El mercado ya baraja la fecha de la próxima devaluación: ¿por qué la calma del dólar está en riesgo?
La situación cambiaria en esta especie de "veranito" sigue sonriéndole al Gobierno, al menos, en forma parcial.
Si bien los tipos de cambio alternativos continúan a la baja (y, por ende, la brecha se achica a un máximo de 90% cuando supo ser del 140%) y el Banco Central que controla Miguel Ángel Pesce volvió tímidamente a comprar dólares en el mercado de cambios, las reservas internacionales (el dato clave que desvela a Alberto Fernández y a Martín Guzmán) siguen en caída.
En los primeros seis días operativos de este mes, el BCRA logró tener un saldo comprador en el híper regulado "Mercado Único y Libre de Cambios" (MULC), o sea la plaza oficial. El Central logró adquirir u$s154 millones en términos netos pero las reservas, en el mismo período, caen u$s535 millones (cerraron este martes en u$s39.322 millones).
En el mercado dicen que tiene que ver con pagos a los organismos multilaterales de crédito (FMI, BID y Banco Mundial), a los cuales no se los puede defaultear mientras se negocia cómo refinanciar.
Además, no sólo las arcas del Central suben o bajan por lo que se hace en la rueda cambiaria, sino que tiene mucho que ver la valorización (o pérdida) de sus activos. Monedas como el yuan, el oro y títulos públicos afectan el saldo bruto de las reservas internacionales. La caída de depósitos en dólares, también, produce un "goteo" de las reservas.
El Fondo y un plan para aumentar reservas
El dato no es menor porque del nivel de reservas se desprende la fortaleza real que tiene la entidad para evitar una devaluación. Las reservas líquidas netas, según algunos economistas, ya son negativas y por ende el poder de fuego del BCRA es muy limitado. Si bien todo indicaría que este mes el BCRA podría revertir la caída de divisas, en lo que va del año tiene números en rojo vivo: u$s5.526 millones de caída.
En medio de las negociaciones con la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que llegó a la Argentina estará sobre la mesa cómo el país puede recuperar reservas. A los emisarios del organismo, Julie Kozack y Luis Cubeddu, les preocupa este tema e intentarán proponer algún esquema de meta para los próximos años.
Guzmán ya había planteado en su momento una especie de hoja de ruta de las reservas: el ministro aspiraba a tener u$s65.000 millones para 2024 y alcanzar los u$s77.000 millones en diez años. Misión que luce difícil.
Por lo pronto, en el mundo de las consultoras y bancos todavía se duda de que las medidas que implementó el Gobierno para calmar estas dos semanas al dólar vayan a seguir funcionando.
"Argentina está en medio de una victoria pírrica. Las regulaciones en el mercado cambiario empezaron el 15 de septiembre, la brecha en aquel momento oscilaba el 70%. Durante los 45 días que siguieron se transitaron 3 enfoques distintos para abordar la cuestión cambiaria", dice la consultora LCG.
Y agrega: "La batalla aparentemente ganada por Guzmán implicó perder más de u$s2.500 millones, una brecha que se incrementó fuertemente y se instaló en un nivel más alto que previo a las medidas, más restricciones al mercado de cambios, la inflación se aceleró, la actividad se ralentizó y hay mayor exposición del sector público a una depreciación del peso. Más aún, las reservas internacionales siguen cayendo. Otra victoria como esta y estamos perdidos".
Diciembre y enero, claves a seguir
La firma sostiene que ahora se pueden esperar unos días/meses de estabilidad pero "diciembre será duro de transitar debido a que, por un lado, la economía demanda más pesos estacionalmente pero por otro lado, la demanda de circulante está cayendo. Hay riesgo de recrudecimiento de la inflación y la depreciación del peso", dice.
En la misma línea, Martín Polo, el estratega de Cohen, afirmó en un reciente informe que pese a que en la última semana el gobierno logró cierta calma en los mercados, en parte ayudado por el mejor entorno global y debido a algunas señales en cuanto a moderar el uso de la emisión monetaria para financiar al Tesoro, "los problemas de fondo de la economía siguen en pie".
"Esto hace que la pax cambiaria reciente no sea duradera más allá de lo que resta del año. Considerando el fuerte desequilibrio fiscal que se avecina para diciembre, que será financiado en mayor medida por emisión monetaria, vemos probable un ajuste cambiario para principios de 2021, más tarde de esa fecha entraría en conflicto con las ambiciones políticas del gobierno", sostiene Cohen.