Créditos baratos para empresas: tres opciones para pagar salarios y otros gastos, más allá de los préstamos subsidiados
Las Pymes se encuentran en una situación de estrés financiero muy importante y, si bien las líneas de crédito subsidiadas existen y el Gobierno ya adelantó que se renovarán en mayo, muchas empresas no logran acceder a ellas o, simplemente, no les alcanza.
Con la producción parada y gastos por afrontar, los empresarios pyme deben buscar otras alternativas de financiamiento. En ese sentido, el mercado de capitales ofrece buenas herramientas que llegan a ofrecer mejores tasas que las líneas de crédito subsidiadas.
El descuento de cheques de pago diferido y su versión digital, el echeq, son la opción más popular entre las pymes que se acercan al mercado de capitales. El combo se completa con la factura de crédito electrónica y el pagaré bursátil.
Esos instrumentos se descuentan en el Mercado Argentino de Valores (MAV), con sede en Rosario, que es el mercado especializado en instrumentos pyme. Su Director Ejecutivo, Fernando Luciani, destacó: "Los números de financiamiento pyme en el mercado de capitales son buenos. Si bien el financiamiento en Argentina es una materia pendiente, porque el sistema es chico, ha tenido un excelente desempeño en este momento de pandemia. No hubo ni un minuto de alteraciones operativas. Eso permitió que los volúmenes operados sean los mismos que en un contexto de normalidad".
Según explicó el ejecutivo, en los primeros 4 meses del año las pymes se financiaron en ese mercado por más de $50.000 millones y el ritmo mensual se mantuvo sin alteraciones en marzo y abril, pese a la cuarentena. De ese total, unos $44.000 millones fueron explicados por el instrumento preferido de las pymes: el cheque de pago diferido, impulsado por su nueva versión digital.
Fuerte interés por el echeq
A partir del aislamiento social y obligatorio, tomó relevancia el echeq, es decir, la versión digital del clásico cheque de papel. Este nuevo instrumento tiene la ventaja de permitir 100 endosos frente a los 2 que ofrecía el cheque físico y, además, no requiere el traslado del documento para su posterior descuento en el mercado de capitales.
Tal como sucedía con el cheque de pago diferido clásico, las pymes pueden concurrir a la Bolsa a descontar documentos propios o de terceros, a un plazo de hasta un año. En general, para obtener una tasa más conveniente, deben contar con el aval de una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR), que se hace cargo de pagar a quien haya comprado el cheque si la pyme no puede abonar.
Hoy, las tasas son por demás convenientes ya que están entre 5% y 10% para los plazos más cortos y se mueven entre 17% y 20% para los más largos.
"Fuimos los primeros en avalar un cheque electrónico, en marzo de este año. Después empezó la cuarentena y se volcaron más a este instrumento. Eso, más allá de que se levante o no el aislamiento, lo vamos a seguir trabajando porque reduce costos y tiempos y porque pueden acceder fácilmente a esta herramienta", señaló Ignacio Valente, Gerente Comercial de la SGR Acindar Pymes.
Para las empresas interesadas en descontar un echeq, el procedimiento es bastante sencillo. Necesita darse de alta en la plataforma Epyme de Caja de Valores, tener un vínculo con la SGR que va a otorgarle el aval, una cuenta en un agente de Bolsa (que en muchos casos la gestiona la misma SGR) y acceso al homebanking para emitir los echeq.
Un consultor pyme, por su parte, señaló que el echeq tiene buenas perspectivas porque permite pagar en forma diferida sin necesidad de trasladar el papel. Sin embargo, apuntó contra la falta de difusión: "El 90% de los empresarios pyme no saben que tienen pueden emitirlos desde su homebanking", sentenció.
"Desde que empezó la cuarentena dimos más de $600 millones en avales para cheques digitales. En total, el mercado garantizó $3.600 millones", indicó Valente.
En Garantizar SGR, en tanto, coincidieron: "Se está manejando el mismo volumen en cantidad de dinero por cheques de pago diferido que antes de la cuarentena. La participación del echeq creció un 50% y ya representa la mitad de la operatoria de descuento".
La misma proporción se mantiene en Acindar. "Seguimos operando también cheques físicos, significan cerca de la mitad. Hace tres semanas que las SGR están entre las actividades esenciales, por lo que pudimos disponer de guardias diarias para recibir los cheques físicos que provienen también de otros sectores que están exceptuados de la cuarentena", afirmó Valente.
En la crisis actual, hubo una mayor cantidad de SGR que tuvieron que salir a responder por las pymes que habían avalado. Fuentes del sector confesaron una mora de 20% durante los primeros días de cuarentena, en los que no había clearing bancario. Sin embargo, los atrasos han disminuído en las últimas semanas y afirmaron que el pico no fue alarmante, dado el freno en la actividad económica. Además, resaltaron la buena respuesta por parte de las SGR.
La apuesta por la factura electrónica
La factura de crédito electrónica es otro instrumento al que pueden recurrir las pymes para financiarse en el mercado, especialmente aquellas que son proveedoras de grandes empresas.
Es que muchas veces estas últimas le pagan a las pymes con demora. Desde la puesta en marcha de la factura electrónica, si a los 30 días de emitido el documento la empresa no muestra cómo y cuándo pagará su obligación, la pyme puede descontarla en el mercado.
"Es un instrumento sin riesgo pyme, porque el que compra la factura solamente mira a la gran empresa que debe abonarla. En países de la región, este instrumento mueve el 8% del PBI mientras que en Argentina solo representa el 0,3%. Hay una gran oportunidad y se requiere una acción conjunta entre el Estado, el mercado de capitales y también las asociaciones empresarias que deben comprometerse con este sistema", opinó una fuente del sector.
El reporte, además, añadió que, desde que se negoció la primera factura de crédito electrónica, en julio de 2019, se acumularon transacciones por un total de $1.388 millones. Al mes de marzo se negociaron un total acumulado de 1.172 facturas.
"Las facturas de crédito son para nosotros es un proyecto vertebral, muy importante, que tiende a ordenar la cadena de pagos del segmento pyme. Es un instrumento que ha empezado tímidamente y que tiene una curva de crecimiento importante. El horizonte de financiamiento promedio es menor a 90 días. En estos últimos 2 meses se negociaron unas 1000 facturas por $800 millones", comentó Luciani.
Para el largo plazo, el pagaré
El pagaré bursátil es una tercera opción de financiamiento pyme en el mercado de capitales. En este tipo de documento -que puede ser en pesos o en dólares-, la pyme requiere sí o sí el aval de una SGR.
El funcionamiento es similar al del cheque de pago diferido pero ofrece un plazo mayor, ya que se puede emitir con un vencimiento de hasta 60 meses. Dado que las inversiones de largo plazo no son las favoritas en un contexto de incertidumbre como el actual, el pagaré es el menos dinámico de los instrumentos pyme.
"Sin dudas, forma parte de la terna de alternativas pyme pero, como tiene su principal campo de acción en el financiamiento de mediano plazo, en este contexto macro está un poquito golpeado. Hoy el desafío es recomponer el capital de trabajo de las empresas pymes, que están golpeadas por el contexto y el Covid-19 y para eso, el mejor instrumento es el cheque de pago diferido", concluyó Luciani.