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"Se están acumulando muchos desequilibrios", alerta el economista jefe de Ecolatina

El economista jefe de la consultora Ecolatina, Matías Rajnerman, dialogó con iProfesional sobre los desequilibrios en el precio del dólar e inflación
26/06/2021 - 08:00hs
"Se están acumulando muchos desequilibrios", alerta el economista jefe de Ecolatina

El segundo semestre podría traer "buenas noticias" en materia de actividad, indica a iProfesional Matías Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina.

Más allá de este dato alentador, la mala noticia es que estas proyecciones serían sólo temporales, como consecuencia a un rebote de la economía, y no a un motivo sólido de las variables argentinas.

En la siguiente entrevista, Rajnerman advierte sobre los desequilibrios que se están acumulando, como el atraso del dólar y el efecto para después de las elecciones de la inflación que hoy está reprimida.

-¿Cuál es su análisis de la situación económica de este momento?

-La situación económica actual es complicada. 2018 y 2019 fueron dos años difíciles, donde se cortó el financiamiento vía deuda del déficit fiscal, y a eso se sumó la pandemia que empezó el año pasado, donde nunca se logró generar confianza y reabrir el crédito.

En este marco, la respuesta del Estado argentino fue emitir casi 7 puntos del PBI para evitar que la crisis real y social fuera todavía mayor, algo que lógicamente traería consecuencias negativas.

Si el año pasado veíamos los efectos directos de la pandemia y la cuarentena, en 2021 estamos viendo los indirectos o los derivados: más inflación y un rebote que se debilita a medida que se acerca a los niveles pre-crisis.

El gran problema es que en la situación actual no hay una corrección de desequilibrios, como son las altas tasas de inflación y caída del salario real. Es decir, no mejoran las perspectivas de mediano plazo, como podía pasar en la segunda mitad de la gestión Cambiemos, sino que los desequilibrios se están acumulando.

Con ello me refiero al retraso del dólar oficial y tarifas, se pospone la negociación con acreedores, entre otros temas, que posiblemente nos traigan más dolores de cabeza en el futuro.

El Gobierno deberá vender reservas en los próximos meses y tendrá nuevos desafíos, según Rajnerman.
El Gobierno deberá vender reservas en los próximos meses y tendrá nuevos desafíos, según Rajnerman.

-En este escenario de desequilibrios, ¿qué puede ocurrir con el dólar?

-El mercado cambiario oficial está muy controlado hoy. Por lo tanto, es probable que el tipo de cambio oficial siga en calma, al menos, hasta las elecciones. Esto implica un dólar que va por debajo de la inflación, tanto presente como esperada. Llegar con un dólar en alza no es un buen negocio electoral.

La gran diferencia con la primera mitad del año es que en los próximos meses el Banco Central venderá reservas en lugar de acumular, en parte por factores estacionales, ya que no habrá salida de la cosecha gruesa, y en parte por las mayores tensiones que generarán las elecciones.

-¿Y después de las elecciones?

-Después de noviembre habrá que ver qué pasará con el FMI. El pago de poco más de u$s400 millones al Club de París anunciado días atrás, marca la intención de reestructurar el acuerdo, pero también de dilatar esa negociación.

Posiblemente, la negociación no se estire hasta marzo de 2022, que es el nuevo plazo límite para caer en default con el Club de París, pero sí hasta después de las elecciones.

Entonces, el nuevo calendario de vencimientos, la confianza que genere el plan y los límites para intervenir en el mercado cambiario que pesen sobre el Banco Central determinarán la dinámica de los próximos meses.

-¿Considera que son suficientes las reservas que tiene el Banco Central hasta las elecciones?

-Yo creo que sí. En el primer semestre, las reservas netas saltaron de poco menos de u$s5.000 millones a u$s8.500 millones. Si bien es un nivel bajo, por ser casi 20% menor a los u$s10.500 millones de un año atrás, no existen grandes vencimientos de deuda a la vista.

Es decir, los pagos de u$s5.000 millones que hay que hacerle al FMI en mayor o menor medida se patearán, y con un Gobierno que ya demostró que no le tiembla el pulso para endurecer el control de cambios y afectar la compra de divisas para importaciones, alcanzaría para llegar a noviembre sin sobresaltos. El problema vendrá después.

La inflación es más alta de lo esperado, y antes de las elecciones puede moderarse un poco. El problema es saber qué pasa después.
La inflación es más alta de lo esperado, y antes de las elecciones puede moderarse un poco. El problema es saber qué pasa después.

-¿Y con la inflación cuáles son sus proyecciones?

-En el segundo semestre es probable que la inflación baje. Extendiendo el acumulado de enero a mayo a todo el año, tendríamos una inflación cercana al 60% en 2021. Sin embargo, el Relevamiento de Expectativas (REM) del Banco Central proyecta poco más de 48%. En la misma línea, desde Ecolatina tenemos un 47% para 2021.

Esto implicaría un promedio algo mayor a 2,5% en el segundo semestre. Si bien es un número alto (35% anualizado) y que complica cualquier proceso de crecimiento sostenido, representa una baja considerable respecto del 4% promedio del arranque del 2021.

Ahora bien, vale destacar dos puntos. Por un lado, este "control" de la inflación tiene fecha de vencimiento. Pasadas las elecciones, habría que actualizar tarifas, y cerrado el acuerdo con el FMI habría que hacer lo propio con el tipo de cambio oficial. En consecuencia, habrá una desaceleración, pero de corto y político alcance.

A la vez, la reapertura de paritarias podría complicar esta desaceleración. En este sentido, el Gobierno pareciera estar diciendo que, abandonada la meta de 29% del Presupuesto, apuntará a un "nuevo" equilibrio de más inflación y más salarios, en pos de recuperar el poder adquisitivo en un año electoral.

Esta decisión le agregaría nominalidad a la economía, intentando mejorar la dinámica de las variables reales, específicamente del poder adquisitivo. La apuesta es arriesgada y el resultado sigue abierto, habrá que ver cómo resulta, tanto económica como políticamente.

-¿Qué estima que puede ocurrir en los próximos meses en la economía?

-En el primer semestre hubo dos sub-períodos temporales, con comportamientos diferenciados en lo que refiere a las variables más relevantes para nuestra economía, actividad e inflación. Entre enero y marzo, la actividad seguía rebotando, con una buena velocidad de recuperación, pero la tasa de inflación estaba en niveles muy altos, por encima del 60% anualizado.

Luego, entre abril y junio, la economía real desaceleró su recuperación, producto, en parte, de las mayores restricciones a la oferta y la demanda, marcando, incluso, algunas caídas mensuales desestacionalizadas.

Por su parte, la inflación bajó desde la estratósfera, pero sigue en niveles muy altos, ubicándose alrededor del 3,5% mensual promedio.

La segunda mitad del año podría traer buenas noticias en materia de actividad, especialmente si la llegada de vacunas estira su ritmo de las últimas semanas y avanza rápidamente.

En este marco, no serían necesarias tantas restricciones ni por tanto tiempo, y la economía podría recuperar cierto dinamismo. A la vez, si la inflación efectivamente baja y el poder adquisitivo se recupera -más no sea parcialmente-, el rebote de corto plazo se fortalecería.

De la misma forma que con el dólar, el gran termómetro y síntoma de nuestra economía. El problema no estará en el período pre-electoral, sino después: pasados los votos, será difícil sostener esta calma cambiaria y, también, esta tibia mejora de la economía real.-

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