Para Wall Street, el precio de los bonos ya contempla una reestructuración de la deuda y quita del 30%
La virtual "plancha" en la que está el dólar, ahora comprometida por la movida de Cristina Kirchner al anunciar su candidatura a vice, era una muy buena noticia para el Gobierno que no se extendía al resto del mercado financiero: los precios de los bonos siguen sin responder.
Más allá del contexto internacional, que tampoco ayuda del todo, la clave en este caso pasa por el riesgo político. En el caso de los títulos argentinos, el dato que circula en el mundo financiero es que el mercado ya tiene descontada una reestructuración de la deuda.
No porque la Argentina no tenga capacidad de pago, sino debido a que la credibilidad en las políticas -sea del macrismo si continúa o quien esté al frente en la Casa Rosada- estará muy cuestionada hacia adelante.Ese diagnóstico fue el que se escuchó la semana pasada en un evento privado organizado por EMTA entre banqueros y financistas que se realizó en el Hilton de Puerto Madero. Allí también disertó el secretario de Finanzas, Santiago Bausili. Pero antes de que hablara el funcionario, ejecutivos de algunos fondos grandes comentaban sin tapujos que siguen bajando su exposición con activos argentinos. Y que no tienen planeado volver a comprar.
Tanto Alec Kersman de PIMCO (el fondo más importante de la Costa Oeste de Estados Unidos) como Gorky Urquieta de Neuberger Berman (una firma neoyorquina que maneja alrededor de u$s300.000 millones en activos) comentaron que los grandes jugadores de Wall Street no están posicionados en bonos argentinos.
Y cada oportunidad (como el pago del Bonar 24 que hizo caer las reservas en u$s1.900 millones en un sólo día) sirve para continuar reduciendo la exposición de las carteras.
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No todos, pero muchos fondos están aún hoy técnicamente sobreexpuestos a títulos locales. Es el caso de quizás el fondo más "jugado" con la Argentina que es BlackRock.
Pero también revelaron que, tomando los precios de los bonos actuales y sus paridades, está claro que el mercado le asigna una chance importante a que el país haga un default "amistoso" de su deuda. De hecho, según pudo reconstruir iProfesional, se habló de que los títulos públicos valen actualmente -con paridades del 70% u 80%- lo mismo que lo harían si hubiera una reestructuración con una quita del 20% o 30% y estirando los plazos.
"Los fondos ya descuentan que habrá una renegociación de las condiciones de pagos de los bonos", explicó a este medio uno de los asistentes a ese evento privado.
"El que gane en las elecciones no tiene mucho margen. La dinámica de mercado en caso de que no se pueda renovar los vencimientos de corto plazo se puede acelerar", agregó la experimentado ejecutivo.
En ese sentido, las renovaciones de Letras -instrumentos de corto que utiliza Hacienda- fueron muy altas en los primeros meses del año, pero el verdadero desafío se iniciaba cuando el vencimiento de los nuevos instrumentos debía producirse ya en 2020. La fecha en que eso se empezaba a producir era justamente durante mayo.
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"Ante el diferencial de tasa exigido para vencimientos de ese plazo y la falta de interés de los inversores, el Gobierno avanzó en la estrategia de renovar esos vencimientos a plazos más cortos. Con eso logró evitar tener que afrontar con efectivo esos vencimientos, pero no logró resolver el programa financiero del año, que sigue abierto", dice Quinquela Asset Management.
De acuerdo con el resultado de las últimas licitaciones, en la actualidad hay casi u$s19.500 millones de Letras de corto plazo, distribuidas en un 45% de instrumentos en moneda extranjera y 55% en pesos (si bien 20% de estos títulos están en poder de organismos o bancos públicos).
Quinquela dice que el problema es que por ahora solamente se ha logrado extender los vencimientos para 2020 de $103.000 millones (22% del stock de Letras en pesos). Por su parte, los casi u$s8.900 millones de Letes siguen venciendo antes del 10 de diciembre de 2019.
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Esto implicaría que mientras el Programa Financiero preveía una renovación del 40% de los vencimientos de Letras, por ahora solamente se ha logrado el 12% del total (22% en pesos y cero en dólares).
"Sin lograr abrir el mercado para la colocación de deuda con vencimiento en 2020, el Programa Financiero 2019 todavía no está cerrado. La magnitud del desafío es de u$s3.550 millones", acotan.
La sensación generalizada en el mercado es que hasta que no se despeje el escenario político, que es el único tema de conversación, no hay chances de que mejore la situación. El riesgo país, que sigue en torno a los 950 puntos, no afloja a pesar de la paz cambiaria.
"La acción de precios en los mercados locales durante las últimas semanas arroja señales mixtas. El tipo de cambio continua reaccionado de manera positiva al nuevo esquema del BCRA, los bonos en dólares se quedaron sin combustible y la semana pasada cayeron, mientras que las curvas en pesos ampliaron sus rendimientos", detalló Consultatio, la empresa de Eduardo Constantini.
En efecto, durante la semana pasada los títulos públicos retrocedieron entre 2 y 3%, con peor performance relativa de los bonos ley local. Por su parte los bonos en pesos siguen operando débiles, manteniendo rendimientos reales del 30% promedio. Así y todo, con poca demanda.
Mariano Flores Vidal, ex Gerente General del Banco Central en la gestión de Federico Sturzenegger, dice que la salida de fondos del exterior de los bonos argentinos se produce por el riesgo a que vuelva "un peronismo de izquierda". "La probabilidad de default de Argentina actual no está bien fundada. Los precios actuales reflejan una probabilidad de incumplimiento que no se condice con los fundamentals de la economía. Pero si los inversores piensan que va a asumir un Gobierno que va a defaultear, no hay con qué darle", agregó el actual CEO de Megainver, la compañía de Miguel Kiguel y Nora Trotta.
En ese sentido, el Credit Default Swap (CDS), o sea el seguro que pagan los inversores que tienen bonos del país, cotiza por las nubes: está en 1.246 puntos básicos. Léase, pagan un sobretasa del 12% para asegurar el monto de sus bonos.
Sucede que para los fondos del exterior, la presencia de CFK genera mucho más que temor. Se conoció incluso un durísimo paper de Ashmore Group, uno de los grandes gestores de Europa. Dice que la riqueza de los argentinos dependen del resultado de las elecciones.
"El período de CFK en el cargo se caracterizó por una versión extrema de populismo, intervención gubernamental, confrontación política y exceso de estímulo a la demanda", le recuerda a sus clientes.
"Su regreso al poder significaría, desde nuestro punto de vista, un retorno a políticas insostenibles y probablemente un desastre económico", remarcaba Ashmore.