Coronavirus: prevén caídas espectaculares de las grandes economías

El hundimiento al que se enfrentan las grandes economías del mundo por el impacto de la propagación del coronavirus puede no tener precedentes históricos en tiempos de paz. La madre de todas las recesiones.

La economía mundial venía creciendo a principios de año en el entorno del 3%. Europa iba frenando pero debía haber acabado este año por encima del 1% a pesar de las querellas comerciales entre EE.UU. y China o la incertidumbre del Brexit.

Ahora, un informe de Deutsche Bank indica que "la caída del PBI en el segundo trimestre que anticipamos excederá sustancialmente cualquier cosa registrada al menos desde la Segunda Guerra Mundial".

En el segundo trimestre aun si el virus es contenido la economía mundial caería hasta -13%. La de EE.UU. pasaría de +2% a -14%. La de la Eurozona de +1% a -22%. China sufriría el golpe en el primer trimestre y caería de +6% a -30%, señala el diario Clarín.

El petróleo podría bajar hasta los 10 dólares por barril para volver a subir a finales del segundo trimestre.

Además, datos de la empresa de transporte de mercancías FedEx muestran que el rebote chino ya habría empezado, empujado por la reapertura del comercio y la vuelta de una actividad económica algo más normal. Otras buenas noticias son que, según el informe del gigante bancario alemán, con una respuesta económica adecuada el rebote se produciría ya en el tercer trimestre de tal modo que para finales de año EE.UU. estaría creciendo 2%, la Eurozona 5% (aunque se moderaría a principios de 2021 para estabilizarse entre 1% y 2%), China entre 5% y 6%. El PBI del planeta crecería a principios de 2021 un 4%. Pero por ahora son solo cálculos.

La Unión Europea, frente a ese panorama, ha dispuesto la flexibilización del control del déficit y de las normas de ayudas de Estado y Competencia. Italia aprovechó el momento para re-nacionalizar Alitalia, algo que la Comisión Europea le impidió durante años porque contraviene la normativa de ayudas de Estado.

La respuesta europea está siendo nacional a falta de una respuesta contundente del Banco Central Europeo mientras el euro cae frente al dólar, cambiándose este miércoles a 1,08 dólares por euro. Las cuatro grandes economías de la UE y el Reino Unido han ido anunciando en los últimos días planes de estímulo gigantes. El italiano equivale al 20% de su PBI. Los de Alemania, Francia, el Reino Unido y España al 15% del PBI. En proporción a sus PBI son mayores que el de 850.000 millones de dólares anunciado por Washington el martes.

La UE y el Reino Unido suman casi 1,5 billones de euros en líneas de crédito para sostener empresas que impedirán que sean compradas por competidores extranjeros y sostendrán con inyecciones de centenares de miles de millones de euros subsidios para mantener los ingresos de los trabajadores.

La UE tiene competencias de sobra para actuar contra la crisis e instrumentos, como el fondo de rescates ideado para levantar países y que acumula una potencia de fuego de 500.000 millones de euros o el Banco Europeo de Inversiones.

Su pasividad se debe a la falta de voluntad política en los gobiernos con mejores calificaciones de deuda, principalmente en Alemania, Austria y Holanda.

La herramienta definitiva, el lanzamiento de eurobonos –emisiones de deuda conjuntas y por lo tanto con respaldo de los 19 gobiernos de la Eurozona y del Banco Central Europeo- seguirá esperando.

Un informe del centro de estudios ESADE explica que la peste "tendrá severas consecuencias para los mercados financieros y la economía global". En los países más afectados, dice, "se producirá una crisis inmediata de liquidez y no es difícil prever que pronto se convierta en una crisis de solvencia y que muchas empresas entren en pérdidas". La solución temporal, según este informe, serán "inyecciones de liquidez de los bancos centrales para que el sistema financiero pueda actuar como transmisor y que las economías puedan hacer frente a sus desajustes de pago".

El mismo informe asegura que "en países cuya estructura socioeconómica presenta altos porcentajes de informalidad y niveles elevados de desigualdad, la crisis supondrá un agravamiento de la desigualdad relativa, los gobiernos tendrán menos capacidad de recaudar fondos públicos y, por lo tanto, de aplicar políticas redistributivas".