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Argentina: el extraño caso donde el dólar se vende en "cuevas" y tiene ocho precios distintos

Una columna de opinión del diario El País de España, intentando explicar el curioso fenómeno del ecléctico mercado cambiario argentino
14/10/2020 - 09:49hs
Argentina: el extraño caso donde el dólar se vende en "cuevas" y tiene ocho precios distintos

El mundo del dólar en Argentina es polifacético, popular, delirante, colorido, rarísimo. Con o sin pandemia, a lo largo de las distintas etapas políticas, cualquiera sea la estación del año, hay zonas de Buenos Aires donde una palabra suena, como un eco.

 Cientos de personas — tal vez miles — la repiten como si fuera un mantra, una plegaria, una oración. Aunque, en realidad, es una oferta, un anzuelo, un convite: "¡Dólar! ¡Dólar!"

Así comienza la columna que el periodista Ernesto Tenembaum escribió para el País de España, intentando explicar el curioso fenómeno del mercado cambiario argentino.

En la nota, se describe a los llamados "arbolitos" como los encargados de guiar a quienes quieran comprar — o vender— dólares hacia lugares que la jerga popular define como "cuevas". 

Argentina: el extraño caso donde el dólar se vende en
Argentina: el extraño caso donde el dólar se vende en "cuevas" y tiene ocho precios distintos

Una cueva — allí dónde se consigue el billete verde — puede ser un supermercado, un kiosco de revistas, un cabaret, una estación de servicio, una joyería o un puesto de flores. Quien quiera comprar o vender dólares se acerca, entonces, al arbolito, lo sigue hasta la cueva y, como quien no quiere la cosa, como si estuviera comprando o vendiendo drogas, pero menos disimuladamente, hace el canje.

El beneficio de la operación es fácil de entender. Si alguien que tiene dólares ahorrados, quiere venderlos legalmente, el Banco le dará 80 pesos locales. Pero si lo vende en una cueva, recibirá 160. Eso para los vendedores. Si alguien, en cambio, quiere comprar dólares le convendría acceder al precio oficial, pero eso está prácticamente prohibido. Entonces, quien pretenda ahorrar en dólares — y son muchos los argentinos que comparten ese deseo — tiene que ir a una "cueva". 

Argentina es el país de las cuevas. Las hay por todas partes. Cada quien tiene un amigo, un verdulero, un taxista, un empleado de Rappi o Glovo que lleva y trae, o algún otro contacto. Las cuevas son clandestinas en los papeles. Pero es casi un chiste.

Argentina y sus múltiples tipos de cambio

En Argentina hay seis o siete tipos de dólar. Existe el dólar oficial o "banco Nación", que vale 80 pesos. Solo los importadores tienen acceso a un dólar tan barato. Al Gobierno le interesa que ese precio no se dispare, porque define los precios de muchos otros productos. Un aumento del dólar oficial dispara la inflación.

Ese dólar debería servir también para exportar, pero los exportadores pagan impuestos especiales que se llaman retenciones. De allí nace el "dólar campo", que es igual a 80 menos las retenciones. Y el "dólar campo" se divide en "dólar trigo", "dólar maíz" y "dólar soja" ya que cada cultivo tiene su propia retención.

En el mercado negro — en las cuevas — se consigue  a 160 el dólar "blue", "clandestino", "ilegal", "paralelo", o "libre". No importa el precio, los argentinos lo buscan porque la experiencia les ha enseñado que siempre, a la corta o a la larga, sube. Por eso, los atesoran, los guardan, los esconden. Hay dólares en las casas, en las cajas de seguridad, en cuentas off shore, o en escondites ridículos, el pie de una cama, el entretecho de una habitación, un frasco que se esconde en un freezer, un pozo en el fondo de un jardín. A esos refugios, el argot los define como "canutos".

En el mercado negro — en las cuevas — se consigue  a 160 el dólar
En el mercado negro — en las cuevas — se consigue  a más de $160 el dólar "blue"

También existe el dólar "turista" o "solidario". Si alguien necesita viajar, pagará sus gastos con tarjeta de crédito, pero el Gobierno recargará un 30% de impuestos y luego un 35% de anticipo a cuenta de futuros impuestos: 132 pesos en total. Hay, además, unos pocos privilegiados que pueden comprar 200 por mes para ahorrar: esos también pagarán el precio "solidario". Entre estos últimos, muchos utilizan el "dólar puré", como se bautizó al dólar oficial que algunas personas compran al valor "solidario" de 132 para inmediatamente ir a una cueva y venderlo al valor del mercado negro, de 160, y hacer así una diferencia.

Finalmente, están los dólares "bolsa" y "contado con liqui". Son para las personas, o empresas, que tienen plata declarada y quieren acceder a un dólar cuyo origen puedan justificar. Los interesados entregan una cantidad de pesos, y con eso compran acciones argentinas que cotizan en la Bolsa de Nueva York. Luego, la vende en dólares y esos dólares pueden volver, declarados, a la cuenta del inversor.

"Este laberinto podría ser, apenas, una anécdota pero, en realidad, es una tortura para la economía argentina. Actualmente, el país no debería tener problemas con el abastecimiento de divisas. La soja, que es su principal exportación, está muy cara. Por la recesión, importa mucho menos de lo que exporta. Los salarios en dólares se han licuado muchísimo, por lo cual la economía argentina es muy competitiva. Pero la demanda de dólares es permanente, imparable y entonces nada alcanza: hay una corrida contra el peso que ya dura dos largos años y medio. El Gobierno pone límites y así es como se conforma el mercado negro con todos sus vericuetos", indica la nota de El País.

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