Cambia el tablero para los inversores, tras acuerdo con FMI: ¿las tasas podrán ganarle a la inflación?
Tras el anuncio del acuerdo con el FMI por parte del presidente Alberto Fernández, el ministro de Economía, Martín Guzmán, dio detalles del entendimiento.
El ministro dijo que la administración anterior acudió al FMI y que ese programa resultó un fracaso porque los indicadores económicos y sociales se deterioraron.
"Buscamos sanar el presente tan duro que la Argentina tenía y sembrar condiciones para tener futuro", comenzó y destacó que, con este acuerdo, "se pretende refinanciar la deuda sin socavar en algunas cuestiones sociales y se pueda trabajar en una economía más tranquila".
Sobre el programa monetario, Guzmán señaló que "habrá una reducción gradual de la asistencia del Banco central al Tesoro; en 2021 fue del 3,7%; en 2022 se apunta a que sea del 1%; en 2023 0,6% y en 2024 sea cercano a cero. Y converger a una situación en la que no haya más financiamiento sistemático", precisó.
"La idea es tener una estructura de tasas de interés reales positivas para tener mayor estabilidad financiera y cambiaria", aseguró.
Cambia el tablero para las inversiones
La estrategia del Gobierno, lógicamente, cambia el tablero para los ahorristas e inversores.
Aquellos ahorristas que prefieren opciones conservadoras, es decir que tienen como principal objetivo tratar de mantener el poder adquisitivo de su capital a través del tiempo sin apelar a inversiones riesgosas, suelen dividir sus preferencias entre tres opciones bien diferenciadas: plazo fijo tradicional, ajustado por UVA o algún instrumento ajustado por el tipo de cambio, que obviamente incluye al blue.
Ante la incertidumbre que suele reinar habitualmente en el mercado local, al momento de decidir siempre es interesante analizar los resultados de las encuestas que realiza el Banco Central entre consultoras, analistas y bancos, en lo que respecta a los pronósticos sobre la evolución de las tres variables clave: tasa de interés, variación del índice de precios al consumidor y tipo de cambio oficial, en su versión mayorista.
¿Qué decían los pronósticos antes del acuerdo? Pa el período comprendido entre enero y marzo, los resultados eran los siguientes:
• El índice de precios al consumidor variaría en el mismo un 11,8%, por lo que este sería el rendimiento que obtendría un plazo fijo ajustado por UVA, que tiene como base la evolución de la inflación minorista.
• Los plazos fijos tradicionales, por su parte, mostrarían un rendimiento por debajo del 10%, pese a la reciente suba de tasas dispuesto por el Banco Central, por lo que quedarían perderían en términos reales.
• El dólar mayorista treparía casi el 13%, en línea con la aceleración dispuesta por la autoridad monetaria, en su intento de recuperar parte del terreno perdido en 2021. Lo cual es una señal para quienes optan por algún bono ajustado por "dólar linked".
• Finalmente, si bien el blue no está incluido en la encuesta, este podría aumentar entre el 11,7% y el 14,6%, en función de la evolución de la brecha cambiaria, que en estos casos se estableció entre el 90% y el 100 por ciento.
Para el período comprendido entre abril y junio, el escenario era muy parecido en cuanto al escalonamiento de las variables, pues el dólar oficial avanzaría un 13,3%, seguido de cerca por la inflación minorista (plazo fijo UVA), con el 11,5% y finalmente se ubicaría la tasa de interés para los plazos fijos tradicionales, que acumularía un rendimiento efectivo de casi el 10 por ciento.
En cuanto al blue, se estimaba que su cotización podía trepar entre el 13,3% y poco más del 16%, según se mantenga o suba la brecha que lo separe con el dólar oficial.
A partir de estos datos, surgía que quien tenía la intención de renovar mensualmente un plazo fijo tradicional a lo largo de los próximos seis meses obtendría un rendimiento cercano al 20%, mientras que si optara por uno ajustado por UVA, sería de casi el 25%.
Por su parte, si la elección fuera un bono ajustado "dólar linked", treparía hasta el 28 por ciento. Con este porcentaje, quedaría algunos puntos por debajo del blue, que con una brecha del 100% cerraría el semestre con un incremento del 33 por ciento.
¿Cómo cambia el escenario de ahora en más?
A partir del anuncio efectuado por el Ministro de Economía Martín Guzmán, en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, este escenario podría sufrir una importante modificación, pues de sus propias palabras surge que se apuntará a una "estructura de tasas de interés reales positivas para fortalecer la demanda por los activos en nuestra moneda y contribuir a la estabilidad cambiaria y financiera".
De ser así, en el corto plazo el Banco Central debería introducir importantes cambios en su política monetaria, uno de sus principales ejes es precisamente la tasa de interés de referencia, lo cual debería impactar directamente en los rendimientos de las operaciones a plazo fijo.
Haciendo un ejercicio de simulación, si se toman en cuenta las estimaciones del IPC de febrero en más, que parten del 3,7% para ese mes, trepan al 4% para marzo y abril, para luego descender al 3,6% en mayo y al 3,5% en junio, la suba de las tasas nominales de interés debería ser del orden de los 8 a 12 puntos porcentuales, pues parten de un piso del 37% anual actual y deberían llegar al 49% en marzo o abril, para al menos igualar a la inflación, por lo cual dejarían de ser negativas para pasar a ser neutras.
Para que pasen a positivas, debería agregarse algún punto adicional a ese porcentaje.
Sólo con las subas que las conviertan en neutrales, las tasas efectivas anuales, que son las que permiten compararlas con la inflación, llegarían a niveles por encima del 55%, frente al 45% actual.
La pregunta que se plantean los analistas es si este objetivo será factible de ser cumplido, en particular si se tiene en cuenta el efecto que podría tener la suba en la tasa de interés que se aplica a los préstamos, ya que una suba de estas dimensiones seguramente despertará todo tipo de objeciones tanto desde la propia administración como de los sectores productivos.