Antes de poner pesos en un plazo fijo, un dato clave: ¿le podrá ganar a la inflación en el segundo trimestre?
Los plazos fijos que ajustan por inflación (UVA) representan la elección preferida de los ahorristas conservadores en el año, debido a la aceleración de los precios y al congelamiento de la tasa de interés de las colocaciones tradicionales, en el 37% anual.
Bajo este panorama, la mirada ahora se ubica en proyectar qué ocurrirá en los próximos meses con las principales variables, para saber qué hacer con los pesos disponibles y no perder poder de compra de los ahorros.
Es que no son pocos los argentinos que, con calculadora en mano, sacan cuentas respecto a cuál aparenta ser el plazo fijo ideal para colocar su dinero.
En este sentido, iProfesional realizó un relevamiento sobre el rendimiento de estos instrumentos en el primer trimestre del año, y qué puede ocurrir desde el mes de abril.
Durante el primer trimestre, los rendimientos de los plazos fijos en pesos resultaron dispares en cuanto al mantenimiento del poder adquisitivo de los fondos colocados.
Las colocaciones ajustables por UVA le hicieron frente a la inflación en ese período, ya que la expansión de los precios internos arrojó una corrección trimestral de 11,6%, que sumado al hipotético rendimiento por intereses, ubicaría la valorización en 12,1% entre inicios de enero y fines de marzo.
Cabe recordar que los plazos fijos UVA requieren como condición el encaje de los fondos durante un lapso mínimo de, justamente, tres meses.
"En tanto, los plazos fijos tradicionales resultaron claramente perdedores, al brindar una retribución nominal de 9,4% en el trimestre, situación que implica una pérdida de, al menos, 2 puntos porcentuales del capital colocado hace 90 días atrás", afirma a iProfesional el economista Andrés Méndez de AMF Economía.
Considerando las estimaciones de la variación de los precios al consumidor para marzo, en torno al 3,6% mensual, "sólo un crecimiento del IPC Nacional superior al 4% mensual habría colocado a los plazos fijos UVA en ´zona de pérdidas´", completa Méndez.
Esto se debe a que para computar la renta UVA se toma en cuenta la inflación de semanas previas a la del período analizado, por lo que si en la actualidad los precios pegan un "salto", tardarán alrededor de un mes y medio en reflejarse en los rendimientos de los plazos fijos que ajustan por CER.
Para detallar que, inversamente, la reputación de los plazos fijos tradicionales podría haberse "salvado" en todo el trimestre en el caso remoto (y no contemplado por el mercado) de que el IPC hubiera aumentado apenas 1,5% en el mes, "una variante que ni un optimista llegó a contemplar".
Qué ocurrirá en el segundo trimestre
La pregunta que surge entre los ahorristas es qué sucederá con estos números en el trimestre de abril a junio.
En este sentido, Méndez señala que el Banco Central emprendió un proceso de "creciente ralentización" en la corrección de la paridad cambiaria entre el peso y el dólar, "ya advertido en febrero y más aún en marzo".
Y agrega: "Si bien los índices de inflación de enero a marzo no brindaron mayores respuestas a este virtual ´ancla cambiaria´, aumentando por encima de los registrados en el anterior trimestre, es factible que aquellos bienes transables que la Argentina exporta y consume acusen el impacto en el segundo trimestre".
También este economista sostiene que se espera que el ascenso estacional de las liquidaciones de divisas agrícolas de las próximas semanas, le puede brindar fluidez a la oferta de bienes e insumos importados. Algo que está "afectado" en la actualidad.
Finalmente, se espera que el efecto de rebrote de contagios por Covid-19 puede "adicionar efectos depresivos sobre los precios de la economía y, quizás, repercutirá en un menor nivel de actividad por una consecuente reducción de la movilidad de las personas, como medida sanitaria de prevención", detalla Méndez.
Bajo estos supuestos, este analista proyecta que la inflación (IPC Nacional) del segundo trimestre podría alcanzar en el "punta a punta" unos 2 puntos porcentuales menos que el registrado entre enero y marzo. Por lo que podría ubicarse en torno al 9,6% trimestral.
"Esto revalorizaría a los plazos fijos tradicionales, que trabajosamente podrían empatar la suba de los precios internos", dice Méndez.
En este sentido acota que no se prevé que el Banco Central introduzca ajustes en los rendimientos mínimos de estas colocaciones mayores a los 30 días, que hoy se ubican en el 37% anual, que representa alrededor de 3,1% mensual y 9,5% en el trimestre.
Paralelamente, los plazos fijos UVA "mejorarán su destacable performance del primer trimestre en función del ´arrastre positivo´ que generarán los índices elevados de precios que reflejaron febrero y marzo, aplicables en los primeros 45 días del trimestre, en un contexto de suave desaceleración de la inflación", analiza Méndez.
En este sentido, calcula que otorgará un rendimiento de 3,6% en abril, 3,4% en mayo y 3,1% en junio. Por lo que en todo el trimestre podría dar una ganancia, sumado el "premio extra" de estas colocaciones, de 10,7% en total.
¿Qué dicen los economistas?
En base a estos datos, los economistas consultados por iProfesional sostienen que los plazos fijos UVA pueden seguir siendo atractivos, a pesar que es probable que experimenten una leve baja en sus rentas respecto al primer trimestre.
"Si bien los plazos fijos UVA no llegarán a equiparar los rendimientos nominales del trimestre enero a marzo, nuevamente resultarán más redituables que los plazos fijos tradicionales, y superarán con cierta holgura a la inflación trimestral", resume Méndez.
Al respecto, completa que en la medida en la que la inflación (IPC Nacional) tienda a desacelerar más su ritmo de expansión mensual, "potenciará el ´beneficio´ de las colocaciones UVA", debido a que recibirán los "beneficios" de los meses previos, donde hubo inflación cercana al 4% mensual.
Aunque si los niveles de inflación no llegan a convalidar las expectativas de incremento de precios, y persisten en índices elevados, compatibles con los de los últimos dos trimestres, apenas superiores al 11% trimestral, "la ganancia del plazo fijo ajustable por UVA tendería a diluirse".
Es decir, en base a este razonamiento, los plazos fijos tradicionales resultarán "más negocio" para los ahorristas, en caso de desacelerarse la inflación. Pero, en caso contrario y que haya un incremento similar o mayor al actual de precios, seguirán perdiendo atractivo.
Por su parte, Guido Lorenzo, economista jefe de LCG, opina a iProfesional: "Me parece que los plazos fijos van a seguir corriendo por detrás de la inflación. Es decir, entre los tradicionales y los UVA, que siguen al CER, estos últimos, al menos, brindan algún tipo de protección".
Por eso este experto cree que aquellos que buscan a este instrumento, "en realidad no apuntan a la rentabilidad, sino, simplemente, a la protección del valor que tienen".
En resumen, Lorenzo considera que los plazos fijos UVA son la "mejor alternativa en un contexto de incertidumbre, donde la inflación se podría acelerar, algo que iría en contra de lo que quiere el Gobierno por las elecciones".
En cambio, si esto no sucede y finalmente se desacelera la inflación, es un hecho "bienvenido" para la economía, pero apostar por este escenario se considera que sería "arriesgado" para el ahorrista, por las bajas probabilidades que ocurra
En esta misma línea, el economista Andrés Borenstein, director asociado de Econviews, detalla que proyecta una inflación para todo el segundo trimestre en 9,3%, contra cerca de 12% que estima que hubo en el primer trimestre.
Así, "no vemos espacio para bajar la tasa de interés para ahorrar, pero difícilmente la suban", afirma a iProfesional.
"Esto implica que un plazo fijo minorista va a rendir 9,5%, es decir que sigue negativo en términos reales. Aunque es altamente probable que le gane al dólar oficial", agrega Borenstein.
Y finaliza: "El plazo fijo UVA será positivo en el segundo trimestre, porque se ´apropiará´ de la inflación pasada en los cálculos, ya que arranca abril con el CER de febrero, que fue alto, al igual que el de marzo".