"No acordar con el FMI nos puso en una condición de paria mundial"
La situación del país es compleja, y muchos analistas consideran que el 2021 se "desaprovechó" por parte del Gobierno, debido al enfoque electoralista que tuvo. Es decir, la evidencia marca que no se realizaron las diversas reformas económicas necesarias para impulsar la actividad de forma sólida.
También la sensación que ronda es que se postergó más de la cuenta la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el repago de la deuda externa, una retraso que afecta varias definiciones internas, donde se percibe la ausencia de una ruta hacia un rumbo establecido para el país.
"No acordar con el FMI nos puso en una condición de paria a nivel internacional", sentencia un informe de la consultora LCG, fundada por el economista Martín Lousteau.Por lo que proyecta que el acuerdo con el organismo "difícilmente sea ´light´".
De acuerdo a este escrito, más allá del clima pesimista que se percibe, se sostiene que Argentina tiene todavía varios aspectos positivos para resaltar respecto a otras partes del planeta.
En decir, se considera que el país "no tiene problemas tan graves" como se piensa respecto a otros sitios del mundo.
Al respecto, los economistas de LCG aclaran que Argentina tiene baja violencia respecto a sus vecinos, un PBI per cápita que todavía parece el de "un país de renta media" y una democracia lo "suficientemente sólida", respecto a su pasado.
También detalla que se puede producir los productos que demanda el mundo y que se tiene una población joven.
En cuanto a las contras, "Argentina tiene la macroeconomía desordenada que no le permite acumular capital, asignarlo eficientemente a través de mercados financieros que funcionen más o menos en forma correcta y un problema de endeudamiento alto", advierte.
En ese sentido, el informe concluye que el 2021 fue un año de una "oportunidad desaprovechada" para ordenar esa macroeconomía.
"No lucía tan difícil: dejar de retrasar las tarifas, dar previsibilidad sobre el tipo de cambio real, aprovechar el saldo positivo del balance comercial para pagar deuda (comercial) con el flujo y refinanciar pasivos. El ciclo electoral desalineó nuevamente la oportunidad", resumen desde LCG.
Y detalla: "El costo de dejar pasar oportunidades no es sólo el mal año, sino que el esfuerzo realizado en años anteriores se desaprovecha y el requerido en los años siguientes aumenta".
Un ejemplo de ello son las tarifas, que antes se habían alineado y que durante 2021 se las volvió a retrasar por los intereses electorales.
"Hecho que tiene el costo de tener que volver a transitar por ese ajuste; con el tipo de cambio sucede algo similar", subrayan desde esta consultora.
El planteo es que refinanciar la deuda con los privados, extendiendo plazos de cancelación de los compromisos, "no eludía la necesidad de ponerse a régimen para pagar en el nuevo plazo prometido. Pero con un año desaprovechado, la ganancia de la renegociación es nula".
"No acordar con el FMI nos puso en una condición de paria a nivel internacional, incluso cuando honramos nuestra deuda pagando cada vencimiento al día. De esta manera, poco pudo aprovechar el país la elevada liquidez global", resumen desde LCG.
Perspectivas para 2022
Ahora bien, todas las proyecciones llevan a dilucidar qué ocurrirá durante el próximo año, debido a que el contexto mundial puede ser más complicado para la Argentina.
"El 2022 presentará, quizás, un escenario internacional menos favorable desde lo financiero: es una fiesta que se termina, pero a la que el país nunca estuvo invitado. Sin embargo, una ralentización de la economía global producto de un ciclo financiero global más adverso, podría complicar los ingresos adicionales por términos de intercambio", advierten estos economistas.
Al mismo tiempo, aclaran que en crisis "es difícil" realizar planes porque, "o bien debe estallar la economía para que el público sólo pueda ver hacia delante, o bien hay que convencer a todos los agentes de un rumbo para luego realizar un pacto".
Pero, para los economistas, el Gobierno hizo, incluso, un intento por "empezar a la inversa".
"Primero, establecer un acuerdo de precios y salarios sin saber a dónde iba la trayectoria de cada variable, un acuerdo curioso. En esta marea de contradicciones, la política discute acerca de reelecciones y liderazgos para un 2023", critican desde LCG.
Así, considera que la forma de estabilizar la macro quedó relegada al Plan Plurianual que el ministro Guzmán prometió discutir con la oposición y el FMI.
"Por lo pronto, luego de la evaluación ex post que realizó sobre el último Stand By, el acuerdo con el FMI difícilmente sea ´light´, como se aventuró hace unos meses a partir del resultado adverso del oficialismo en las elecciones", resume la consultora.
Respecto al sector público, indica que de a poco empezó a ajustar sobre un nivel de déficit aún elevado.
Pero, afirma que incluso, con esa lenta convergencia, "no es suficiente", más allá que sea de forma gradual o de shock.
Es decir, no alcanza porque "no hay convencimiento político del rumbo a tomar".
"El país puede ajustar en 2022, pero ¿lo hará en el 2023 y en adelante? Sin esa posibilidad de dilucidar lo más básico del futuro el país, se queda estancado en la frustración de lo que tiene y no aprovecha. El problema, como ya hemos mencionado hasta el hartazgo, es político", concluyen desde LCG.
A su entender se debe ordenar lo básico que requiere la economía, como tener reglas claras de funcionamiento que sean estables a lo largo del tiempo.-