¿Plazo fijo UVA o tradicional?: cuál conviene para poner los pesos hasta las elecciones, según los expertos
Los pesos "queman" en el bolsillo, por lo que aquellos argentinos que tienen poder de ahorro les buscan un destino para escapar de la inflación. Sobre todo, en la previa a las elecciones de medio término, donde los nervios e incertidumbre también pesan en la mente inversora.
En este contexto, los plazos fijos, tanto el tradicional como el UVA, que es el que ajusta por el índice de precios, son mirados con atención como herramienta para volcar el dinero sobrantes durante un tiempo.
En especial, si se tienen en cuenta los numerosos obstáculos que existen para acceder al "otro amor" de los argentinos, que es la compra de dólares en bancos y otros ámbitos oficiales, por el férreo cepo cambiario.
A su vez, los ahorristas tienen presente que los precios que tiene el dólar en la plaza legal, se encuentran "contenidos" por el Gobierno, al menos hasta las elecciones, para no generar más ruido a la economía.
Y la inflación, según los analistas, también tenderá a mantenerse en los actuales niveles hasta fin de año.
Por lo tanto, de acuerdo a los expertos, los plazos fijos pueden cobrar atractivo hasta que se defina de forma más clara el destino del dólar y los precios tras las elecciones.
Ahora bien, la disyuntiva apunta a dilucidar qué tipo de colocación bancaria de los pesos es más atractiva y rendidora hasta fin de año.
La primera es el plazo fijo tradicional, cuyo período de colocación parte desde los 30 días en adelante, y ofrece un rendimiento asegurado de una tasa de interés del 37% anual, lo que representa un 3% al mes. La misma fue establecida desde fines de año pasado por el Banco Central, y desde entonces se mantiene sin cambios.
La otra alternativa es la del plazo fijo UVA, que requiere un encaje de los fondos por un mínimo de 90 días, pero que otorga una ganancia que sigue a la inflación, debido a que ajusta por el índice de precios al consumidor (CER).En este último caso, lo que pone en duda su atractivo para los próximos meses es la tendencia a la baja de los precios de la economía y, por ende, ello marcaría una renta menor.
En resumen, todo indica, en cuanto a rendimientos, que el plazo fijo tradicional estaría brindando una ganancia apenas superior al de los plazos fijos UVA hasta noviembre.
"Entre principios de agosto y fines de diciembre, un plazo fijo UVA rendirá, en promedio, una tasa mensual de 2,8%, aunque en una hipótesis sumamente pesimista en cuanto al desempeño de los precios internos, podría esperarse una corrección media de 3,2% mensual", proyecta el analista Andrés Méndez, director de AMF Economía.
En consecuencia, sostiene que no puede esperarse en el resto de 2021 un "disciplinamiento" de la inflación, considerando que la valorización de los UVA va a gozar de "buena salud" en los próximos meses.
"No obstante, este razonamiento no implica ponerle todas las fichas a una alternativa ajustable por UVA, para recorrer gran parte de los últimos cinco meses del año", advierte Méndez.
Plazos fijos: ventajas y desventajas
Antes de realizar un diagnóstico sobre cuál de las alternativas es la mejor para invertir en los próximos meses, se deben tener en cuenta algunos puntos que son centrales.
En rigor, un plazo fijo ajustable por precios, como es el UVA, "siempre es razonable para preservar el valor de los ahorros", dice Méndez.
Sin embargo, existe otro factor que juega en este esquema y es la tasa mínima que establece el Banco Central para depósitos tradicionales a 30 días de plazo, que se mantiene invariable en el 3% mensual, y se mantiene en el mismo nivel que los que pagan los UVA, que exigen el encaje de los fondos durante 3 meses.
Aquí influye la desventaja de estar colocado a un plazo superior a un plazo fijo tradicional, sobre todo en la Argentina y en un período electoral.
"Esto suele visualizarse como riesgoso", alerta Méndez.
En cuanto a la alternativa UVA, si bien contempla la cancelación anticipada transcurridos 30 días de realizada la colocación, lo que sería una especie de "botón de arrepentimiento", la contra es que en ese caso reditúa sólo 2,5% mensual. En consecuencia, bajarse de un plazo fijo UVA tiene sus costos.
Recomendaciones de economistas
Ahora bien, para saber si es conveniente estar posicionado en un plazo fijo tradicional o en uno UVA hasta fin de año, iProfesional consultó a distintos economistas.
Por el lado de Andres Borenstein, director asociado de Econviews, sostiene que el plazo fijo UVA va a rendir "casi lo mismo" que el tradicional, en caso de que no se "toquen" las tasas.
"Lo malo del plazo fijo UVA es que tiene un período mínimo de 90 días, y en este contexto, si bien te garantiza no perder poder de compra frente a la inflación, la liquidez es un valor a tener en cuenta", subraya.
Además, aclara que si el Banco Central decidiera subir las tasas mínimas del plazo fijo tradicional para desalentar un posible vuelco de los ahorristas hacia el dólar, "quedarte tres meses con el UVA te puede perjudicar".
De todas maneras, "no creo que haya una diferencia muy significativa en ningún caso, entre el tradicional y el UVA. Por una cuestión de liquidez y riesgo de suba de tasas, yo iría por un tradicional, pero no me mueve la aguja", finaliza Borenstein.
Desde la perspectiva del economista Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go, "haciendo una evaluación respecto al potencial rinde de un plazo fijo para un inversor minorista (menor a $1.000.000), a priori parecería que sería más atractivo mantener la inversión en uno tradicional, donde la tasa actual regulada es de 37%. Es decir, un rendimiento mensual de 3,1% versus una expectativa de inflación promedio de 2,9% hasta fin de año".
En términos acumulados, desde ahora hasta fin de año, el rendimiento esperado sería de 16,4% del tradicional versus el 15,4% de la versión CER del plazo fijo.
"No obstante, hay que notar que la diferencia es exigua y es probable que puedan aparecer sorpresas inflacionarias, que reviertan esta situación y que hagan más atractiva la inversión en CER. Particularmente, si se prevén plazos de inversión más largos. Ello se debe a las dificultades que se viene observando en la desinflación de la economía, por el aumento de la brecha cambiaria y aumentos salariales mayores a los esperados", alerta Menescaldi a iProfesional.
Es decir, las dudas de los analistas pasan por dilucidar si el Gobierno podrá mantener este frágil equilibrio con las distintas variables hasta fin de año. O si se le puede salir la situación de control, en especial, en un marco inflacionario condimentado con la incertidumbre lógica de un período electoral.
"Para los próximos meses, esperamos que la inflación se ubique por debajo del 3% que otorga un plazo fijo tradicional, ayudada por un dólar oficial que está avanzando menos de 1% por mes. De esta manera, las colocaciones tradicionales podrían, en los meses previos a las elecciones, brindar rendimientos superiores a los instrumentos que siguen a la inflación, como los plazos fijos UVA", opina a iProfesional Joaquín Waldman, economista de Ecolatina.
En ello coincide Méndez y brinda una mirada sobre el estado de ánimo del mercado: "Los ahorristas están advirtiendo que el mejor momento del plazo fijo UVA ya pasó. En otras palabras, no están convalidando las expectativas inflacionarias más pesimistas, que anticipan que entre julio pasado y noviembre próximo el IPC Nacional superará en promedio el 3% mensual. De forma tal que los UVA alcanzarían un rendimiento medio de 3,2% mensual entre agosto y diciembre".
Y concluye: "Concretamente, la economía llegará con un suave descenso de la inflación al acto eleccionario del 14 de noviembre próximo. El movimiento suficiente para quitarle aire a los plazos fijos UVA en beneficio de los plazos fijos tradicionales".
Al mismo tiempo, la ventaja principal que tienen los plazos fijos tradicionales es la de brindar liquidez por poder realizarse a un plazo mínimo de 30 días. Algo que contrasta respecto a los UVA, que requieren los mencionados 90 días como piso de encaje.
En definitiva, si llegase a cambiar el escenario económico previsto, con la propuesta tradicional se accede a tener disponibles más "rápido" los pesos que estaban bloqueados en el plazo fijo, para poder migrar hacia otro instrumento de refugio, como puede ser el dólar.
"De cualquier manera, para un horizonte más largo de planeamiento, los plazos fijos UVA garantizan un rendimiento positivo, sirviendo de cobertura frente a aceleraciones inesperadas de la inflación. Esto permite a los ahorristas desentenderse de los movimientos de tasas del mercado, sin preocuparse por el valor real de sus depósitos", apunta Waldman.
El resumen es que los plazos fijos tradicionales se podrían tener en cuenta para una mirada a un período más corto y los plazos fijos UVA para el mediano o largo plazo.
Igualmente, no debe perderse de vista lo que ocurrió durante la gestión kirchnerista, hace unos 10 años atrás, cuando se intervino el Indec y se manipularon los datos estadísticos, en especial, los de inflación. Algo que, por el momento, no parece que ocurrirá, pero los antecedentes igual se deben tener en cuenta.
La conclusión indica que tanto el plazo fijo tradicional como el plazo fijo UVA tienen sus puntos a favor y en contra para estar colocados hasta antes de las elecciones. La decisión final estará en manos de cada ahorrista en base a sus necesidades financieras y objetivos en cuanto a sus pesos.