Llegó el "año bisagra": conocido experto revela por qué el 2021 definirá el futuro de Argentina
La pandemia y las señales de la economía están sembrando un sinfín de interrogantes respecto a cuál será el rumbo del país.
En este sentido, el economista Jorge Vasconcelos del IERAL de la Fundación Mediterránea indica que el 2021 será un año bisagra para definir si la crisis actual es "tan prolongada como la de 2001 y 2002".
Al respecto detalla en un informe que, hacia fin de este año, el PBI de la Argentina no sólo se ubicará por debajo del momento pre-pandemia, sino que "estará en un nivel todavía inferior en 9% al del cuarto trimestre de 2017, antes que se iniciara el declive de 2018 en adelante".
En concreto, afirma que, en la región, la Argentina sería el único país con un PBI en 2022 todavía por debajo del nivel pre-covid, con una caída de 2,4 % respecto a 2019.
Por lo tanto, indica que hay que remontarse a la crisis de 2001 y 2002 "para encontrar una disrupción de crecimiento tan prolongada".
Esta crisis que produjo la salida de la convertibilidad cambiaria tuvo una duración de 26 trimestres, lo que representa seis años y medio, ya que "fue en el primer trimestre de 2005 cuando el PBI medido en forma desestacionalizada logró volver al nivel previo, registrado en el segundo trimestre de 1998", detalla Vasconcelos.
En conclusión, para que la actual crisis resulte menos prolongada que aquella, para este analista se necesita que después del rebote de 2021, la economía crezca a un ritmo de 3,4% anual entre 2022 y 2024.
"La importancia del 2021 como año bisagra se mide en términos cuantitativos, es decir, cuánto se habrá de recobrar de la caída del 2020, pero también cualitativos", enfatiza.
A raíz de ello, surge la pregunta si la economía está construyendo, o no, los cimientos para que la recuperación se sostenga de 2022 en adelante.
En este aspecto, Vasconcelos recuerda que en la crisis de 2001/02 la salida fue "liderada" por la recuperación del consumo y de la inversión del sector privado, con un sector público que "trastocó" un déficit de 3,1% del PBI en 2001 a un superávit de 2% del PBI en 2004. Es decir, una corrección fiscal de 5,1 puntos del PBI en tres años.
"En el presente, por uno u otro motivo, las expectativas de inflación no ceden, pese a los intentos oficiales", advierte el experto.
En este sentido, cita algunos indicadores, como la encuesta de la Universidad Di Tella, que marca una expectativa de inflación de 47,9% anual para el horizonte de los próximos doce meses, "pese a que el Gobierno desaceleró el ritmo de devaluación del peso hasta el 1,7% mensual en abril".
Además, cita que el Banco Central viene frenando el ritmo de expansión de la base monetaria, hasta un 16% interanual en las últimas mediciones.
"Más allá del rezago con que operan estos instrumentos, también es posible que su efectividad esté licuada por ser percibidos como transitorios, sin garantías de continuidad. El disenso sobre la política tarifaria es un ejemplo", cita Vasconcelos.
Ruidos políticos
También alerta sobre el hecho que, luego de una brusca desaceleración de la emisión monetaria por motivos fiscales, "la figura más cuestionada por el núcleo duro del oficialismo resulte el ministro de Economía".
En este sentido, destaca el dato que la emisión monetaria cayó de $170 mil millones por mes en 2020 a $22 mil millones por mes en el arranque de 2021.
"La falta de confianza lleva a una lectura ambivalente de datos y señales. Por caso, la divergencia entre los precios mayoristas y el tipo de cambio oficial; y la percepción de ´inflación reprimida´ por el atraso de tarifas y dólar oficial", menciona Vasconcelos.
A la vez, pone sobre la mesa el freno a la expansión de la base monetaria de hasta un 16% interanual.
Además, resalta "la dificultad" para estabilizar la brecha cambiaria y lograr el "rollover" de los vencimientos de deuda del Tesoro y la incertidumbre acerca de la negociación con el FMI, entre otros aspectos a tener en cuenta.
"Dado que no cabe esperar una afluencia significativa de capitales al país por varios años, la recuperación sostenida del nivel de actividad depende de un factor clave: el espacio que habrá de generarle al sector privado el manejo de la política fiscal", concluye Vasconcelos.
Y finaliza: "De esto depende que el valle de nivel de actividad que se inició a principios de 2018 pueda terminar de ser atravesado antes del tercer trimestre de 2024, de modo que la actual crisis no termine siendo más prolongada que aquella que tuvo su epicentro entre 2001 y 2002".-