Si invertís en la Bolsa, tenés que saberlo: cómo diseñar una estrategia de diversificación exitosa
El refran indica que "no hay que todos los huevos en la misma canasta", que suele ser el principal consejo que se recibe a la hora de invertir el dinero. Y que en términos técnicos, se denomina "diversificar".
Sin embargo, hay dos formas de hacerlo:
- Macrodiversificación: es apostar a inversiones bastante alejadas unas de otras y que implican distintos niveles de riesgo. Por ejemplo, 60% en propiedades, 20% en plazos fijos, 20% en la Bolsa y 10% en criptoactivos, enumera el economista Nicolás Litvinoff
- Microdiversificación: hace referencia a cómo diversificamos la inversión al interior de los niveles macro antes mencionados. Por ejemplo: dentro del 20% del capital a la Bolsa, con un portafolio compuesto en un 50% por títulos públicos, 40% son acciones y 10% son cauciones bursátiles. O dentro del 10% que invertimos de criptoactivos, 60% en Bitcoin, 20% en Ethereum, 10% en Litecoin y 10% en Zcash
La experiencia afirma que, entre los inversores, la microdiversificación es más usual que la macrodiversificación, puesto que resulta más sencillo conocer las reglas y operar en un solo campo de juego (propiedades, Bolsa, productos bancarios o criptoactivos) que en varios.
Pero en esa microdiversificación, afirma el experto, es común que se cometan errores conceptuales como el de la "diversificación intuitiva", en la que el inversor diversifica por cantidad y no por calidad. Un caso típico es el de aquel que compra acciones de 10 empresas distintas y cree que así está diversificando su portafolio de inversiones.
En rigor, de esa forma no se está diversificando en absoluto porque:
- A nivel macro, está invertido 100% en la Bolsa y una caída generalizada del mercado le causará pérdidas importantes en la valuación de su portafolio
- A nivel micro, se está concentrando solo en acciones (renta variable), cuando la Bolsa le ofrece activos que suelen ser más estables, como bonos (renta fija) de corto plazo, o acciones de empresas extranjeras (Cedears), que, si bien cotizan en pesos, se rigen por las monedas de sus países de origen y, en general, no se ven afectadas por lo que pase con el mercado local.
- Tampoco se definió qué sectores comprar: no es lo mismo invertir en acciones de cinco bancos que en acciones de dos bancos, dos constructoras y una empresa gasífera, señala Livitnoff
Cómo hacerlo de manera profesional
Para diversificar de manera correcta en el mundo de las acciones debe darse importancia a un coeficiente llamado Beta, que mide el grado de correlación entre un activo (una acción líder de Wall Street, por ejemplo) y su índice de referencia (el S&P Merval).
La Beta se puede calcular con una fórmula puntual, aunque cualquier sitio de finanzas que informe las cotizaciones de las empresas ya la ofrece calculada cuando ingresamos en el gráfico de la acción.
Una acción con Beta menor a 1 es considerada defensiva, pues suele moverse más suavemente que el resto del mercado, mientras que otra con Beta superior a 1 suele ser más volátil en su cotización y se considera una apuesta agresiva.
Esto implica que, ante una baja generalizada del mercado, es más probable que pierda menos quien haya adquirido la acción defensiva, mientras que, en el caso de una suba, posiblemente gane más el inversor agresivo.
Por ejemplo, las acciones de Coca-Cola, que cotizan en la Bolsa de Nueva York, tienen una Beta de 0,55, por lo que son consideradas defensivas. En momentos de fuertes caídas, no es un mal lugar donde estar.
Por el contrario, las acciones de automotriz tecnológica Tesla tienen una Beta de 1,30, lo que habla de su marcada volatilidad (fuerte movimiento diario de sus acciones) y de cómo suele superar con facilidad un movimiento alcista (y también bajista) del mercado.
Pero falta el paso más importante: calcular la Beta Media Ponderada de la cartera de inversiones. Para ello, con cada acción adquirida se debe hacer lo siguiente: multiplicar su Beta por la cantidad de dinero invertida en esa acción.
Luego, el resultado de cada acción se debe sumar y el total se debe dividir por la cantidad de dinero total invertida. Si en mi portafolio tengo $10.000 en una acción con Beta 0,5 y $5.000 en otra acción con Beta 1,5, mi Beta Media Ponderada lo obtendremos haciendo la siguiente cuenta: (10.000 x 0,5 5.000 x 1) / 15.000 = 0,83.
Con solo observar la fórmula, sabremos si estamos invirtiendo en acciones con distinta Beta y el resultado de la cuenta nos dirá si la cartera tiene una Beta Media Ponderada alineada con el índice de referencia del mercado (=1), es defensiva (1).
Por ejemplo, si luego de realizar el cálculo se llegó al resultado anterior (0,83), entonces se estará diversificando más el portafolio al agregar acciones con Beta ofensiva, como las de Tesla, de manera de acercarse a un valor igual a 1.
Si lo que proyecto es que el mercado tiene más probabilidad de caer que de subir es posible, por el contrario, posicionarse en acciones más defensivas para bajar aún más el Beta, acotando mis ganancias en caso de una suba generalizada, pero también pérdidas en caso de una caída, concluye el experto.