¿Acelera o frena?: en plena ola de rumores, así está la negociación entre la Argentina y el FMI
Las negociaciones entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) siguen sin mostrar demasiados avances concretos a pesar de las frases de buena voluntad de un lado y del otro. Eso hizo que crecieran los rumores acerca de que el oficialismo no vería del todo mal un aplazamiento en el tan mentado acuerdo aprovechando el viento de cola del exterior y la paz cambiaria lograda. ¿Surgirá un entendimiento en abril o se jugará el Presidente a patear todo para después de las elecciones de octubre y así no aceptar condicionantes?
Según supo iProfesional, en el equipo económico descartaron que esté en sus intenciones "congelar el acuerdo con el Fondo". "Todo lo contrario, la idea es cerrarlo antes de mayo cuando haya vencimientos importantes con el Club de París", dicen en el elenco oficial a banqueros ansiosos por novedades. "Siempre dijimos que esto iba a tardar tiempo porque necesitamos un buen acuerdo hecho por la Argentina. Pero no hay una estrategia de demorar un programa, saldrá cuando esté finalizado", repiten en el equipo económico.
Gestos de acercamiento y expectativas
De hecho, el Gobierno sabe que tiene que mostrarse más proactivo porque la calma financiera con el dólar está supeditada a un programa con el Fondo. El mercado tiene incorporado eso y de extenderse el desenlace, podría haber consecuencias. Los financistas creen que si la Argentina patea el acuerdo para luego de las elecciones, podría poner el riesgo la tranquilidad que hay con el dólar.
Para calmar algunos rumores el presidente Alberto Fernández tuvo una charla virtual con Kristalina Georgieva, la número uno del FMI. Ambas comentaron en redes sociales parte de la conversación: "Acordamos continuar trabajando en un programa diseñado y conducido por la Argentina, que cuente con el apoyo del organismo", dijo Fernández. El presidente participará (virtualmente) del Foro de Davos este jueves para volver a mostrar su mayor proactividad.
Después de la conversación de Alberto con la directora gerente del FMI apareció Martín Guzmán (en gira política en el interior y algunas provincias) avisando que "hay que ir poniendo las cuentas fiscales en orden" y confirmando que no habrá IFE ni ATP este año. Claro, eso no significa que el empoderado ministro de Economía (se dice incluso que lo están "midiendo" para ver la llegada como candidato) vaya a reducir más rápido el déficit fiscal (4,5% estipulado para este año).
Lo cierto es que poco y nada ha trascendido en cuanto a avances concretos en las negociaciones y se instaló la idea de que el Gobierno podría no tener tanto interés en cerrar un acuerdo rápido. "No creo que vaya a ser sencillo cerrar un programa porque la Argentina no está dispuesta a mucho y el organismo tampoco va a firmar cualquier cosa. Ya el Fondo le pidió públicamente al Gobierno que presente un plan económico y después de eso ir peloteando. Pero no hubo ningún avance. Esperaría que comiencen a negociar en serio a la brevedad ahora que ya asumió Biden", afirmó a iProfesional otro banquero local que suele tener diálogo con el equipo económico.
Las cuentas para patear el tablero
La Argentina busca acordar con el FMI un programa de facilidades extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) de hasta 10 años con cuatro de gracia que le permita refinanciar u$s44.000 millones que le otorgó el organismo en 2018 (el préstamo total fue por u$s57.000 millones pero cuando asumió Fernández se frenaron los desembolsos).
En las últimas horas quien cerró un entendimiento así fue Costa Rica: acordó con el FMI un EFF en donde se habló de reformas para asegurar la sustentabilidad de la deuda, estabilidad monetaria y financiera, autonomía del Banco Central y mejora de la productividad laboral. Se pactó un superávit primario de 1% del PBI en 2023. ¿Le pedirán algo parecido a Guzmán?
Por lo pronto, en el mercado sigue la incógnita acerca de si el Gobierno pisará el pedal de acelerar o el de freno. Sea como fuere, un informe de la consultora FMyA del economista Fernando Marull cree que no hay muchas chances de que el Ejecutivo demore hasta después de las elecciones un programa con el FMI. Dice que antes de las elecciones de este año hay que pagarle al organismo casi u$s1.000 millones de intereses trimestrales (en febrero, mayo y septiembre, por casi u$s300 millones cada pago).
Y recuerda que la Argentina tiene us$s1.300 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) en el BCRA, la moneda del FMI, en las reservas netas. "Podríaseguir pagando con DEG, pero se quedaría sin fondos para pagar los u$s1.800 millones de septiembre, por la primera cuota del préstamo al FMI", explica. Un camino es que el Tesoro compre dólares al BCRA y pague al FMI como hizo Nestor Kirchner en 2006.
Además, también hay que pagarle al Club de París. En mayo, caen vencimientos con ese multilateral por u$s2.300 millones. "Para refinanciarlo, primero es necesario tener un acuerdo avanzado o Carta de Intención con el FMI", avisa el consultor.
De esta manera, la estrategia de acordar con el FMI después de octubre chocacon los vencimientos con el Club de París de mayo y con el primerpago de capital al FMI en septiembre.
"Si bien la chance de posponer subió, vemos difícil que el acuerdo con FMI pueda retrasarse hasta después de las elecciones", dice Marull. ¿Por qué? Por un lado, el Gobierno no tiene dólares para pagar los vencimientos de los organismos como sí lo tenía Néstor Kirchner y; por el otro, si no paga, entrará en atrasos que pondrían fin a la calma financiera.