El Banco Central ya emitió más de $1,2 billones: expertos alertan por impacto en el dólar
En junio, el Banco Central (BCRA) pisó el freno de la emisión monetaria. Aunque sigue en niveles históricamente altos, el mes pasado el organismo que conduce Miguel Pesce salió casi empatado en materia de inyección de pesos. Así, junto con los controles cambiarios más estrictos, logró moderar la brecha cambiaria.
En concreto, durante junio la expansión monetaria total sumó $33.300 millones. El rubro que más pesos inyectó fue la transferencia de utilidades del BCRA al Tesoro, con $200.000 millones. El resto de las operaciones con el sector público, en tanto, expandieron otros $105.000 millones. Las compras de dólares en el mercado, en tanto, significaron una emisión de $46.400 millones.
Por el lado contrario de la ecuación, la colocación de Leliq entre los bancos aspiró más de $335.000 millones, que se combinó con otros $33.700 millones que el BCRA retiró vía pases.
Esos dos instrumentos, que son los principales pasivos remunerados de la autoridad monetaria, muestran un aumento importante y su stock ya iguala a la base monetaria total, en la zona de los $2,2 billones.
De esta forma, el BCRA modificó la estrategia que venía llevando adelante desde que arrancó la pandemia y empezó a aspirar parte de los pesos que debió emitir para afrontar la crisis y que los analistas aseguran que podrían generar un salto en el dólar y la inflación.
"En junio se registró un cambio sustancial en lo que respecta a la política monetaria, y todo lo que se emitió se absorbió de forma casi instantánea", resumió Portfolio Personal Inversiones (PPI).
Nueva estrategia
"Efectivamente hubo un cambio en el sesgo de la política monetaria, en comparación con lo que se venía viendo desde principios de la pandemia. A mediados de marzo, el BCRA comenzó a emitir para financiar el aumento en el déficit fiscal y la mayor emisión se sumó también al intento de impulsar el crédito. Para eso, el BCRA forzó un desarme de Leliq de los bancos", recordó Martín Vauthier, director de EcoGo, en referencia a las medidas que había tomado el organismo para facilitar la colocación de préstamos pymes a tasas de 24%.
El economista explicó que, desde ese momento, "estaban abiertos los dos canales de expansión: la emisión para financiar al Tesoro como el desarme de pasivos remunerados". El efecto de ese combo no se hizo esperar: "Generó un desplome en la tasa de interés en pesos y combustible para la brecha cambiaria".
Sin embargo, el BCRA empezó a revertir parte de ese movimiento en junio, ya que volvió a colocar mayor cantidad de Leliq y pases en los bancos.
"Todavía tiene que seguir emitiendo para financiar al fisco, en un contexto de aumento en el déficit fiscal por la pandemia y en un país que no tiene crédito ni ahorro. Pero, con los cambios en el espacio que los bancos tienen en sus balances para Leliq y pases pasivos, el BCRA retiró una buena parte de la expansión. Eso, en el corto plazo, ayudó a restarle algo de presión a la brecha cambiaria", sostuvo Vauthier.
Las cotizaciones paralelas del dólar, de hecho, mostraron un retroceso el mes pasado y la brecha cambiaria se desplomó de niveles cercanos al 100% al 40% promedio actual. No obstante, en ese punto también ayudaron las mayores restricciones a la operatoria del dólar Bolsa.
Riesgos latentes: inflación y salto del dólar
Los especialistas coinciden en que el cóctel de expansión (y contracción) monetaria, junto con aumento del circulante y fuertes restricciones cambiarias, genera muchas dudas de cara a los próximos meses.
Si bien la inflación se encuentra contenida, en parte por el freno a la actividad económica que impuso la pandemia, la paulatina vuelta a la actividad puede descongelarla en los próximos meses.
"De no administrarse esta expansión en los próximos meses, podría trasladarse a los precios. Por lo tanto, esperamos que el BCRA continúe con su postura (de absorción) incluso luego de que se vayan levantando las restricciones a la movilidad", afirmó Santiago Gámbaro, economista jefe de Analytica.
Martín Vauthier coincidió: "Obviamente, hoy está muy ayudado por los controles cambiarios, por el cepo, pero es importante que el BCRA mantenga esta política e intente administrar con prudencia el exceso de liquidez y la emisión monetaria que inevitablemente va a tener que hacer para continuar financiando al fisco".
Desde Ecolatina, en tanto, encendieron luces amarillas sobre las posibilidades que tendrá el BCRA de continuar con su política de absorción monetaria en un año de elevado déficit fiscal, cuya financiación "no está clara".
"Si bien la expansión de la base monetaria se atenuó en las últimas semanas, producto de la esterilización vía Leliq y pases, a la par que se abrió algo de espacio para que el Tesoro Nacional colocara deuda en pesos, no queda claro cuánto espacio habrá para seguir con estas políticas de absorción en el corto plazo", sostuvo Ecolatina.
La consultora advirtió que "si el mayor déficit fiscal producto de la pandemia/cuarentena no se ajustara rápidamente, se reactivarían las tensiones cambiarias", entre las que mencionó la "suba de las cotizaciones paralelas, mayores expectativas de devaluación y menores excedentes de dólares en el mercado oficial".
En Grupo SBS se manifestaron en la misma línea: "En 2020 Argentina sufrirá uno de los golpes más profundos del mundo y de su historia, mientras en 2021 vería una de las recuperaciones económicas más lentas. En este marco, es fundamental que el Gobierno logre remover algunas de las restricciones que pesan sobre la economía", dijeron.
Según su análisis, el riesgo de inflación está latente: "La clave pasará por mostrar que el aumento del déficit fiscal y la emisión monetaria que lo está financiando son transitorios, ya que de lo contrario se arriesga un nuevo salto inflacionario".
No alcanza a revertir la tendencia
Pese al cambio de enfoque monetario del mes pasado, en los primeros 6 meses del año se emitió más de $1,2 billón para financiar el déficit fiscal.
"La dinámica de los ingresos se mantiene muy desfavorable, en especial para los impuestos vinculados a la actividad, el empleo y el comercio exterior. Esto lleva al Tesoro a apoyarse cada vez más en la asistencia monetaria del BCRA y por eso la emisión ya se transformó en la principal fuente de financiamiento del Gobierno superando a los impuestos, una tendencia insostenible", recalcaron desde SBS.
El principal factor de explicación de esa expansión fueron las transferencias de utilidades, que sumaron $940.000 millones. Los adelantos transitorios (que funcionan como préstamos del BCRA al Tesoro) significaron una inyección de otros $312.000 millones. Un número similar se emitió por intereses y remuneraciones de cuentas corrientes.
Esto fue parcialmente contrarrestado por la colocación de $888.000 millones en Leliq y $300.000 en pases. Para Gámbaro, esa contracción ayuda al BCRA a mantener limitado el efecto de la expansión sobre la inflación.
"En lo que va del año se transfirieron $1.225 millones, que es el 60% de la base monetaria hoy. Sin embargo, el Central absorbió el 95% de esa expansión a través de pases y Leliq. Este es el principal motivo por el que el traslado a precios está contenido, de momento, y es posible sólo en un contexto de cepo cambiario y fuerte regulación al sistema bancario que evita la fuga al dólar", apuntó.
No obstante, el analista resaltó que, aunque no hay un crecimiento tan fuerte de la base monetaria debido a la estrategia de absorción, "sí hay traslado hacia el resto de los agregados monetarios".
"Billetes y monedas crecen al 80% interanual y el M2 privado (que incluye circulante en poder del público y los depósitos a la vista en pesos del sector público y privado no financiero), al 100% interanual", puntualizó Gámbaro. Y consideró que esto "no se condice con la evolución de la economía real".