Alerta por la deuda: inversores piden cobrar ahora mismo los seguros contra default
Mientras que el Gobierno siguió minimizando el default del viernes pasado cuando dejó de pagar los 503 millones de los bonos Globales, en el mundo no se discute si el país cayó oficialmente en un nuevo -el noveno según los historiadores- pagadiós.
Tan es así que este martes, primer día hábil post feriado en los Estados Unidos por el Memorial Day, llegó el primer pedido formal para que se declare a la Argentina en default abierto.
Si bien antes lo determinaba la International Swaps and Derivatives Association -ISDA-, el organismo que regula el mercado de derivados financieros a nivel mundial, ahora esa decisión pasó a otra compañía independiente de ésta que debería dictaminar el veredicto llamada DC Administration Services, Inc. (DCAS).
No es un tema semántico para los inversores sino más bien de dinero. Ellos piden que esta organización, que regula el mercado de los seguros contra un default, habilite el pago del siniestro. Para eso, los damnificados pidieron por escrito que se determine si lo que pasó el viernes pasado es un evento de crédito que amerita gatillar los contratos.
¿Se ha producido un evento de incumplimiento de pago de crédito con respecto a República Argentina?, es tal cual está formulada la pregunta que los inversores le piden a un comité de determinación que indique el veredicto.
Definición breve y rápida
En la presentación que hicieron los inversores, que no fueron identificados, adjuntan artículos periodísticos como pruebas de que la Argentina está en default. Presentaron notas de The Economist, The Wall Street Journal y Reuters donde se habla de la decisión de no pagar que tuvo el país.
Ahora, y como era obvio, los que compraron esos seguros y pagaron muchísimo dinero porque era altamente probable que el país dejara de cumplir, quieren cobrar.
Si bien todavía no hay fecha para que el comité que determinará esto se expida, se cree que será relativamente rápido ya que no hay mucho que analizar. Dejar de pagar, para el mundo, es un default más allá de las excusas del Gobierno acerca de que sigue negociando con los acreedores.
Algunos recuerdan que con el defaults anteriores el organismo se expidió en cuestión de días. No deberían tardar demasiado, siempre lo hacen relativamente rápido, explicaba un operador de un banco extranjero.
Los CDS de la Argentina ya cotizaban, de todas formas, a precios de default. El contrato que cubre al inversor desde el momento que lo compra y por el transcurso de cinco años, tiene un valor de 13.000 puntos básicos o 130 por ciento.
La probabilidad implícita de que el país en ese lapso de tiempo deje de pagar la deuda es del 100 por ciento. Traducido en dinero, significa que el comprador del CDS paga 130 dólares por año durante 5 años para asegurar un monto de 100 dólares.
Agencias tampoco dudan
De ahí que la probabilidad de que ese contrato no se cumpla es total. Estos contratos son estructurados por los bancos de inversión que se los venden a los clientes como los fondos para que protejan sus inversiones en el caso de un incumplimiento del emisor.
Sea como fuere, se cree que la resolución será express. Este martes dos calificadoras salieron a poner en default al país, si bien la calificación de la Argentina ya tenía incorporado ese evento.
La agencia Fitch bajó la nota de Argentina a "default restringido" desde "C", debido al incumplimiento del pago de intereses de tres bonos dentro del período de gracia estipulado, mientras que la agencia Standard & Poor's recortó la nota de cuatro bonos argentinos a "D" desde "CC".
El mismo día que el país no pagó, la Emerging Markets Trade Association (EMTA), es una asociación formada por bancos y casas de bolsa con sede en EEUU, decretó que el país ya estaba en default y anunció que debido a eso sus bonos externos pasarán a tradear "flat" desde este martes.
Eso quiere decir que el precio de los bonos incluirá todos los intereses corridos hasta la fecha de transacción, algo que explicó en parte la suba de los títulos este martes ya que se valorizaron en forma contable.