¿Plazo fijo tradicional, UVA o dólar?: cuál es la mejor inversión para los próximos seis meses
En un contexto en el que el grado de incertidumbre es muy elevado por varios factores que incluyen cuestiones tanto sanitarias como económicas, es muy difícil para el ahorrista decidir dónde colocar su dinero.
El abanico de cuestiones abiertas incluye, entre otras, lo relacionado con la pandemia, que abarca temas de enorme trascendencia como la llegada o no de la vacuna -cualquiera sea su procedencia- o la posibilidad de que se produzca, al igual que en otros países, la denominada tercera ola de contagios.
Desde el punto de vista económico, la duda es como concluirá la incipiente negociación con el FMI y de qué manera se implementará, pero más que nada cuáles podrían ser los alcances del "ajuste" que intentaría implementar el Gobierno pese a la resistencia de parte de la alianza que lo conforma.
Al respecto, una cuestión que nunca deja de estar presente es la referida al tipo de cambio, pues si bien en las últimas semanas parece haber cedido la presión sobre el mismo, siempre está latente la posibilidad de una corrección para tratar de compensar parte de los desequilibrios que se vinieron acumulando de un tiempo a esta parte.
En tal sentido, la "presión antiajuste" tiene como fundamento que en un año electoral llevarlo a cabo puede ser perjudicial a la hora de contar votos a favor del Gobierno, aún más luego de lo sucedido en 2020 con relación al incremento del desempleo, la caída de la actividad económica y la merma de los ingresos.
Plazos fijos versus dólar: qué rendirá más
Ante semejante escenario, es interesante tomar en cuenta lo que dicen los expertos que aportan sus pronósticos al denominado Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que difunde mensualmente el Banco Central, y que fue publicado a principios de diciembre.
Si un ahorrista que tiene decidido su horizonte de inversión acotado a unos tres meses, es decir con vencimiento a mediados de marzo, maneja como opciones un plazo fijo renovable cada 30 días, un plazo fijo UVA, que tiene un mínimo de 90 días y ajusta por la variación de precios al consumidor (IPC), o comprar dólares en el mercado oficial. Si consulta los resultados del REM, probablemente se vuelque al plazo fijo ajustado por precios, pues obtendría una rentabilidad piso de casi el 13%, más algún adicional que le pague el banco en el que hizo el depósito.
Con esta opción le estaría sacando más de un punto porcentual de ventaja al dólar solidario que venden los bancos, pues considerando que no se altera el impuesto del 30% y la retención del 35% a cuenta del Impuesto a las Ganancias, este aumentaría poco menos del 12%, para ubicarse en torno de los 160 pesos.
Finalmente, quien opte por un plazo fijo tradicional, más allá que se espera una suba sustancial de la tasa de interés, obtendría un rendimiento apenas por encima del 9 por ciento.
En cambio, si el horizonte es más prolongado y se extiende hasta mediados de mayo, la cuestión se complica, pues en este caso existiría un virtual empate entre un plazo fijo UVA y la variación del precio del dólar, pues se estima que ambos subirían un 25 por ciento. El plazo fijo tradicional, por su parte, se ubicaría unos 5 puntos por debajo.
Los plazos fijos tradicionales, en declive
En línea con los pronósticos reflejados en el REM, desde la consultora LCG se mostraron escépticos en lo que hace a un cambio de la tendencia bajista en el stock de plazos fijos en pesos, debido en parte al aumento de la inflación y las oscilaciones de la brecha cambiaria.
"Esto, incluso teniendo en cuenta eventuales subas de la tasa mínima que pueda hacer el BCRA", agregan.
Por su parte, desde un banco de primera línea sostuvieron que "si bien la suba de las tasas de plazos fijos mejoró en algo la rentabilidad de los ahorristas más conservadores, el stock de los mismos se está contrayendo desde mediados de octubre, en tanto que, como contrapartida, se observa una cierta tendencia a migrar hacia plazos fijos UVA".