Insólito: comprar 1 dólar en la sucursal del Banco de la Nación Argentina en Uruguay cuesta más de $640

Ya se puede pensar en vacacionar en los países vecinos. El ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, aseguró que ya quedarán habilitadas nuevamente las fronteras terrestres que posee Argentina con Uruguay.

A la vez, el funcionario afirmó que, a partir del primer día de noviembre, la apertura también se aplicará a los extranjeros de "cualquier parte del mundo".

Para ello, de Pedro aseguró que se deberán cumplir con los protocolos implementados a nivel mundial. Es decir, "presentar el certificado de vacunación y un hisopado que piden las compañías aéreas y el que se pide en las fronteras".

Claro que para los argentinos se plantea el dilema respecto a si puede ser una buena excusa también para comprar, sin restricciones, dólares con los pesos.

Esto puede ser tanto para viajar en verano y utilizar las divisas allí durante las vacaciones, como también para anticiparse y viajar los primeros días de noviembre, apenas esté habilitada la medida, para poder dolarizar los ahorros en pesos, antes de las elecciones en Argentina.

La respuesta a este planteo y dudas de los argentinos es concisa: se pueden comprar dólares sin restricciones algunas en Uruguay, pero el costo que se debe convalidar es muy superior al de la plaza doméstica.

En concreto, la cotización implícita en pesos argentinos de cada billete estadounidense del otro lado de la orilla, implica pagar entre $225 a $642 por unidad.

Esto, en porcentaje, representa convalidar en Uruguay un "sobreprecio" que es entre 21% y 244% más que el valor que se puede conseguir en la plaza más costosa de la City porteña, que es el del segmento informal o dólar blue, cuyo precio acaba de igualar el récord del 2020. 

Para comprar un solo dólar al cruzar el Río de la Plata con moneda doméstica, hoy puede llegar a costar un equivalente de hasta $642, que es lo que ocurre tanto en el Banco de la República Oriental del Uruguay (BROU), que es la entidad bancaria oficial de dicho país, como también en la sucursal de Montevideo del Banco de la Nación Argentina (BNA).

Y si se analiza el precio implícito de que se consigue en las casas de cambio charrúas, ahí se acerca al valor en Argentina, debido a que se debe desembolsar el equivalente a entre $225 y $449 por cada dólar.

En bancos y casas de cambio uruguayas se requieren desde 225 hasta 642 pesos argentinos para comprar un solo dólar.

Costo más alto en Uruguay

A las claras, salir con pesos argentinos del país implica que en los estados vecinos se deberá convalidar para adquirir dólares un precio que, como mínimo, será 20% mayor al doméstico.

Las causas de este valor extra que se debe convalidar al cruzar las fronteras para canjear pesos argentinos por dólares tienen más relación a lo poco que se quiere a nuestra moneda que a aspectos de intercambio de divisas internacional.

En especial, la moneda argentina afronta décadas de devaluación en un marco donde la inflación es altísima.

En resumen, el peso pierde poder de compra de forma constante, algo que transforma a la moneda nacional en un papel poco estable y que no sirve para tenerla como resguardo de valor. Es decir, "nadie quiere a los pesos argentinos".

Además se les suman distintos motivos vinculados a las restricciones que sufre el mercado cambiario doméstico, y a los flujos de intercambio de las divisas. En especial, al escaso ingreso genuino de dólares al país.

"El principal problema es que con el cepo, el comercio del país limítrofe que recibe pesos no tiene manera de convertir esos billetes a su moneda. Eso ocurre porque el Banco Central no autorizaría la operación de canje entre esos pesos y la moneda de que se trate", detalla a iProfesional Pablo Repetto, director de la consultora GRA de Gabriel Rubinstein.

Entonces, detalla que, para aceptar pesos, el país al que se llevan los billetes nacionales tiene que valuarlos a un dólar libre que, "encima, tiene su volatilidad y sus regulaciones locales. Por lo que el comercio del exterior que lo acepte asume un riesgo de precio y también un riesgo regulatorio, por lo que prefiere no aceptarlo", completa este analista.

Es decir, aceptar pesos para los "vecinos" tiene, además, un riesgo político y económico implícito que se asume cuando se lo adquiere.

De hecho, según Repetto, la causa más importante que lleva a que no se acepten los pesos es el "riesgo regulatorio, por la discrecionalidad con la que actúa el estado argentino sobre la conversión de la moneda".

Para Gustavo Giraldez, analista financiero vinculado al sector bancario, también los países limítrofes no toman pesos argentinos por el descalce de monedas.

"El turismo era la principal fuente de salida de los pesos, y esos billetes nacionales que quedaban en el extranjero se repatriaban por medio de las ventas a los residentes del exterior que querían venir a la Argentina a vacacionar. El tema es que desde que empezó la pandemia y con las fronteras cerradas no hubo turismo extranjero, por consiguiente, los pesos se fueron totalmente aislando del exterior", grafica.

Más allá del desbalance de la cantidad de monedas y las políticas cambiarias, existe también un tema logístico, que ya de por sí encarece el precio en pesos del dólar en los países vecinos.

"El costo de la repatriación de los pesos es caro porque la logística es costosa, por volumen (cantidad de papel moneda) y por los seguros que se deben pagar, que son en dólares. Entonces, todo eso agrava un tema que es el gran volumen de pesos que, de manera representativa, tienen poco valor de cambio", agrega Giraldez.

Otro de los temas que se plantean con la reapertura de fronteras en Uruguay es que es más factible que desde las localidades cercanas del vecino país deseen venir a hacer sus compras a la Argentina, ya que "hoy es muy barato nuestro país para comprar mercaderías", concluye este experto. 

En resumidas cuentas, la devaluación constante del peso y la inflación elevada, por el momento, son motivos suficientes que llevan a que la moneda argentina no sea atractiva de "acaparar" por los otros países, debido a su permanente pérdida poder de compra.

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Algo que se refleja en el mencionado "sobrecosto" que tienen canjear pesos por dólares al cruzar las fronteras.-