Importante si vas a comprar dólares: ¿es viable que cueste $102 a fin de año como pretende el Gobierno?
En el presupuesto 2020, el Gobierno –personificado en la figura del ministro de Economía, Martín Guzmán- prevé que el dólar oficial termine este año en $102,40 y que la inflación anual no supere el 29%.
Eso implica que la devaluación debería darse, de ahora en más, a un ritmo de 1,3%, lo que implicaría bajar a la mitad del nivel actual, dado que, en marzo, se devaluó al 2,6% y se venía de un ritmo del 2,9% en febrero y de casi 4% en enero.
En este sentido, algunas preguntas se escuchan cada vez más fuerte en el mercado: ¿podrá el funcionario cumplir o acercarse a la meta fijada? ¿Qué chances de lograrlo tiene? En busca de respuestas a estas incógnitas, iProfesional consultó a varios economistas, que brindaron un panorama sobre el escenario actual y anticiparon lo que puede pasar con el "dólar Guzmán".
"Si bien viene bajando el nivel de devaluación, llevarlo a la mitad es un fuerte desafío", advierte Fernando Marull, economista y socio de FMyA. Y destaca que, en este momento, el mercado tiene una expectativa de devaluación más acorde al ritmo actual, dado que el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) previó un dólar de casi $119 para diciembre, lo que implica un ritmo devaluatorio de casi el 3% mensual.
Los riesgos del plan de Guzmán para el dólar
Marull destaca que, aun cuando se lograra ese objetivo, como contrapartida habría un efecto adverso: un fuerte atraso del tipo de cambio.
El gran problema de ese atraso es que desestabilizaría las expectativas de devaluación para 2022, como una especie de efecto de patear la pelota para más adelante. Sucede que, tal como lo indica el economista Juan Valerdi, "la variable esencial para el Gobierno en relación a la devaluación de 2021 es la inflación y el índice previsto para este año es del 29%".
Valerdi señala que, para lograrlo, el promedio de indexación mensual de precios debería rondar el 2,2% mensual, meta que parece imposible.
"Es muy difícil que la inflación llegue al 29%. Yo creo que va a estar más cerca de 40% y ese índice está en línea directa con cuánto se deprecia el peso o no", detalla.
"Me parece que la meta del presupuesto para el dólar es incumplible", sentencia. Así, el economista alerta que, si se devalúa un 10% de acá a fin de año, tendríamos un problema grave de caída del valor real del dólar y coincide con Marull en que esto traería consecuencias graves en la economía porque "afectaría la liquidación de exportaciones, alentaría la búsqueda de obtención de dólares por todos los medios posibles y eso retroalimentaría la inflación, lo que nos metería en un círculo vicioso preocupante".
En la misma línea, el economista principal de la consultora Analytica, Claudio Caprarulo, apunta que, en estos días, el dólar futuro se posicionó cercano a los $122,2 para diciembre 2021, un 20% por encima de la cotización de $102,4 que figura en el presupuesto. "Ahí radica la principal dificultad del Gobierno para poder cumplir con su meta de tipo de cambio: las expectativas del mercado", alerta el analista.
Por otro lado, anticipa que mientras la lectura sea que el BCRA no tiene las reservas internacionales para sostener el nivel de apreciación de la divisa estadounidense buscado por el equipo económico, las presiones sobre las cotizaciones paralelas van a recrudecer y, cuanto más amplia sea la brecha cambiaria, más incentivos tendrán los importadores para adelantar compras y los exportadores, para retrasar sus ventas.
"Este escenario –asegura Caprarulo- hará que el BCRA se vea obligado a acelerar la depreciación del peso más allá del nivel que busca el Gobierno".
Muchos frentes, escasos recursos
Con este contexto, el economista Leonardo Chialva, socio de Delphos Investment, afirma que "el Gobierno tiene un margen muy acotado".
Y apunta que si bien lo viene operando correctamente, con aciertos respecto del manejo de la brecha cambiaria y la administración de las reservas y las importaciones, se mueve por "un estrecho desfiladero".
Chialva indica que esta situación de delicado equilibrio está contenida por un contexto mundial favorable en el que la soja tiene un precio de más de u$s500 la tonelada y con un año de La Niña generoso, que va a dejar cerca de 47 millones de toneladas de ese cultivo. No obstante, prevé que "necesitará que haya viento a favor y que no haya una segunda ola muy fuerte de Covid-19 que obligue al Gobierno a cerrar mucho la economía y a asistir nuevamente a las empresas con un alto costo fiscal".
Es que, tal como lo plantea Lorenzo Sigaut Graviña, director de Ecolatina, "el problema es que no es fácil tener dólares para pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI), para financiar la recuperación, para intervenir el mercado financiero y para mantener el atraso cambiario".
Así, por más que haya una fuerte liquidación de los commodities y se apruebe el reintegro de los Derechos Especiales de Giro por parte del FMI, como se prevé que haga para abril, los frentes son muchos.
Perspectivas de devaluación e inflación
Por eso, dese Ecolatina prevén que la inflación y el valor del dólar van a terminar 2021 en niveles superiores a los previstos. "Esperamos una suba de precios cercana al 42% y un tipo de cambio rondando los $110/$115 a fin de año", informa la consultora.
El pronóstico de Analytica es similar: Caprarulo observa que la buena noticia es que, en lo que va del año, el BCRA acumuló casi u$s500 millones más en las reservas y que en la mayoría de las ruedas mantiene una posición compradora de dólares que se va a sostener seguramente los próximos meses gracias a las mayores exportaciones del agro.
Sin embargo, afirma que "mientras no se cierre un acuerdo con el FMI y se logre una acumulación significativa de dólares, difícilmente haya un cambio en las expectativas del mercado que tornen creíble una depreciación de apenas el 22% en nuestra moneda durante 2021 y es poco probable que la inflación baje del 41%".
Así, en línea con lo que señala Chialva, habrá dos elementos clave en este camino hacia fin de año: lo que suceda con la segunda ola de coronavirus y el contexto global, no tanto por los flujos especulativos, sino principalmente por el precio de la soja.
Valerdi, en tanto, alerta que, siendo un año electoral y con una inercia inflacionaria que no se detiene, el margen de maniobra para Martín Guzmán es acotado.
"Si no controla la inflación, se le va a empezar a disparar el dólar, se la van a acabar las medidas con las que apaciguó a la divisa en 2020, que fueron darle muchos bonos dolarizados al mercado y restringir la emisión, además del cierre de la deuda privada", señala.
Por otro lado, pone el foco también en la discusión sobre paritarias y tarifas de servicios públicos, que van a subir bastante, como dos elementos a tener en cuenta.