Alerta por éxodo de inversores: huyen de bonos argentinos y el riesgo país sube 20% en el año
Ni el rally en Wall Street, con subas de casi 4%, fue suficiente para contagiar a los bonos argentinos. Mientras que todo estaba dado para que, al fin, pudieran ensayar un piso, la deuda que emitió Martín Guzmán en septiembre del año pasado siguió vapuleada.
La seguidilla de caídas, a precios de default, tan solo demuestra que la Argentina es "terreno olvidado" para los inversores y que no hay ningún interés ni confianza en el gobierno de Alberto Fernández. "Ya venían muy mal desde el año pasado, pero el discurso de Fernández en el Congreso al inaugurar el año legislativo aceleró las ventas", recordó un experimentado trader al señalar el "giro" -el menos en lo discursivo- hacia el kirchnerismo que dio el Presidente.
Sea como fuera, los bonos mantienen su paupérrima performance a pesar del viento de "cola" que hay en los mercados. Los títulos en dólares perdieron cerca del 2% en promedio y el riesgo país, que elabora el JP Morgan, subió casi 3% hasta los 1.647 puntos básicos. El martes la tasa de los bonos del Tesoro de EEUU aflojaron, algo que venía golpeando a los activos emergentes, con lo cual no había excusas para que la deuda local anduviera tan mal.
Seis meses después, peor que antes del canje
El indicador del riesgo país del JP Morgan sube 20% en lo que va del año y casi 9% este mes de marzo. La aceleración de la huida de los inversores se produce mientras que varios países de la región (México, Chile, Paraguay, Panamá y Perú, por caso) lograron emitir deuda a tasas históricamente bajas en el inicio de 2021. La Argentina va a contramano del mundo.
Por eso los Globales, o sea los títulos ley extranjera surgidos del canje, muestran "paridades" preocupantes. Ya valen, como el que vence en 2035, menos de 30% del precio al cual salieron a cotizar. En algunos casos, los bonos valían más cuando el país entró en default que ahora. El mercado, a estos precios, cree que habrá una próxima reestructuración de la deuda con una quita de al menos el 70%.
Como recuerda el consultor Fernando Marull, hasta fin del mandato de Fernández en 2023, el Tesoro tienen pagar por los nuevos bonos -entre intereses y capital- casi u$s3.000 millones. O sea, virtualmente nada. En solo 4 meses, el BCRA recompró u$s2.000 millones de reservas. De ahí que no se entiende por qué no reaccionan los inversores. Algunos creen que no hay "drivers" para dar vuelta el malhumor. Sin un acuerdo con el FMI ni una mayor disciplina fiscal, la deuda argentina parece espantar a los inversores.
"Hace menos de un año estábamos discutiendo si la tasa que le iban a pedir a la Argentina (exit yield) era del 8% o del 12% luego de la reestructuración. La pandemia ya estaba presente y el confinamiento también. Luego, un baño de realidad, los nuevos títulos cotizan apenas por encima del nivel previo al canje. La tasa no era del 8% sino de más del doble, muy por encima de lo que la valuaron incluso los acreedores a los cuales se les hizo una quita de valor", afirmó un informe de la consultora LCG.
Precios que tientan pero no convocan
"Cada día los precios de los títulos tientan más, pero antes uno debe poner los fundamentos encima de la mesa", dice Javier Rava, director de Rava Sociedad de Bolsa.
"En primera instancia, los bonos están totalmente golpeados, con paridades mínimas históricas alarmantes. Además, al mismo tiempo, pricean expectativas de incumplimiento de pago, lo que llama la atención al faltar bastante para los pagos importantes, teniendo en cuenta lo volátil que suele ser el país en el largo plazo. Respecto a sus rendimientos, estos se mantienen en ciertos casos alrededor de elevados 20% en ambas legislaciones, exponiendo parte de la desconfianza de los inversores", enumera.