendencia a postergar decisiones ineludibles, como son el acuerdo con el FMI, ajustes de tarifas, entre otras cuestiones, es lo que nos lleva a este escenario, donde, si bien no estalla una crisis, tampoco se logra definir un rumbo que permita avanzar. En definitiva, nos movemos en una economía realmente muy mediocre con riesgos de un empeoramiento preocupante.
-En este contexto tan confuso, ¿qué estima que puede ocurrir con el precio del dólar?
-Si bien en las últimas semanas el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial se aceleró, sigue quedando bien por debajo de la inflación corriente. Creemos que el Gobierno podría apostar, dentro del marco de un acuerdo con el FMI, a evitar una maxidevaluación (en principio) y comprometerse a mantener el tipo de cambio real, sin seguir apreciando el peso como sucedió en 2021. Pero, como el dólar libre ha estado yendo de la mano de la emisión monetaria, si el Gobierno no baja el financiamiento monetario del déficit, el dólar libre seguirá empinándose.
En este marco, una reducción de la brecha de forma sustancial sería difícil. Sin que ocurra esta diminución, creemos que será difícil acumular reservas de manera persistente. Y sin esto, seguramente, no se lograría el cumplimiento de metas de aumento de Reservas Internacionales Netas en el Banco Central, más allá de alguna mejora estacional que pueda verse al final del segundo trimestre.
-Justo mencionaba el tema de las reservas, ¿qué margen tiene el Banco Central con tan pocos dólares netos en sus arcas y sin todavía un acuerdo con el FMI?
-Las reservas netas son muy escasas. Se encontrarían ahora debajo de los u$s1.500 millones. Al momento de los pagos que se le deben hacer al FMI a fin de enero y comienzos de febrero, podrían hundirse en territorio negativo. Para evitarlo, el Banco Central está apelando a distintos mecanismos restrictivos que afectan a las importaciones. Creemos que este efecto podría ser temporario dado que, luego, la estacionalidad de la liquidación de la cosecha le empezaría a jugar a favor. Pero siempre se mantendría en una situación de reservas muy endeble.
El panorama es lo suficientemente crítico como para que el Gobierno acepte que no hay atajos. Por eso, debería tomar la decisión de acelerar el acuerdo con el FMI, y en ese contexto comprometerse a cumplir un programa consistente que permita reducir el financiamiento monetario del déficit, de modo tal de lograr bajar la emisión. Esto debería moderar la brecha, y así la acumulación de reservas dejaría de ser estacional y temporaria. Todo lo demás son parches que no consolidarían mejoras sostenibles, donde siempre se estará en zona de reservas críticas.
-La inflación sigue en niveles muy altos, ¿qué puede suceder en los próximos meses?
-Vemos poco probable que la inflación se mueva en un rango descendente respecto a los números recientes. Mientras en el segundo semestre de 2021 la inflación promedió 3,1% mensual, creemos que en el primer semestre de 2022 promediaría 3,7% al mes.
Influirían en este salto la necesidad de recomponer tarifas y la aceleración del ritmo de ajuste del tipo de cambio. También influirá la señal que dejen las primeras paritarias. A su vez, que este número mejore o empeore estará muy vinculado a lo que el Gobierno decida hacer con el acuerdo con el FMI.
-En resumen, ¿qué salidas le quedan al Gobierno para hacer y poder controlar esta situación tan compleja hasta el final de su mandato?
-Primero debería comprometerse a cumplir un programa económico bajo un acuerdo con el FMI. Esto es condición excluyente para estabilizar primero, y luego mejorar la macro. Claro, no es condición suficiente porque si a poco de empezar el acuerdo es "torpedeado" por el fuego amigo, o simplemente los compromisos no se cumplen y las metas muestran desvíos, el panorama podría ensombrecerse nuevamente con rapidez.
-¿Qué aspectos o medidas debería mantener el Gobierno?
-El problema es que no vemos rumbo alguno. Las decisiones que se toman se caracterizan por ser inconexas. De este modo, ciertas medidas que pueden ser adecuadas circunstancialmente, no están inmersas en un esquema global que permitan ser aprovechadas al máximo.
Por ejemplo, un acuerdo de precios transitorio, en el marco de un programa de estabilización macroeconómica podría ser útil. Pero un acuerdo de precios como el que se anuncia periódicamente, mientras se postergan decisiones fundamentales como el acuerdo con el FMI, tiene un efecto muy acotado y coyuntural.
-¿Qué que puede ocurrir en los próximos meses para la economía?
-La definición de lo que pueda ocurrir está relacionada con si se firma o no el acuerdo con el FMI. Si se firma un trato "hard" y se cumplen las pautas comprometidas, la economía podría empezar a salir del pantano. Aunque no vemos predisposición a la firma de un acuerdo con esas características. Creemos, más posiblemente, que se firme un acuerdo muy "light", con escasa capacidad de sacar la economía de la mediocridad en la que se viene desenvolviendo.
Pensar en que no se acordará, o que en muy poco tiempo se incumplirán los compromisos asumidos, nos pondría en un escenario donde el riesgo de crisis crecería de manera muy significativa. Es decir, apostamos al escenario mediocre, un acuerdo light con muy pocos efectos positivos, donde el marco económico general seguiría siendo muy precario, con crecimiento bajo e inflación muy alta. Dentro de este contexto, la aparición del riesgo de una sequía importante debería poner mayor presión sobre el Gobierno para dejar de procrastinar con estos temas, antes de que sea muy tarde.-