"Extraen dinero a los desesperados": la dura advertencia del creador de Dogecoin sobre las criptomonedas
Jackson Palmer es uno de los creadores de la criptomoneda Dogecoin, junto con Billy Markus. Allá por el 2013, surgió a raíz del meme de un perro (su actual logo) que circulaba por internet y por las redes sociales. Por eso, muchos tomaron el asunto como un chiste, como una criptomoneda que se creaba como un juego.
Muy lejos de ser un chiste, actualmente ocupa el octavo puesto de la lista de criptomonedas más valiosas del mercado, con una capitalización de mercado de 54.000 millones de dólares. Pese a haber nacido como una alternativa a la fiebre del bitcoin, acabó por convertirse en una competidora más.
Ahora, Palmer, quien se desligó de ella en 2015, rompió el silencio y lanzó duras críticas sobre el mundo cripto. El creador de la criptomonesa llevaba un tiempo desligado de las redes. De hecho, la cuenta desde la que escribe su hilo ha sido creada recientemente.
"Las criptomonedas son una tecnología hipercapitalista inherente de la derecha, que ha sido construida para amplificar la riqueza de los que la defienden", afirmó. Además, aseguró que, pese a presumir de descentralización, la industria está controlada por figuras adineradas que "han ido incorporando a las mismas instituciones vinculadas al sistema financiero centralizado existente, al que supuestamente se propusieron reemplazar".
Para Palmer, el mundo de las criptomonedas, "es como tomar las peores partes del sistema capitalista actual (como la corrupción, el fraude o la desigualdad) y usar software para limitar técnicamente el uso de intervenciones como auditorias, regulación o impuestos que puedan proteger al ciudadano promedio".
"¿Perdiste la contraseña de tu cuenta de ahorros? Es tu culpa. ¿Has sido víctima de una estafa? Tu culpa. ¿Millonarios manipulando el mercado? Son genios", ha añadido.
La criptomoneda que surgió por un meme
Kabosu, la perra de la raza Shiba Unu, que, más tarde, sería la imagen de la conocida criptomoneda, se convirtió en meme en 2013, cuando una foto suya empezó a circular por las redes acompañada de varios títulos escritos en Comic Sans. En 2008 había sido adoptada por una profesora de guardería japonesa, que comenzó a postear las fotografías que supusieron el posterior ascenso a la fama de su mascota.
Palmer sugirió la idea de "Dogecoin" como una propuesta en forma de tuit en la misma red social en la que ahora despotrica del negocio cripto. Las repuestas de los usuarios, animándole a hacer del meme una moneda virtual, le llevaron a desarrollar su idea. Billy Markus, por su parte, había estado trasteando para programar su propia criptodivisa. Su propósito, que fuera económica y pudiera atraer a un público más amplio que el bitcoin. Fue entonces cuando se topó con Palmer y le propuso participar en Dogecoin.
Dos años después de su creación, Palmer y Markus abandonaron Dogecoin. Palmer alegó que se alejaba por la toxicidad que generaba todo lo relacionado con el negocio al que prácticamente se acababa de incorporar y donó a la caridad las ganancias que había generado a partir de su creación. Markus, por su parte, continuó activo en ese mundo. Ahora, el creador del hilo de Twitter ha querido dejar constancia de que no piensa volver.
Sus creadores, por lo tanto, no se beneficiaron económicamente del crecimiento protagonizado por Dogecoin en los años posteriores. En abril de este mismo año, la moneda aumentó su precio en un 400% en una semana. Según ArsTechnica esto pudo haber sido porque el CEO de Tesla, Elon Musk, habría tuiteado periódicamente sobre Dogcoin. En general, las criptodivisas están pasando por un buen momento. Dogecoin, además, cuenta con una sólida base de fans y nostálgicos que la siguen aunque solo sea por lo que significó su nacimiento. Por mucho que su creador reniegue de ella y del mundo en el que el mismo la metió, a la criptomoneda de la conocida perrita Shiba, le queda mucho camino por recorrer.