Dinero regalado, pero no para Argentina: financiarse en dólares costaría 20 veces más caro que a países desarrollados
Los bonos argentinos lideran el podio de la deuda más barata (por ende que más rendimiento promete por su pésima performance desde que fuera emitida) en el mundo. A pesar de las recientes mejoras (dos días en realidad y luego de encontrar piso) con subas en torno al 2%, siguen en el fondo de la tabla y condenan al país a no tener financiamiento a pesar del "exitoso" canje de deuda del 2020.
Las diferencias con otras naciones se observan en relación a cómo cotizan los bonos comparables de la región y, mucho más aún, considerando el costo de obtener financiamiento que tienen los países del "primer mundo" en la época de híper liquidez. En medio de un discusión política entre el oficialismo y la Cambiemos acerca de "quién endeudó más al país", el ministro de Economía -de compaña por provincias argentinas, se metió en el debate. "¿Cuánto endeudamiento en dólares tomó el gobierno del Frente de Todos? Cero, nosotros no nos endeudamos en dólares. El pueblo sabe", arengó Martín Guzmán desde Tucumán.
Esa frase es completamente cierta. Pero lo que no dice el discípulo de Joseph Stiglitz es que la Argentina, luego de reestructurar el 100% de los pasivos con los bonistas privados, tiene virtualmente vedado el acceso al mercado de crédito internacional. Teniendo en cuenta el costo al cuál el Gobierno de Alberto Fernández podría conseguir fondos voluntarios en los mercados internacionales, a la Argentina le costaría alrededor de 20 veces más caro que cualquier país "desarrollado".
A ese resultado se llega de observar los rendimientos de los bonos a 10 años de varios países y el caso local. Mientras que los bonos que emitió hace 1 año Guzmán como el Global 2030 (en dólares ley Nueva York) rinde en torno al 20%, otras naciones pagan 1% o incluso rendimientos negativos. Esto quiere decir que hay inversores que compran un título sabiendo que al momento de cobrar recibirán menos dinero del que pusieron.
Dinero regalado en el mundo
Así, en el mundo de la híper liquidez donde lo que sobra es financiamiento, la Argentina está al revés. Según Robin Brooks, el economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), el ranking en cuanto al costo de financiamiento (a 10 años) de varios países muestra lo siguiente: Nueva Zelanda (1,69%), Estados Unidos (1,26%), Australia (1,10%), Grecia (0,57%), Reino Unido (0,54%), Italia: (0,47%), España (0,23%), Japón (0,02%), Francia (-0,13%), Alemania (-0,48%). Eso es lo que rinden los títulos de esos países en el mercado secundario.
Esto sucede porque muchos bancos centrales del mundo compran bonos de los gobiernos para inyectar liquidez a la economía. Así, en un mundo donde lo que abunda es el dinero, es más que llamativo que la Argentina no sólo carezca de acceso al financiamiento a una tasa "razonable" sino que en caso de necesitar hacerlo, tenga que pagar tasas incluso mayores al famoso "Megacanje".
"La Argentina tiene, en este momento, la suerte de tener necesidades que no son tan grandes respecto a la cantidad de dinero disponible en el mundo. Es un gran momento para sentarse, parar la pelota, y decir voy a hacer una reforma impositiva de esta manera, para impulsar estos sectores de la economía donde somos competitivos; mi política de gastos va a ser tal porque hay que gastar mucho, porque hay mucha pobreza, pero hay que ser mucho más eficiente con el gasto. Es el momento para que Argentina se acerque a sus prestamistas de última instancia, porque otros no tiene, y entonces les tiene que mostrar un plan", aseguró Javier Timerman, socio de AdCap Securities al canal A24.
"Hoy en día, el mercado no reacciona a las noticias de posibles acuerdos con el FMi o a acuerdos bilaterales de países, porque el inversor está esperando otra cosa, está esperando ese consenso político que muestre a la Argentina y un rumbo a largo plazo", agregó.
"Yo siempre dije que Guzmán había metido la pata en elegir ese camino único. Cuando ante el Congreso dijo que iba a sentar un precedente en el tema de las reestructuraciones de la deuda. Creo que lo sentó, pero en lo que hay que evitar. Porque empezó por el sector privado, usamos muchas reservas para pagar deuda, luego se reestructuró y no sirvió de nada porque seguimos sin acceso a los mercados y postergamos el acuerdo con el FMI que es el principal acreedor", explicó Héctor Torres, ex director del FMI.