A días de las elecciones, "audaz" banco de Wall Street recomienda comprar bonos argentinos
A cuatro días del 27-O, fecha que podría confirmar el triunfo de Alberto Fernández en primera vuelta, todo Wall Street mira desde lejos los activos argentinos.
Mientras que en distintos foros los bancos de inversión mantienen su pesimismo con el país, y nadie toca un bono local a pesar de tener rendimientos desorbitantes en el mundo, el atractivo por comprar es nulo.
De hecho, la mayoría de las entidades internacionales tienen a la deuda argentina bajo el rótulo de "underweight": esto significa que la recomendación a los inversores es que tengan menos títulos argentinos en las carteras que el promedio del mercado.
Recientemente el JP Morgan y Credit Suisse mantuvieron esa recomendación, al igual que muchas otras entidades, por el riesgo electoral.
Pero, siempre aparece alguien que juega contracorriente. Un audaz del mercado como Barclays Capital, banco de origen inglés pero con mucha presencia en Nueva York, publicó esta semana un informe sobre Argentina con una sugerencia fuera de consenso: comprar bonos del país y subir la ponderación desde "marketweight" (como el promedio del mercado) a "overweight" (sobreponderar).
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La recomendación llamó la atención en el mercado dado que nadie quiere estar posicionado en títulos locales a días de las elecciones y con la incertidumbre en torno a qué hará el futuro próximo presidente.
El paper de Barclays al que accedió iProfesional, firmado por Sebastián Vargas y Pilar Tavella, afirma que los escenarios de reestructuración de la deuda que están en danza sugieren que hay potencial de suba para los bonos.
Los puntos principales de la entidad para salir, contracorriente, a recomendar posiciones en títulos locales, son los siguientes:
-Suponiendo un ajuste fiscal de varios años, la capacidad de pago sugiere que en la mayoría de los posibles escenarios de reestructuración implicarían una combinación de extensiones de vencimiento y reducciones de intereses (para todos los bonos), sin la necesidad de una quita de capital.
-Con un rendimiento del 10% para lo que sería la deuda luego de ser reestructurada (lo que se conoce como "exit yield"), este enfoque conduciría a valores de recupero para la deuda en dólares (excluyendo los bonos Discount y Pares) de u$s64-72, lo que implica 20 puntos de alza de los precios actuales del mercado.
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-El principal riesgo a la baja para los valores de recupero de los bonos es si Argentina (y el FMI) buscan reducir significativamente los niveles de deuda nominal. En el escenario extremo que la deuda bruta sea reducida al 55% del PBI, los precios podrían ser tan bajos como u$s21-26.
-En base a estas consideraciones, Barclays cree que la relación "riesgo/recompensa" para el crédito argentino es positivo, y "mejoramos nuestra calificación soberana a 'sobreponderar'".
"Una de las pocas cosas que sabemos sobre la probable reestructuración de la deuda de Argentina es que es necesario producir ahorros en el flujo de caja de la deuda, especialmente durante los primeros años", señala Vargas y Tavelli en el paper.
Más allá de que el ejercicio de Barclays tiene varios supuestos, el más importante es el que habla de cómo se tratará la deuda del FMI.
En ese caso, asumen que los recursos del Fondo que están en el BCRA para el "fortalecimiento de reservas" no se utilizará para cancelar la deuda del FMI y que los desembolsos se detienen hasta que se acuerde un nuevo programa.
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El tamaño de los vencimientos de capital del 2022 bajo el programa actual "sugiere que Argentina necesitará llegar a un acuerdo antes de ese año".
"Asumimos que Argentina y el FMI entran en un Acuerdo de Facilidades Extendidas de 10 años a partir de 2022. Es imposible evaluar el momento de tal acuerdo, y podría llegar a ser alcanzado antes de 2022, pero creemos que es razonable suponer que la Argentina no aceptará un nuevo programa del Fondo que implique más pagos de deuda neta al organismo en 2020 y 2021", afirma Barclays.
Por lo tanto, la entidad asume que los pagos netos actuales del programa vigente continuarán hasta el 2021, y el flujo neto resultantes de un "acuerdo de facilidades extendidas) de 10 años a partir de entonces.
Sea como fuere, la entidad mantiene su postura "optimista" con la Argentina. Cree que hay un potencial de suba en los bonos en casi todos los escenarios que imaginan. En base a eso, recomiendan los bonos globales al 2022, 2023, 2026, y vender posiciones en 2046, 2048 y 2117 (el bono a 100 años).
¿Será? Muchos en el mercado hacen cuentas y coinciden en que si no hay una quita importante en el capital, los bonos argentinos (a estos precios) son atractivo. El timing de agarrar el "cuchillo cuando cae" es lo más díficil de todo.