Con riesgo país disparado sobre los 2.100 puntos, se hundieron bonos de la deuda y acciones argentinas en Nueva York
El riesgo país de la Argentina se disparó nuevamente este lunes, con un ascenso del 1,4% que lo posicionaba en los 2.109 puntos básicos mientras los bonos de la deuda volvían a registrar pérdidas.
Este panorama negativo se desplegó mientras el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, mantenía reuniones con bonistas en Nueva York para dar precisiones sobre los pasos que seguirá el país en relación al pago de la deuda.
Entre los títulos en dólares, el Bonar 2037 registró una caída del 3,8%, mientras que el Bonar 2024 se hundió 9,6% y el Par 2038 Ley Argentina descendió 4,9%.
Los papeles soberanos nominados en pesos también mostraron bajas: el TC20 ajustable por Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) retrocedió 3,9%; y el PR15 Consolidación Serie 8 2022 se destacó con una baja de 5%.
Dólar: se amplió la brecha entre los "libres" y el oficial, mientras el Central intervino para calmar la demanda
El mercado sigue impactado por la incertidumbre en torno a la negociación de la deuda externa y por las dudas que hay respecto de la posibilidad de que la provincia de Buenos Aires caiga en default el próximo 6 de febrero.
La desconfianza se hizo patente en el desempeño de las acciones argentinas en Wall Street (ADRs), que llegaron a derrumbarse más del 6%.
Los papeles de Ternium cayeron 6,50% y los de Tenaris retrocedieron 5,27%. También mostraron fuertes bajas Cresud (-4,28%), BBVA Banco Francés (3,70%) y Supervielle (-3,69%).
Ante los inversores, Guzmán pidió renegociar la deuda de "buena fe" para poder pagar
Por su parte, el S&P Merval cerró este lunes con una ligera baja del 0,78%, luego de haber arrancado la jornada con una fuerte baja. El desempeño de la plaza local estuvo marcado por una mayoría de papeles a la baja.
Entre las caídas más notables estuvieron Supervielle (-3,04%), BBVA (-2,83%) y Banco Macro (-1,41%).
Impacto del coronavirus a nivel global y local
La Bolsa porteña sintió el derrumbe en medio de una caída generalizada de los mercados por el avance del coronavirus desde China.
Fondos aprovechan brecha de tasas de Argentina
Las acciones mundiales cayeron este lunes a su nivel más bajo en dos semanas por el aumento de la preocupación por el impacto económico de la propagación del coronavirus chino, en medio de un alza de la demanda de activos seguros como el yen y los bonos del Tesoro estadounidense.
En este contexto, el índice de acciones mundiales de MSCI, que incluye títulos de 47 países, cedía un 0,42%, hasta su mínimo desde el 13 de enero.
En Europa, las bolsas caían siguiendo la estela de sus pares asiáticas. El índice paneuropeo STOXX 600 perdía un 2%, su cota más reducida en varios meses.
Las acciones de compañías mineras se desplomaban un 3,1%, presionadas por su exposición a China, liderando los declives entre los principales subsectores europeos.
"Con la mayoría de los mercados asiáticos cerrados, los inversores de dinero rápido están comprando activos sin riesgo como los bonos y vendiendo en el Nikkei", dijo Masahiko Loo, de Alliance Bernstein. "Creo que esto seguirá así esta semana, hasta que los mercados chinos reanuden las operaciones la próxima semana y ceda el brote del coronavirus".
El índice más amplio de MSCI de acciones de Asia-Pacífico excluyendo Japón perdía un 0,45%, aunque los mercados en China, Hong Kong, Taiwán, Corea del Sur, Singapur y Australia estaban cerrados el lunes.
Los bonos del Tesoro de Estados Unidos subían, presionando a la baja los rendimientos. El retorno de las notas referenciales a 10 años tocó un mínimo de tres meses y medio, al 1,627%.
En el mercado cambiario, el yen se fortalecía un 0,5%, a 108,73 unidades por dólar, su máximo en dos semanas y media. El euro operaba a 1,1031 dólares, mejorando el mínimo de ocho semanas de 1,1019 dólares del viernes.
En materias primas, el crudo se desplomaba más de un 3%, mientras que el oro al contado trepaba un 1%, a 1.585,80 dólares la onza, su nivel más alto desde el 8 de enero.
El brote del virus 2019-nCoV ha golpeado al turismo y el consumo de China en su mejor momento del año y tiene el potencial de afectar el comercio exterior y la demanda por materias primas del gigante asiático, el mayor socio comercial de América Latina y que ha crecido apenas a una tasa del 6%.
Los inversores corrieron el viernes a refugiarse en el oro, el yen y el franco suizo, castigando a las materias primas y los activos de mercados emergentes, incluidas las principales monedas de la región, en momentos en que algunos analistas vuelven advertir de una "exuberancia irracional" en los mercados mundiales.
En México, los inversores estarán atentos a las cifras de crecimiento económico adelantadas que se conocerán el jueves y que podrían confirmar un estancamiento, y el mismo día mirarán de reojo los mismos datos para Estados Unidos.
En Chile, donde el peso ha venido perdiendo terreno desde que comenzó el año, los ojos estarán sobre el comité de política monetaria del Banco Central, que se reúne el miércoles. No se esperan cambios en la tasa de interés de referencia, pero sí señales de que podría pasar con una economía sumida en la incertidumbre por la inestabilidad política.
Las expectativas para Colombia son las mismas, sin cambios en la tasa de interés, pero con un banco central más cómodo con una inflación que aún está dentro de sus objetivos.En Brasil, el escenario económico es más optimista, pero la moneda se ha debilitado en línea con la baja de otras divisas de mercados emergentes.
En Perú, los resultados de unas peculiares elecciones legislativas marcarán la pauta de los mercados, que están ansiosos porque se encuentre una salida a la crisis política abierta por los enfrentamientos entre el Congreso y el poder ejecutivo.
En cuanto a la Argentina, donde el peso oficial se mantiene controlado pero el implícito o contado con liquidación ha llegado a 84 unidades por dólar, estará puesta en las reuniones del ministro de Economía, Martín Guzmán, con analistas, inversores y empresarios en Nueva York, y su encuentro con el jefe de la misión para el país del Fondo Monetario Internacional (FMI), en momentos de incertidumbre en torno a cómo se pagará la deuda soberana.