El bitcoin se disparó otra vez con un nuevo récord histórico: ya superó los u$s63.000, ¿es momento de comprar?
El precio del bitcoin superó los u$s63.000 este martes para batir así su récord de cotización en vísperas de la salida a bolsa de una de las mayores plataformas de intercambio de criptomonedas, Coinbase.
En las primeras horas de hoy, el bitcoin llegó a 63.226 dólares. Esto significa que su precio ha aumentado 114% desde el inicio del año. Hay que tener en cuenta, además, que Wall Street se dispone a recibir por primera vez en sus cotizaciones a una empresa dedicada a las criptomonedas.
"Es una señal importante, ya que indica que cada vez es más improbable que los reguladores decidan mostrarse más duros con el sector", comentó Naeem Aslam, analista de Avatrade.
Muchos inversores tradicionales se están interesando por el bitcoin, la principal criptomoneda, y grandes nombres de Wall Street como JP Morgan o BlackRock ofrecen ahora fondos especializados a sus clientes.
Desde octubre de 2020, cuando la plataforma de pagos en línea Paypal anunció la posibilidad de utilizar criptomonedas en su red, el precio del bitcoin se ha disparado: hasta entonces se vendía en torno a los 15.000 dólares y nunca había superado los 20.000 dólares.
"El riesgo de que la burbuja del bitcoin estalle sigue existiendo", advirtió sin embargo Ipek Ozkardeskaya, analista de Swiss Quote.
El mercado del bitcoin está acostumbrado a los movimientos bruscos. En 2017, comenzó el año a menos de 1.000 dólares antes de rozar los 20.000 dólares en diciembre, para luego desplomarse en 2018 por debajo de los 4.000 dólares.
Concebida en 2008, continúa siendo, de largo, la criptomoneda más popular y conocida por los expertos y no tan expertos. Sus peculiares características son el motivo principal por el cual seguirá teniendo un papel importante en los próximos años.
Escasez, su característica monetaria más valorada
Cuando Satoshi Nakamoto ideó bitcoin allá por 2009, decidió que esta sería una moneda deflacionaria y descentralizada al más puro estilo del oro. En consecuencia, estableció una de sus propiedades más interesantes: el número máximo de monedas que se podía crear en el futuro sería limitado. En concreto, nunca habrá más de 21 millones de Bitcoins en circulación, y se estima que para 2032 se habrán minado el 99% de los bitcoins, pero no será hasta 2140 cuando se mine el último bitcoin.
Si algo es escaso de forma natural es más probable que tenga valor. Y si se limita su emisión desde el principio, la curva de la oferta y la demanda hace que crezca su cotización. Esta es la principal diferencia con las monedas fiat, emitidas por bancos centrales, con el único respaldo de su confianza y con un marcado carácter inflacionario. Si a ello le sumamos su enorme demanda, tenemos ante nosotros un activo monetario cuyo precio no deja de subir.
La criptomoneda más líquida, y una de las de mayor demanda
La escasez no está reñida con la iliquidez. De hecho, el bitcoin, al ser la cripomoneda con mayor demanda, es la más negociada en el mercado. Cada vez son más las plataformas que permiten vender y comprar bitcoin.
Fiscalidad bitcoin: cómo hay que pagar impuestos por el bitcoin
Según datos de Investing, el volumen diario negociado asciende a los 54.000 millones de dólares. Por poner este dato en contexto, es tres veces más que el volumen negociado de Ethereum, 20 veces más que Ripple o 1.000 veces más que todo el volumen negociado del IBEX-35. Eso sí, no es la criptomoneda más negociada, honor que corresponde a Theter, con casi 100.000 millones de dólares negociados de manera diaria.
Sus especiales características técnicas
Más allá de sus particularidades monetarias, bitcoin tiene una serie de ventajas a nivel técnico sobre otros activos monetarios que hacen que sea utilizado como sustituto monetario. Todas ellas se resumen en una tecnología revolucionaria que muchos expertos auguran como la siguiente disrupción digital: blockchain.
Su protocolo, también llamado Bitcoin (con "B" mayúscula) asegura que todas y cada una de las transacciones que se producen en esta cadena de bloques se ejecutan de manera descentralizada, y que cada bloque que se inserta dentro del sistema conoce el hash del bloque anterior y, en consecuencia, la de la cadena completa.
Esto tiene varias ventajas para sus usuarios:
- Las transacciones son anónimas. Nadie puede saber quién emite o recibe el dinero.
- Seguridad y control, ya que los usuarios tienen la completa trazabilidad de sus bitcoins. Ningún comerciante puede forzar transacciones no autorizadas, como puede suceder con otros métodos de pago, lo que ofrece una gran seguridad contra el robo de datos o identidad.
- Total transparencia: cualquier persona puede acceder al código fuente del protocolo Bitcoin y mejorarlo. Además, dado que la cadena de bloques también es pública, se pueden encontrar todas las transacciones fácilmente dentro de su blockchain. Y en ella, se pueden verificar todas y cada una de las transacciones desde la creación del primer bitcoin.
Cada vez más aceptado a nivel internacional
Ninguna moneda podría llegar a ser popular si la gente no los utilizase. Hace miles de años, cuando todavía existía el trueque, el oro evolucionó hasta convertirse en el principal medio de intercambio monetario para comprar bienes y servicios gracias a sus especiales características como metal precioso.
El bitcoin está siguiendo una senda similar. Cada vez es más aceptada a nivel nacional e internacional como medio de intercambio, especialmente por su carácter deflacionario y su función como depósito de valor. Recientemente, el propio Elon Musk, fundador de Tesla, anunciaba que aceptaba bitcoin como medio de pago, y será la primera gran empresa del mundo que permitirá pagar con bitcoins.
Esta es una gran diferencia con el resto de criptomonedas. Bitcoin parece más avanzada en este particular proceso de monetización. Y las ventajas sobre los productos y servicios centralizados son evidentes: la posibilidad de enviar y recibir cualquier cantidad de dinero instantáneamente desde y hacia cualquier lugar del mundo, en cualquier momento. Sin bancos con horarios. Sin fronteras. Sin límites impuestos.