Esto es todo lo que debés tener en cuenta para evitar ser víctima de una estafa piramidal
La estafa piramidal es uno de los engaños más conocidos pero sin embargo continúa cobrando nuevas víctimas y es aquella en la que no existe una actividad o inversión real que la sustente, ya que es una empresa, persona o grupo pequeño de personas que prometen altas ganancias a futuros inversores a cambio de que les presten su dinero.
La persona que comienza, le permite a los siguientes inversores obtener sus beneficios a cambio de que logren asociar a más personas a esta pirámide para ir creciendo y obteniendo ganancias seguras "para todos".
Por lo general, cuando la pirámide está llegando a su límite y ya no hay más inversionistas que quieran ser parte, son las últimas personas de la pirámide quienes terminan perjudicadas.
En definitiva, una estafa piramidal es una especie de cadena de referidos o bola de nieve en la que la confianza es el principal factor.
Más allá de como se la presente, no tiene ningún misterio, ya que consiste en ofrecer altos retornos en poco tiempo, utilizar parte del dinero de los nuevos inversores para pagar a los antiguos y dar apariencia de que el negocio funciona. Y lo principal y tal vez más doloroso, quedarse con el resto.
Todo funciona bien hasta que por algún motivo, por lo general una crisis de liquidez propia o sistémica, deja de captar nuevas víctimas. Entonces, todo se desploma porque nunca hubo de fondo un verdadero mecanismo de generación de beneficios.
Estafa piramidal: ¿cómo detectarlas?
Una forma de no caer en este tipo de estafas, es preguntando a la persona que realiza el contacto o ejecutivo de ventas que ofrece ser parte de este negocio, si existe algún registro público de su estrategia de inversión, y de los resultados que ha obtenido en el tiempo.
Lo más probable es que no exista ningún registro público de sus retornos, y le dirá que su estrategia de inversión no puede ser divulgada porque "perdería la magia".
Para evitar sorpresas desagradables, conviene tener en cuenta las siguientes advertencias que brinda Jesús Palau, profesor de la escuela de negocios ESADE:
Rentabilidad segura: la promesa de pagar elevados intereses es muy fácil de cumplir inicialmente, pues el porcentaje pactado no procede de ninguna ganancia sino del aporte de capital que inyectó el inversor.
Como los intereses son elevados, nadie se preocupa por recuperar el capital, por lo que según Palau "hasta que alguien pida que le devuelvas todo, pasa mucho tiempo".
Por eso, confirmar que la empresa está cumpliendo con su promesa de pagar intereses altos a todos los usuarios no debe ser una garantía de que alguien vaya a ser estafado.
Lazos cercanos y de confianza: una de las formas de identificar una estafa piramidal, es saber si son los propios dueños del negocio quienes hacen el contacto directo con sus potenciales clientes o inversores, ya que lo que buscan es generar una mayor sensación de seguridad y confianza.
Dicho de otra manera, si en algún momento surge la palabra "reclutar" o algún sinónimo, es una clara señal de alerta. Esta es la clave para que el negocio se mantenga en pie, ya que según Palau "Necesitan que haya gente que entre constantemente en el juego para que este dure".
Pagar por trabajar: con elevados niveles de desempleo, es común apelar a ofertas de empleo como carnada, pero si en medio de la conferencia explican que para ocupar el puesto de vendedor es necesario primero comprar la mercadería, existe una elevada probabilidad de que se trate una estafa piramidal.
"Hay que tener una cosa clara: uno no debe pagar por trabajar", afirma Palau.
No dejarse deslumbrar. Por lo general las charlas suelen hacerse en hoteles importantes y son presentadas por algún ejecutivo que a todas luces ya es millonario.
A ello se suma la presencia en medios de comunicación de gente famosa y la presencia de personas con testimonios de que su vida cambió pues ganaron mucho dinero en la empresa.
Como explica Palau, muchos inversores antiguos se prestan para estas cosas. A veces, para intentar recuperar parte de lo perdido.
"Ese es un truco muy viejo que se llama el truco del millón de dólares. Alguien "invierte" un millón de dólares para deslumbrar a un conjunto de gente que, si pica, lo compensará", asegura.
No existe control ni fiscalización: al tratarse de empresas que no están reguladas, la mayoría de no están obligadas a tener ningún resguardo o control sobre las inversiones que manejan.
Una vez aclarados estos puntos, cuando alguien reciba el llamado de un conocido al que hace mucho tiempo no se ve y le pregunta si alguna vez ha soñado con ser tu propio jefe, tras lo cual le comenta que está trabajando con una empresa nueva en la que se puede empezar con muy poco y ganar muchísimo dinero, es el momento de pensar que se le tratan de vender una estafa piramidal.
Y si luego lo invita a sumarse junto a otras personas, la desconfianza debe aumentar aún más, por más afinidad o compromiso que se tenga con esa persona.
Esa persona por lo general es un conocido, amigo o un familiar al que ya han engañado y busca recuperar algo de lo perdido.