Gustavo Neffa: "Son ilusos los que piensan que alcanza con un acuerdo con el FMI"
Gustavo Neffa es director de Research For Traders, economista y profesor de Finanzas. Dice que un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es condición necesaria pero no suficiente para que los activos argentinos despeguen.
Además, cree que si bien las acciones tienen más upside que los bonos y que todo dependerá de las señales que otorgue el Gobierno con respecto al ajuste fiscal y al resto de las variables que aún no están en equilibrio.
A continuación, un resumen de la charla que mantuvo iProfesional con este especialista del mercado financiero:
-Termina un año donde si bien el Gobierno reestructuró su deuda los nuevos bonos rinden 16% y nadie los quiere. ¿Puede cambiar esto después de un acuerdo con el FMI o ni siquiera así revivirá el atractivo?
-Es condición necesaria pero no suficiente. Ilusos aquellos que piensan que con eso alcanza. Argentina tiene la curva de rendimientos invertidos porque hay un (nuevo) riesgo de reestructuración en unos 5 a 10 años nada despreciable.
El arreglo que hizo el Gobierno fue patear la deuda para adelante. Le están siguiendo empresas y provincias, con el agravante en el caso de las empresas de que por más que tengan los pesos, el BCRA no le vende todos los dólares necesarios para cancelar sus deudas externas.
Hay un riesgo de transferencia, derivado de un riesgo de solvencia del Banco Central y desincentivos múltiples en una economía que aún después de tres años de ajustes no ha encontrado el equilibrio para relanzarse. El FMI dará cierto marco a otros acuerdos como el Club de París y monitoreo a las cuentas públicas, además de algún sendero monetario y fiscal compartido de antemano (que no significa que se vaya a cumplir).
-Las acciones también están "baratas" pero les juega en contra la falta de horizonte de la economía argentina. ¿Tienen más upside que los bonos?
-Sí, tienen más upside de que los bonos. El problema es que no veo que sea el momento. Y no descarto que puedan bajar más. A favor se encuentra el viento de cola de los mercados internacionales (recuperación de las economías centrales, caída del dólar, China y el repunte de los commodities, en especial la soja).
Una suba (no rebote) vendrá cuando se avizore un cambio político, un cambio en la política económica o una recomposición de variables macro más rápido de lo que se espera. Pero difícil en un escenario de aceleración de la inflación y una recuperación del PBI en 2021 de apenas un tercio de lo perdido este año.
Hay claros desincentivos a producir por litigiosidad, altos impuestos, regulaciones múltiples y falta de insumos (no solamente importados). El 2021 será muy selectivo, aunque ni siquiera aquel que exporte logrará captar el cambio en el valor del dólar contado con liquidación por el atraso del dólar oficial y las retenciones.
-Cierra diciembre en medio de un "veranito financiero" para el dólar con la brecha cambiaria cayendo y el BCRA comprando reservas. ¿Se mantiene esto?
-La respuesta está en la pregunta: es un veranito y se acaba. Quizás pueda salvar al BCRA nueva deuda (contraída con un grupo de bancos por ejemplo) para reforzar las reservas. Pero ya no hay reservas de libre disponibilidad y el balance comercial se va a achicar. Veo un piso en el contado con liquidación y el valor del oficial como tema de discusión con el FMI para poder sincerarlo, con los costos políticos que eso significa.
-Al inicio del mandato de Alberto Fernández se pensaba que iba a haber un giro "menemista". Esto no ocurrió y el mercado sabe que está frente a un gobierno donde hay internas con un kirchnerismo duro y un ministro de Economía que quiere hacer un "ajuste" light. ¿El mercado está priceando estas contradicciones que le ponen un techo bajo a los activos argentinos?
-Faltan tres años y es mucho. Hay espacio para realizar cambios. Aunque no veo ninguna señal. Los anuncios de "austeridad" de Guzmán en noviembre chocan con los mayores gastos sociales anunciados. El discurso político de referentes del Gobierno tampoco ayudan.
Evidentemente, eso le pone un techo y le resta atractivo a los activos argentinos, que hoy se encuentran fuera del radar de los grandes inversores mundiales.