El "lado b" del anuncio de Lacunza: busca quitarle presión al dólar y envía mensaje a la oposición
De manera sorpresiva -todo un dato para comprender la profundidad y la dinámica de la crisis-, el ministro Hernán Lacunza anunció la extensión de los vencimientos de la deuda de corto plazo que está en poder de los denominados inversores institucionales: fondos comunes de inversión y compañías de seguros.Esta prórroga en los vencimientos servirá para cumplir con el principal (y acaso único) objetivo que hoy en día persigue la Casa Rosada: la estabilidad del tipo de cambio.
A su vez, el Gobierno anunció la puesta en marcha de la renegociación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional, algo que había reclamado la oposición.
La iniciativa no oculta, además, una verdadera señal política, al proponer al Congreso una dilación voluntaria de los vencimientos de la deuda 2020-2023. Algo que movilizará a la oposición encabezada por Alberto Fernández. Lo obligará, sin dudas, a definiciones sobre el futuro.
Yendo al día a día, la expectativa de Lacunza radica en que, al estirar los plazos y no tener la obligación de pagar vencimientos de esos títulos -tanto en dólares (Letes) como en pesos (Lecaps)- liberará reservas del Banco Central para atender la mayor demanda de dólares en el mercado cambiario.
En otras palabras: sin la obligación de afrontar esos pagos a los inversores, el BCRA dispondrá de mayor poder de fuego para intervenir y mantener a raya al tipo de cambio.
En las últimas tres jornadas, la autoridad monetaria vendió nada menos que u$s820 millones para evitar una explosión cambiaria. Y así y todo, la cotización saltó hasta los $60 en el día de ayer.
Al mismo tiempo, el Gobierno propondrá un proyecto de ley lograr un "reperfilamiento voluntario de vencimientos de capital bajo jurisdicción local, sin quita de capital ni intereses y con la sola extensión de plazos" de la deuda que cae entre los años 2020 a 2023.
Esta iniciativa apunta a descomprimir el escenario político ya que intenta mostrar a un Gobierno activo, preocupado por la situación, que se hace cargo de la gravedad de la crisis, y que quiere llegar sin mayores sobresaltos al final del mandato. Incluso, sin descartar que el propio Macri pueda ser reelecto en caso de lograr la ansiada estabilidad.La cuenta que sacaban anoche en los principales bancos de la City porteña refería al poder de fuego que, en el cortísimo plazo, el BCRA ganaba para intervenir.
La clave hay que buscarla en el vencimientos de las Letes (dólares) y de Lecaps y Lecer, que aunque son en pesos, cuando se liberan esos pesos pueden ir corriendo a la compra de billetes verdes.
Fuentes extraoficiales mencionaban que, sin esta obligación de pagos, el BCRA dispondría de unos u$s7.000 millones adicionales para intervenir en el mercado de cambios.
Lacunza explicó que sólo pagará el 15% de los próximos vencimientos de esos papeles que estén en manos de inversores institucionales. Que abonará otro 25% dentro de tres meses. Y el 60% restante recién dentro de 180 días, cuando en la Argentina haya asumido el nuevo Gobierno.
Una hora después de los anuncios, el Fondo Monetario emitió un comunicado, muy lavado respecto de su posición sobre el tema: "Con respecto a la operación de la deuda anunciada hoy por las autoridades argentinas, el personal del Fondo está en proceso de analizarlas y evaluar su impacto. El personal entiende que las autoridades han tomado estos pasos importantes para hacer frente a las necesidades de liquidez y para salvaguardar las reservas", dijo el organismo mediante un breve comunicado de prensa.
"El FMI seguirá al lado de la Argentina en estos momentos desafiantes", concluyó el escueto comunicado.