Gobierno advierte a inversores que podría haber incertidumbre cambiaria hasta que terminen las elecciones
A veinte días de las elecciones generales, una contienda que podría definir de una sola vez al futuro presidente de la Argentina, la situación financiera llega en modo de transición.
Si bien el dólar se estabilizó después del salto post PASO, hay cierta presión alcista incluso a pesar de la intervención del Banco Central y el cepo cambiario.
Además, continúa la caída de las reservas internacionales y eso genera más tensiones al mercado cambiario. ¿Se podrá acelerar en las próximas semanas una deterioro mayor antes del 27 de octubre?
Por lo pronto, el Gobierno cree que podría haber algo más de ruido. Y lo dejó por escrito en un documento presentado la semana pasada ante la Securities and Exchange Commission (SEC, por sus siglas en inglés), el organismo que regula el mercado de capitales de Estados Unidos.
"Hasta las elecciones generales de octubre de 2019 o la segunda vuelta en noviembre, es probable que los acontecimientos sigan siendo inciertos y los inversores no deben excluir que continúe la volatilidad en el mercado de cambios de Argentina, algo que a su vez podría afectar la economía y la situación financiera", dice el reporte anual denominado "18 K" que publicó ante organismo regulador la semana pasada.
En el formulario, un extenso paper donde el país tiene que volcar los hechos más recientes para que los tenedores de bonos sepan donde invierten y qué riesgos asumen, también tuvieron que explicar la caída de reservas internacionales que pasaron de casi u$s66.000 millones a finales del 2018 a los actuales u$s48.000 millones.
"Esta disminución se debió principalmente a las recientes salidas de capitales que reflejan la incertidumbre en la economía argentina y la volatilidad en el mercado cambiario luego de los resultados de las elecciones primarias obligatorias de agosto de 2019", dice el informe firmado por el secretario de Finanzas, Santiago Bausili y el estudio de abogados que históricamente trabaja con el país en el exterior, Cleary Gottlieb Steen & Hamilton LLP.
En este informe anual también se hace un revisionismo de la historia económica y política de la Argentina. En ese sentido, el paper oficial no deja muy bien parada a Cristina Fernández de Kirchner.
Al hablar de su mandato anterior, y casi como alertando a los inversores que ven la alta posibilidad de que ella (ahora como vice) vuelva a gobernar, dicen: "El gobierno de Fernández de Kirchner no cambió las políticas que se introdujeron como medidas de emergencia temporales en respuesta a la crisis económica 2001-2002 (incluidos los controles de cambio de divisas, los impuestos a la exportación y congelar las tarifas de electricidad y gas)".
"La creciente intervención del Gobierno en la economía a través de controles de precios y medidas diseñadas para desalentar las importaciones sustitutivas, así como las exportaciones de ciertos productos, y una mayor carga fiscal sobre las actividades productivas tuvieron el efecto de revertir la tendencia al alza en la competitividad de las exportaciones de productos básicos de Argentina", recuerdan en el paper oficial.
"Las políticas de Fernández de Kirchner erosionaron cada vez más la confianza en la economía argentina, lo que resultó en una falta de inversión, salida de capitales y una disminución persistente de las reservas internacionales del Banco Central", agregaron.
Pero también tuvieron que hacer un "balance" de la gestión de Mauricio Macri. Más allá de resaltar las virtudes "reformistas" que traía Cambiemos, y con poca autocrítica, explicaron la crisis del 2018 fue por "factores externos e internos" y que luego el gobierno intentó acelerar las reformas económicas yendo al Fondo.
"Sin embargo, la capacidad del Gobierno para dirigir la recuperación económica ha estado condicionada por factores que afectan a la política interna mientras se acercaban las elecciones presidenciales programadas para octubre de 2019, y en particular después de los resultados de las elecciones primarias obligatorias celebradas en agosto", dicen.
Hay siempre un capítulo importante en las presentaciones que tiene que hacer la Argentina en el exterior. Y tiene que ver con la deuda y su recurrente manía de defaultearla, algo que no desconcen en el mercado pero que debe ser explicado detenidamente para no captar a desprevenidos.
"De vez en cuando, la República ha llevado a cabo transacciones de reestructuración de la deuda", son las primeras frases que deslizan en el documento cuando hablan del triste "record" que tiene el país.
Tiene sentido. Después de todo, durante los últimos 27 años, el país ha lanzado tres reestructuraciones de sus pasivos y recién en el 2015 finalizó con el default a los holdouts.
Técnicamente lo que lanzó el gobierno de Macri, el famoso reperfilamiento, no es un evento de default con lo cual no ingresa en el detalle de los hechos en donde efectivamente se incumplió con la deuda y hubo que renegociar las condiciones.
Algo que bien podría suceder en los próximos meses, algo además más que descontando por el mercado y los tenedores de deuda de la Argentina.
Sea como fuese, el que podría ser el último paper que presente Cambiemos ante la SEC, deja otros datos interesantes. Para el mercado financiero, en términos de ganancias, el macrismo no fue lo que claramente se esperaba.
En el documento se compara la performance de la capitalización bursátil de las principales empresas argentinas. Pasaron de valer u$s455.200 millones a finales de 2014 a u$s250.000 millones.
En el 2016, el primero de mandato completo, la capitalización bursátil fue de u$s284,7 mil millones, un aumento del 12,4% en comparación al 2015.
Luego a finales de 2017, el mercado de valores de Argentina tomando las acciones fue de u$s366.300 millones, un incremento del 28,7%.
Pero la crisis del 2018 produjo una baja del 24% y el total de las acciones quedó en u$s278.400 millones, nivel similar al actual y que marca a las claras la pérdida para las empresas e inversores.