Cómo puede afectar al dólar y a la economía que haya o no acuerdo con el FMI, según expertos
En la previa a las elecciones, uno de los elementos que todavía no tienen una definición clara es cuándo el Gobierno llegará a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), debido que este año debe cancelar cuotas del cuantioso préstamo que recibió del organismo durante la gestión anterior, y que ponen al país en el peligro de ingresar a un default.
Al respecto, de concretarse un trato con el FMI, esto puede impactar directamente en tu bolsillo, puntualmente, en el precio del dólar e inflación.
Es que ya pasada la reestructuración de la deuda con los bonistas realizada el año pasado, la atención se ha puesto en las negociaciones con el organismo internacional.
Esto ocurre, básicamente, por dos motivos: el primero, es porque del acuerdo con el FMI puede surgir un programa que despeje ciertas dudas en torno al rumbo macroeconómico del país.
Y la segunda causa es que va a implicar resolver cómo se pagan los u$s46 mil millones de deuda que tiene el país con el organismo.
"En lo inmediato, los vencimientos de intereses por u$s1.365 millones y capital por u$s3.821 millones, son montos no menores dado el bajo nivel de reservas", afirma a iProfesional el economista Roberto Geretto, portfolio manager de Fundcorp.
Y completa: "Cabe destacar que para el FMI lograr un acuerdo con la Argentina también es importante, ya que el dinero comprometido representa casi un tercio del monto prestado a todos los miembros. Y si se analizan los intereses a cobrar en el 2021, Argentina representan casi la mitad de lo que el Fondo va a cobrar a todos los países".
Dado lo anterior, a grandes rasgos, el experto considera que se presentan tres escenarios posibles, que, de acuerdo de cuál se trate, se condicionan de distinta manera las inversiones de los ahorristas y las variables que pesan directamente en ellas, que son el valor del tipo de cambio e inflación.
1. Un nuevo acuerdo
Según Geretto, el "mejor caso" sería que se logre un acuerdo con el FMI que despejen las dudas acerca de cómo se afrontarán los vencimiento con el organismo, y también las dudas sobre el rumbo macro.
"En este escenario, no sólo se tienen que considerar las variables propias que se analizan en todo acuerdo con el FMI, como reservas, tipos de cambios, entre otros. Sino también que debe generar cierto optimismo en cuanto a la viabilidad política y social del acuerdo para ser llevado a delante", afirma el economista.
Según los expertos, ya es oficial la intención del Gobierno de lograr un acuerdo bajo la línea Extended Fund Facility (EFF) (facilidades extendidas), a efectos de obtener el mayor plazo posible en el repago de la deuda contraída.
A diferencia del acuerdo anterior (Stand by Agreement), el EFF presupone que la crisis de balanza de pagos se origina por problemas estructurales de la economía, como, por ejemplo, un bajo crecimiento, baja productividad, etcétera.
"Así, los períodos de reembolso de los préstamos son más largos, pero, al menos en la teoría, se deben acompañar con reformas estructurales orientado a solucionar las causas que llevaron a la crisis de balanza de pagos, donde también se agregan las ya conocidas ´metas´ de acumulación de reservas, de formación de activos internos en la economía para limitar la emisión monetaria, entre otras", detalla Geretto.
Por lo tanto, si se llega a dar este tipo de acuerdo y "el optimismo es compartido por los inversores, es muy probable que disminuya la presión en la brecha cambiaria y las reservas, permitiendo un sendero más pronunciado en la inflación. Todo esto llevará a un mejor desempeño macro en el mediano plazo", agrega.
Es decir, el precio del dólar estaría más "calmo", o a la baja, en el segmento libre, por lo que las inversiones en pesos seguirían siendo más atractivas.
2. Un acuerdo "a medias"
Para este economista, un posible escenario es que se logre un acuerdo "por resignación de partes", en donde las metas monetarias, fiscales y acumulación de reservas son posibles, pero no muy ambiciosas. Es decir, "con sabor a nada".
Por ende, las reformas estructurales terminan siendo sólo buenas intenciones, como, por ejemplo, cuando en el 2018 un punto de reforma de la carta orgánica del Banco Central intentaba darle mayor independencia a la entidad monetaria.
"En este caso, la lectura de los inversores va a ser mixta, donde se van a despejar la incertidumbre en torno a los pagos al organismo, pero el rumbo macro no será tan claro", dice Geretto.
Y suma: "Así, la presión sobre la brecha cambiaria en el mediano plazo no tendrá una mejora sustancial, afectando también el sendero de desinflación y crecimiento".
Es decir, una situación muy similar a la que se vive en la actualidad con la distancia que existe entre el dólar oficial y el informal, y una inflación que se mantiene elevada.
3. Que no haya acuerdo
En el peor escenario, descartando el extremo de "patear el tablero" para ir a un "default duro", puede ocurrir que Argentina y el FMI no logren un acuerdo, o se dilate aún más en el tiempo.
"En este caso, cuando se deban afrontar los vencimientos más fuertes del FMI el año próximo, y el país tenga dificultades para afrontarlos dado el perfil actual de dicha deuda y las bajas reservas, se puede entrar en la denominada política del ´lending into arreas´ (LIA)", puntualiza Geretto.
Esto significa que el FMI puede "rollear" (extender) los vencimientos, "en donde a un determinado vencimiento se tiene un ´préstamo´ para que el neto otorgado sea cero y no ocurran desembolsos", completa el experto.
Para que ocurra esto, el organismo deberá percibir que las negociaciones se realizan de buena fe y se encaminan constructivamente.
Por lo tanto, lo anterior sólo es una situación transitoria, donde la "incertidumbre es muy alta".
Bajo este escenario, Geretto opina que "el nerviosismo del mercado será muy alto, por la incertidumbre en torno al rumbo macro y sobre el repago de deuda, aumentando la presión en la brecha cambiaria y del valor de los bonos en dólares".
Es decir, las inversiones y el refugio bajo distintos canales e instrumentos en el dólar estará a la orden del día, ante un estimado salto devaluatorio y aceleración de la inflación.
Asimismo, esto deteriorará todo el frente externo (balanza de pagos) para el país.
"A medida que se acerque el 2022 y un acuerdo no se perciba cercano, los efectos se irán anticipando, en especial si se entra al año que viene sin un acuerdo a la vista", finaliza Geretto.