Dólar que entró, salió: la compra de divisas se multiplicó por 20 en lo que va del año y la fuga de capitales fue abrumadora
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Una de las discusiones que más fervor desata entre analistas y observadores es la que se refiere a la denominada "fuga de capitales".
Desde la óptica oficial se la suele caratular como "formación de activos externos" pero en la vida diaria es frecuente definirla como aquellos billetes que salen del sistema financiero y terminan en el colchón, una caja de seguridad o en una cuenta en el exterior.
En la práctica, todo se refiere a lo mismo: fondos que estaban bancarizados y que por algún motivo dejan de estar depositados en una cuenta de un banco local.
En este contexto, cabe preguntarse qué ha venido sucediendo con los dólares que se compran en el mercado oficial de cambios, ya que una vez adquiridos se depositan en la cuenta del titular y quedan a su entera disposición.
Las estadísticas oficiales indican que al cabo de los primeros seis meses del año las compras de "personas humanas" en el mercado oficial de cambios ascendieron a unos u$s3.000 millones, lo cual implicaría una salida mensual del orden de poco más de u$s400 millones por mes.
No obstante, este promedio puede resultar engañoso pues en la práctica, según surge del Informe del Mercado de Cambios que elabora en forma habitual el Banco Central, se está en presencia de un ciclo con clara tendencia creciente cuyo pico culminante ha sido precisamente junio, mientras se espera que se publiquen las cifras del mes que acaba de concluir.
Si se hace un rápido repaso de lo sucedido en estos meses, en enero pasado y apenas comenzó a regir el impuesto solidario, se vendieron apenas 32 millones para atesoramiento, mientras que el resto (u$s200 millones) se destinó a viajes y otros gastos con tarjeta, según la información oficial.
Durante febrero y marzo el volumen vendido por el Banco Central no varió demasiado, pues en promedio rondó los u$s200 millones, pero a partir de abril y con el inicio de la cuarentena y del segundo trimestre del año se ingresó en un período en el que la demanda creció en forma abrupta, ya que en mayo se totalizaron unos u$s534 millones, de los cuales u$s438 millones se destinaron a atesoramiento y en junio las ventas alcanzaron los u$s778 millones, con u$s618 millones que terminaron en el bolsillo de los compradores y u$s110 millones para el resto de las operaciones autorizadas.
"Solo en junio hubo 3,3 millones de personas que compraron el dólar solidario. El volumen es bastante importante, hubo compras netas por más de u$s600 millones. Lo que refleja es un repudio al peso", explica Amilcar Collante, economista jefe de CESUR.
Del repaso de las cifras surge que los fondos destinados al atesoramiento entre enero y junio se multiplicaron nada menos que por 20 a partir de las exiguas cifras del primer mes del año, mientras que el total, que incluye gastos de viaje y con tarjeta se acrecentó en casi 3,5 veces.
Pero lo más interesante surge de comparar las ventas acumuladas a lo largo de estos seis meses con la evolución de los depósitos en caja de ahorro en dólares, que es el destino de las compras. En tal sentido, el panorama no es muy auspicioso, ya que en igual lapso los saldos de las cuentas muestran una caída de casi u$s2.000 millones.
Si bien los saldos mensuales cayeron a lo largo de todo el semestre, las mayores salidas se registraron en enero y mayo, cuando disminuyeron u$s777 millones y y u$s860 millones, respectivamente. Curiosamente, el mes con menor salida fue junio, con apenas u$s28 millones, pese a que en el mismo se registraron las mayores compras del período.
De la comparación de los montos ingresados a las cajas de ahorro, producto de las compras de dólares oficiales y los saldos a fin de mes de las mismas, surge claramente que "dólar que entró, dólar que se fue del sistema".