Borenstein, de Econviews, espera "alguna que otra 'escaramuza' en el dólar blue o en el contado con liqui"
La economía está experimentando un rebote en la actividad, pero el cepo cambiario y la falta de dólares obligan al Gobierno a tener que realizar el demorado acuerdo con el FMI para no entrar en default.
Es decir, varios aspectos y desequilibrios llevan a plantearse varios interrogantes respecto al futuro de la Argentina para después de las elecciones.
Al respecto, iProfesional entrevistó al economista Andrés Borenstein, director asociado de Econviews, para conocer su análisis sobre dólar, inflación y política monetaria.
Este experto, que también fue economista para Sudamérica en la Embajada Británica, sentencia que "el mundo ya está cansado de la Argentina".
-¿Cuál es su análisis general sobre la situación económica actual?
-La situación económica es compleja. Se acumulan 11 años de estancamiento, inflación alta, muchas restricciones para operar de todo tipo, como cambiarias, laborales, a importaciones, entre otras. A ello le sumo los altos impuestos con mucha distorsión, en un contexto de baja credibilidad en lo institucional y un entorno complicado por la pandemia.
Espero que pasadas las elecciones, se llegue a un acuerdo con el FMI, que nos brinde una hoja de ruta más clara y se pueda recuperar la confianza. Es decir, que se empiecen a aprovechar, al menos, algunas de las oportunidades que ofrece el mundo.
-En este escenario poco alentador y de elecciones, ¿qué puede ocurrir con el dólar?
-Creo que tanto el dólar oficial como el libre estarán relativamente tranquilos. Espero que haya alguna que otra "escaramuza" en el blue o en el contado con liquidación, mientras que el oficial seguirá depreciándose por abajo de la inflación, al menos hasta noviembre. La probabilidad de tensión ahí es menor, pero en algún momento habrá que vender reservas para manejar ese flujo de demanda de divisas.
-Mencionó recién el tema de la venta de reservas, ¿considera que alcanzan hasta las elecciones de noviembre?
-Deberían alcanzar las reservas. No descarto que se pisen más las importaciones en caso que no sean suficientes. Pero, en el escenario base, alcanzan, aunque el Gobierno llegaría con "la lengua afuera" con los dólares necesarios. Siempre puede devaluar un poquito más y no será grave.
-Otro de los problemas graves que se evidencia es la inflación alta, ¿qué que puede ocurrir con esta variable?
-La inflación se va a mover en un sendero parecido al actual. Es decir, meses de alrededor de 3% y otros meses, como podría ser agosto, en un nivel más abajo. Pero entre paritarias, expectativas y algunos precios que están regulados, será difícil que descienda de eso.
-¿Qué salidas le quedan al Gobierno para controlar esta situación tan compleja hasta las elecciones?
-Hasta las elecciones no es mucho lo que puede hacer, más allá de aportar algo de confianza, sugiriendo que va a entrar a un acuerdo con el FMI. Eso lo suele decir el ministro de Economía, pero el mercado y los empresarios quisieran ver a la política más comprometida. Es decir, un acuerdo con la propia "tropa" de la política vale mucho más que la sensación de que "hacemos esto, pero no creemos en esto".
-Respecto a la necesidad de que haya un acuerdo con el FMI, ¿qué estima que puede pasar realmente y de qué depende?
-Creo que va a haber acuerdo. Es importante para las dos partes. Argentina no tiene la plata para pagar los vencimientos del 2022. Así que el margen para posponer este tema es casi nulo. Estar en atraso con el Fondo Monetario para un país del G20 que no pasó por una guerra, ni una hambruna, ni un terremoto masivo, no parece tener sentido.
Además, el mundo ya está cansado de la Argentina. No funcionaría la excusa de la pandemia, ni la "cantinela" de la herencia. Así que, en mi escenario base, tenemos un acuerdo que pasará por el Congreso y eso nos dará una idea del lugar en el que estamos parados. En resumen, creo que las cláusulas que plantea la Argentina fueron excusas para dilatar el acuerdo, sabiendo que con la soja a u$s500 había margen para estirar la definición. Ahora tendremos que jugar con las reglas del FMI y cumplir buena parte de la condicionalidad. Por otra parte, la condicionalidad del FMI, en general, puede hacer que tenga más sentido eso que las políticas actuales.
-En términos de situaciones concretas, ¿qué puede ocurrir en los próximos meses en la economía argentina?
-La economía rebotará un poco más, pero no habrá un boom. La cosa está muy trabada para que lo haya. Sin importaciones, muchos sectores no crecerán. Nosotros prevemos que la economía crecerá 7,4% este año. El arrastre a junio es 6,8%, de manera que no vemos tanto hilo en el carretel.
En resumen, poner plata en el bolsillo de la gente puede servir, pero no es garantía de reactivación. Sobre todo, cuando se financia con emisión monetaria.