El "lado B" del tope a las tasas: bancos prevén ganar menos y anticipan suba del pago mínimo en tarjetas
La batería de medidas que lanzó el Banco Central para reducir la tasa de financiación en tarjetas de crédito promete no sólo afectar la rentabilidad de los bancos sino también amenaza con reducir la bancarización.
El límite del 55% anual al interés que cobran por los saldos y el congelamiento en los precios de las comisiones por más de 8 meses son un cóctel que impacta directamente en el negocio bancario.
En ese sentido, a costas de reducir la tasa que cobran por el revolving -como se conoce en la jerga al saldo impago en cada resumen-, los bancos ya preparan una serie de medidas que buscan acotar la pérdida.
"Sin duda que esta medida nos pega fuerte, aunque la norma que reduce el efectivo mínimo por la cartera Ahora 12 algo compensa. Tengo una mejora por el lado de la reducción de encajes pero un golpe por el tope a la tasa y el saldo es negativo", comenta el gerente de Productos de uno de los bancos más activos en el segmento minorista.
La norma de la que hace mención forma parte de la batería de medidas que el miércoles último aprobó el Directorio del BCRA y justamente el objetivo fue "amortiguar" la pérdida que genera ponerle un tope a la tasa.
Lo que hizo el organismo monetario fue aumentar de 20% al 35% el porcentaje de la cartera de préstamos del Programa Ahora 12 y Ahora 18 que los bancos pueden computar como encajes. También los autorizó a que ese monto pueda representar hasta el 4% de todos los encajes cuando antes el tope era del 2,5%.
De ese modo, las entidades le dan rentabilidad a los pesos inmovilizados en el BCRA, que de otro modo generarían pérdida porque lo dejan a tasa cero, cuando la inflación mensual ronda el 3%.
Los 180 días más largos
"Lo que más nos afecta es la prohibición de tocar las comisiones por 180 días hábiles", agrega el ejecutivo, haciendo énfasis en que se trata de días hábiles y no corridos. "Son como 250 días, y a partir de ahí recién podemos pedir permiso al BCRA para hacer un aumento, con lo cual lo estaríamos aplicando 90 días después de esa fecha", acota.
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Una lectura similar hacían en otro bancos privado, de menor tamaño pero con fuerte presencia en el segmento de tarjetas de crédito. "Esta medida va a tener un impacto en los ingresos de entre 2,5% y 3% mensual y eso pega de lleno en los resultados", estima el vicepresidente de la entidad.
Según los números que hicieron en esa entidad con el cambio en encajes para los préstamos Ahora 12 reduce casi un 40% la pérdida que les genera bajar la tasa de entre el 80 y el 90% que en promedio cobraban los principales bancos al 55% actual. "Con Ahora 12, donde los bancos financian al comercio al 20%, con el beneficio en encajes terminaban prestando al 27% y ahora se iría al 38%. Vamos a pérdida, pero ya no tanto", asegura.
Para analizar la financiación con tarjetas de crédito y el rol que juega el Programa Ahora 12 es clave entender cómo se conforma este negocio.
Hay tres componentes que impactan en la rentabilidad de la financiación con tarjeta de crédito. El primero es el gap entre la fecha en la que el banco le paga al comercio por la compra y la que empieza a cobrarle intereses a sus clientes. Este plazo es de entre 12 y 15 días y representa cerca de un tercio de su costo.
El segundo es lo que el banco destina a promociones, hoy básicamente concentradas en el Programa Ahora 12. En ese caso, la entidad no le cobra nada a su cliente pero financia al comercio a una tasa nominal anual del 20%, algo que los banqueros en varias oportunidades pidieron elevar y terminaron negociando una flexibilización en encajes.
Y el tercer componente es la tasa que cobran a sus clientes, que si bien en los bancos de primera línea rondaba entre el 80% y el 90% había entidades que prestaban a más del 200%. Hoy esa tasa, que era el eje con el que los bancos sostenían las otras dos patas, tiene un máximo del 55% anual.
"En dos terceras partes de los saldos que el banco dedica al negocio de tarjeta de crédito no cobramos intereses, con lo cual la pata del revolving más un fee que le cobrabamos al comercio para financiar el Ahora 12 y un descuento del efectivo mínimo era la forma de compensar los saldos gratis que le dábamos a los clientes con Ahora 12 y a los comercios adelantándoles el dinero", afirma el presidente y principal accionista de otro banco local.
Y agrega que, dependiendo del segmento del cliente una parte de la tasa tenía como fin cubrir la incobrabilidad promedio de la cartera.
Un segmento con alta morosidad
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Un dato a tener en cuenta es que en promedio, la mora en el segmento de tarjetas de crédito en el sistema es de entre 10 y 12 por ciento de la cartera cuando la morosidad total ronda el 4%.
"La tasa era alta porque tenía incluído el costo de mora. Ahora están asumiendo que no tenemos mora, con lo cual nos pega de lleno en el resultado del banco", acota el vicepresidente de otra entidad. "No hay posibilidad de recuperar vía tasa el costo de la pérdida de esta cartera. Fue una cartera que siempre fue muy cara porque tiene mucha mora", agrega.
Según los últimos datos del Banco Central, el stock de préstamos con tarjetas de crédito es de 534.600 millones de pesos, casi el 30% de todos los créditos al sector privado. De ese stock entre el 20% y el 30% es revolving, o sea saldos que refinancian los bancos cuando el cliente no paga la totalidad del resumen.
"En promedio dedicamos al negocio de tarjetas entre un 10 y un 15% del total del activo, según el foco de cada entidad", revela el banquero local. A su vez, agrega, si uno tiene clientela que usa mucho revolving la medida impacta mucho más que si los clientes usan la tarjeta pero pagan todo a fin de mes, como hacen los de renta más alta.
A la hora de estimar el impacto concreto en la rentabilidad de los bancos, la fuente reconoce que no es letal, pero que sin dudas se verá reflejado en los próximos balances. "Sobre el total de la cartera de tarjeta generará una pérdida de 4% por año en el segmento. O sea, por cada $1.000 millones que financio con tarjeta pierdo $40 millones", proyecta.
El directivo aclara que el negocio de tarjetas ya venía generando pérdidas en los bancos, que apostaban a los productos satélites que les vendían a su clientes. En Ahora 12, en cambio, es una promoción que lo mantenían por un compromiso que vienen haciendo con el Gobierno.
Sabiendo que con la tasa en 55% van a perder más dinero con la financiación con tarjeta, los bancos ya tienen en mente algunas medidas que impactan en el día a día de sus clientes.
Pago mínimo, más alto
Por empezar, van a ir aumentando el porcentaje que representará el pago mínimo en el resumen para achicar la porción que terminan financiando. "Eso claramente es lo primero que va a pasar. No se puede hacer de un mes para el otro pero se va a ir haciendo gradualmente", explican en uno de los bancos consultados.
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Al ir subiendo gradualmente el pago mínimo, explica un banquero, se reduce la financiación para correr menos riesgo y se busca que la comisión que se le cobra al comercio impacte mejor sobre la parte financiada. "Si el cliente se enoja y se va a otro banco, a uno no le molesta, porque es un cliente que ya no le interesaba", destaca.
"Terminan perjudicando al que querían beneficiar, porque va a haber muchos clientes de sectores bajos que se van a quedar sin financiación. En vez de pagar el 90% como hacían van a tener que ir a una cueva y pagar pagar el 200%, reduce la bancarización", sentencia el titular de otro banco, quien considera que "la medida es política, que puede parecer muy atractiva, pero que en la práctica no ayuda a que aumente el consumo".
Eso, ser más selectivo e ir reduciendo la bancarización en los clientes de mayor riesgo crediticio es el segundo paso que planean hacer los bancos en el mediano plazo.
"Muchos bancos se van a bajar del negocio. La gente antes iba a pedir la plata al banco y ahora como no le van a dar o se lo van a restringir, va a ir a la economía en negro", analiza Miguel Arrigoni, CEO de First Corporate Finance Advisors. "El negocio va a seguir existiendo pero no va a pasar por los canales tradicionales. Las cuevas, las mesas y demás ya están festejando", agrega el ejecutivo, quien cree que el Gobierno debería tomar una medida de fondo que baje drásticamente la tasa de referencia.
Otra medida que prometen hacer los bancos tras poner un tope en el 55% a la tasa será ir achicando paulatinamente el límite que financian a casa cliente. "Por lo pronto, ese límite que cada tanto se corregía hacia arriba arriba no se mueve más", sentencia el director de un banco local.
En paralelo, como no pueden bajar el límite cuando el cliente cumple con sus pagos, van a aprovechar el momento en que haya una mora para reducirle el límite de financiación. "Ahí sí podemos bajarlo. Si se atrasa y un mes no paga le achicamos el límite y así bajamos el riesgo de la cartera", agrega.
Tarjetas no bancarias y fintech
Asimismo, donde más impacto va a tener la medida es en las tarjetas no bancarias, que cobraban tasas de más del 100% y que ahora no podrá superar el 25% del promedio de la tasa de créditos personales de los bancos. La altísima mora de este segmento, que ronda entre el 25% y el 30%, es lo que explica la tasa casi usuraria que cobraban las entidades no bancarias, como supermercados, shoppings o grandes comercios.
Quienes también se verán afectadas son las fintech, que por otra medida que sacó el BCRA no podrán dar préstamos a través de débito por CBU, una operatoria que en los últimos meses venía creciendo de la mano del Debin.
Sin dudas, la medida generó molestia entre los banqueros, más allá de que era algo que veían venir. En parte se los hizo saber Miguel Pesce cuando hace una semana se reunió con los CEOs de los bancos extranjeros en la sede de ABA y luego fue el propio Alberto Fernández el que marcó la cancha pidiendo un gesto al sector.
Sin embargo, saben que cuando las aguas se calmen "y cuando en el BCRA vean cómo vienen los balances" -como acota un banquero-, habrá alguna medida que compense las pérdidas que tendrán en el negocio de tarjetas.
La banca siempre gana, dice el refrán popular que hace mención a los juegos de azar pero que bien se adapta al sistema financiero. Quizá en los próximos meses gane un poco menos.