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La "timba financiera" no se suma a la solidaridad y es la primera beneficiada por la nueva Ley Emergencia

Tanto el FMI como los acreedores privados creen que una mejor situación fiscal derivará en negociaciones más amigables para el repago de la deuda pública
23/12/2019 - 10:13hs
La "timba financiera" no se suma a la solidaridad y es la primera beneficiada por la nueva Ley Emergencia

Si bien el presidente Alberto Fernández prometió, ni bien asumió su cargo el 10 de diciembre, "desterrar a los que ganan con la timba financiera", la recientemente aprobada ley de solidaridad y reactivación productiva no solo elimina ahora el impuesto a la renta financiera, sino que también pone presión en los jubilados, en la clase media y en el sector productivo o de la economía real, pero tranquiliza enormemente a los acreedores del país.

Tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como los acreedores privados creen que una mejor situación fiscal derivará en negociaciones más amigables para el repago de la deuda pública.

En el Gobierno estiman que la recaudación fiscal aumentará en unos $250.000 millones, a lo que se sumará el ahorro proveniente de la suspensión del ajuste por inflación de las jubilaciones. Entonces, las estimaciones privadas hablen de una mejora fiscal de entre 1 y 1,5 puntos del PBI.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, terminó de conformar la semana pasada el equipo que se encargará de la renegociación de la deuda.

En gran medida, el flamante ministro delegó en Sergio Chodos, designado representante argentino ante el FMI, para que eligiera los nombres (como el de Lisandro Cleri, ahora a cargo de la Unidad de Reestructuración de la Deuda) y diseñara la estrategia a seguir frente a los acreedores.

Quienes esperan que el Gobierno salga pronto con el anuncio de un megacanje de deuda parecen haberse equivocado, ya que la estrategia del equipo económico pasará -al menos hasta marzo- por ir renegociando bono por bono a medida que se acerquen los vencimientos. Como hizo la semana pasada con Pimco, el fondo norteamericano que tiene gran parte de la emisión de bonos que vencen ahora (los Bopomo).

Dos factores no menores que juegan a favor de esta estrategia. Por un lado, a diferencia de lo que sucedió en 2001, no son cientos de miles de jubilados (italianos, alemanes y japoneses) y pequeños ahorristas los que compraron los bonos, sino que en su mayoría fueron grandes fondos de inversión. Por el otro, muchos de los gestores a cargo de los fondos están deseosos de llegar a algún tipo de arreglo.

El colectivo "Wall Street" está formado por miles de hombres y mujeres que, a fin de cuentas, deben responder ante sus jefes y/o accionistas por las malas inversiones. Muchos de ellos están dispuestos hoy a recibir algún bono, aunque más no sea asumiendo una quita, con tal de tener un activo con liquidez que les permita mantener la rueda girando (y su empleo).

La estrategia apunta a la deuda en pesos, como las Lete y las Lecap, pero también a los bonos de legislación nacional. "La idea es ir normalizando -resume una fuente-. Fijate que con solo decir que se quiere normalizar la curva de pesos se emitieron la semana pasada 18.000 palos. A medida que lleguen los vencimientos, se irán rolleando o canjeando por nuevos bonos". Habrá asimismo un bono nuevo para las Lete en dólares re-reperfiladas hasta agosto de 2020.

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