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Por qué este economista asegura que el 2021 ofrece una "oportunidad excepcional" para la Argentina

El director y ecnomista jefe de FIEL, Juan Luis Bour habló con iProfesional sobre dólar, inflación y las decisiones que debería tomar el Gobierno
05/06/2021 - 17:48hs
Por qué este economista asegura que el 2021 ofrece una "oportunidad excepcional" para la Argentina

Dólar, inflación y crecimiento, conforman el triángulo de elementos que el Gobierno debe controlar en la previa electoral para poder intentar lograr un buen resultado político.

Para analizar la actualidad y los complejos desafíos que tiene el oficialismo, iProfesional entrevistó a Juan Luis Bour, director y economista jefe de FIEL.

En la misma, adelanta que el Gobierno "parece estar en manos de jugadores a los que les encanta apostar fuerte" políticamente.

-¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación económica?

-El año 2021 ofrece una oportunidad excepcional a la Argentina para rebotar y hacer los cambios necesarios, como ajuste de precios relativos y reformas, para que la economía pueda salir del estancamiento.

Por un lado, hay una mejora excepcional de los términos del intercambio por fuerte aumento de los precios de exportación, que permite lograr un fuerte superávit de la cuenta corriente, aun cuando la economía vuelva a crecer.

En segundo lugar tenemos un "regalo" de casi 4.400 millones de dólares del FMI, a través de la distribución de Derechos Especiales de Giro (DEGs), que permite cancelar 70% de la deuda multilateral que vence de aquí a fin de año sin uso de reservas.

Tercero, luego de la renegociación con los acreedores privados en 2020, los acreedores multilaterales y el Club de París están disponibles para negociar acuerdos de repago más largos que los vigentes, que le den al país el espacio de poder crecer por varios años con un muy bajo servicio de deuda. Algo excepcional en el conjunto de los emergentes.

Además de ello, las tasas de interés se mantienen bajas y la inflación internacional ha comenzado a subir, lo que permitiría que, al fijar tasas de interés bajas con acreedores privados y con organismos, tengamos por un tiempo una deuda que se actualizaría a tasa real próxima a cero.

Todo esto en un contexto de rebote del PBI y del comercio del mundo en 2021 y 2022 (según se proyecta).

Para Bour, Argentina puede aprovechar la reactivación internacional
Para Bour, Argentina puede aprovechar la reactivación internacional, pero en ello puede conspirar la estrategia política.

-¿Argentina aprovechará este contexto externo favorable para despegar?

-Todo parece indicar que no, que Argentina, a través de la actual coalición en el Gobierno, rechaza de plano esta posibilidad, y prefiere irse a una solución de aislamiento y cierre frente al mundo. Por lo tanto, se prepara para mantener un sendero de estancamiento y crisis macroeconómicas recurrentes.

-¿Qué puede ocurrir con el dólar (oficial y libre) hasta las elecciones?

-El Banco Central definió desde hace poco más de 14 meses un mecanismo de crawling peg, por el cual ajusta la depreciación mensual del tipo de cambio a tasas que han venido disminuyendo en forma constante.

Con base 100 en diciembre de 2020 (hace más de 5 meses), el tipo de cambio mayorista se ajustó 7% por debajo de la inflación (INDEC total país). Y para octubre podría acumular una apreciación de 14%.

El problema que ello introduce es que si bien hubo mejora de la competitividad en commodities por los precios más altos, ello no se extiende a todos los bienes y servicios. A la vez, las políticas públicas de controles, prohibiciones, cepos, entre otras restricciones, reducen fuertemente la competitividad.

Si a ello le sumamos deterioro de competitividad cambiaria, la cosa se complica aún más. El tipo de cambio bilateral real con Brasil está en niveles muy bajos, y va camino a una de las peores relaciones en dos décadas. Me temo que se van a poner nerviosos con el Mercosur.

-Entonces, ¿qué puede ocurrir después de las elecciones con el dólar oficial?

-Nadie sabe cuánto tiempo el Gobierno querrá apostar a un tipo de cambio atrasado, aunque es difícil que puedan resistir sin reservas, a menos que se declare un default generalizado y un cierre más abrupto de la economía. Quizás todo dependa del resultado de las elecciones.

-¿Cómo "controlaría" el precio del dólar en este contexto?

-El precio del dólar no se controla. Es el resultado del conjunto de políticas y condiciones, que en este caso implican que el Gobierno deba cambiar el rumbo en casi todos los frentes. Primero, dando previsibilidad en el plano de la política macroeconómica, que incluye deuda, aspecto fiscal, monetario y comercial. Y también en la microeconómica.

Este viraje podría cambiar expectativas y potenciar sus instrumentos, como la tasa de interés, política de deuda, entre otros aspectos. Aunque si pretende controlar el dólar con la policía, no veo buen final.

El precio del dólar estará controlado mientras el Gobierno tenga reservas suficientes en el Banco Central.
El precio del dólar estará controlado mientras el Gobierno tenga reservas suficientes en el Banco Central.

-¿Alcanzan las reservas hasta las elecciones generales?

-Si la política es chocar contra el mundo, no alcanzan para pagar las deudas y lograr estabilidad macroeconómica. La pregunta remite a varias cuestiones, entre otras: ¿Vamos a pagar los vencimientos?, ¿Lograremos refinanciar con FMI y Club de Paris? ¿Tendremos un presupuesto público.

-¿Y con la inflación qué considera que puede suceder?

-La inflación llegó a 50% anual en mayo y sigue su rumbo. Es probable que con mucha represión el Gobierno logre bajar la inflación mensual por 3 o 4 meses, hasta que coordinen expectativas de un salto inflacionario a fin de año, o en 2022. Otra vez, ni el dólar ni la inflación se "controlan" con la policía.

-Bajo este panorama, ¿qué salidas le quedan al Gobierno para controlar esta situación tan compleja hasta las elecciones?

-El Gobierno puede "mantener el control" de una economía que se desinfla, es decir, con bajo crecimiento. De hecho, en términos desestacionalizados, la economía está cayendo en el segundo trimestre y podría rebotar en el tercero. O sea, que puede lograr el "control de los cementerios" hasta que algún cambio le permita salir de esta situación.

No es algo nuevo, la Argentina ha enfrentado encerronas en las ultimas 7 décadas de las que sale a través de explosiones (inflación y devaluación), o programas que intentan un cambio estructural (Krieger Vasena en 1967, la Convertibilidad, entre otros).

En resumen, no veo en el Gobierno a nadie con uñas de guitarrero, así que tendremos que esperar a ver el desenlace.  

Las elecciones condicionan las medidas económicas que debe encarar el Gobierno para equilibrar las finanzas.
Las elecciones condicionan las medidas económicas que encara el Gobierno para equilibrar las finanzas.

-¿Qué opina que ocurrirá en los próximos meses para la economía?

-Aquí llegamos al desenlace que, en una coalición de gobierno como la actual, implica que nos movemos en un escenario de muy alta incertidumbre. El Gobierno parece estar en manos de jugadores a los que les encanta apostar fuerte, porque en cualquier escenario creen que caerán bien parados, o simplemente porque están políticamente obligados a apostar fuerte.

Eso significa, por ejemplo, que tenemos un Presidente que con su ministro de Economía y con la Vicepresidenta quieren cambiar el orden financiero internacional desde la Argentina, un país que nunca cumple con sus compromisos.

-¿Cuál es la capacidad de "convencer al mundo" del rumbo argentino, si el que lo propone nunca cumple sus compromisos?

-Sospecho que muy baja. Por lo tanto, la economía argentina, probablemente, seguirá transitando en el barro en un sendero zigzagueante, recuperando sólo una parte de la caída del PBI de 2020.

A este paso, lo más probable es que la actual gestión termine en 2023 con un nivel de PBI inferior al de 2019, y con un PBI por habitante bastante menor.

Todo un logro, si se tiene en cuenta que partió de un nivel ya muy bajo de actividad y tras el shock de la pandemia se presentaron condiciones excepcionales para rebotar "al estilo de Néstor" a comienzos de los 2000. Pero, esta vez, parece que algo está fallando.-

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