El mensaje de Sandleris a los "heridos" por la bicicleta financiera que no quieren más pesos
El Banco Central, después algunas idas y vueltas evidentes con la forma en la que licita sus Leliq, está tratando de pulir el mensaje que quiere enviarle al mercado. Comunicar qué quieren hacer es fundamental para la administración de Guido Sandleris.
Por eso sus principales funcionarios, Gustavo Cañonero (el vicepresidente) y Verónica Rappoport (vice) son los encargados de "hacerle llegar al mercado" las intenciones oficiales.
Los "voceros" del hombre que puso Nicolás Dujovne al frente del BCRA tienen la tarea de llevar calma a los banqueros e inversores (locales y del exterior) y transmitir el mensaje oficial: la dureza de la política monetaria se mantendrá e incluso se podría aumentar de ser necesario.
Claro que el traspié de los últimos días, con el dólar en alza a pesar de la suba de tasas, demostró que el mercado no le entendió del todo la idea. O, al menos, no actuó en consecuencia.
Después de haber desdoblado la subasta de Letras sobre el final de la semana pasada, el lunes volvieron a cambiar de libreto e hicieron una sola operación. Eso produjo malhumor en el mercado financiero. O, por lo menos, sorpresa.
Por eso el martes volvieron a cambiar: avisaron que "con el objetivo de mejorar la señal de política monetaria y calibrar con más precisión la liquidez del sistema" iban a retornar las subastas dos veces por día durante toda la semana. ¿Y después del viernes? Nadie sabe cómo sigue.
En las mesas de dinero de los principales bancos contaban que la dinámica del dólar era preocupante. El BCRA convalidó tasas máximas de 63,50% este martes, pero el billete subió veinticinco centavos a $41,50. "No hay más demanda de empresas locales o particulares. Sí se ve mayor apetito por coberturas de los inversores off shore, o sea del exterior", detalló a iProfesional un jefe de la mesa de una entidad líder.
"Está todo muy difícil. Con los de afuera tarda en impactar esta suba de las tasa de las Leliq. Hay que darle algo de tiempo a ver si estabiliza el tipo de cambio", comentaba.
"No hay demanda de minoristas y hay muy poca de las empresas. Es más bien de afuera. Ellos habían comprado muchos activos en pesos cuando asomó Sandleris y después se les desarmó el carry trade por la devaluación", agregan en los bancos.
Los inversores del exterior están saliendo de bonos en pesos, como pueden ser las Lecaps que emite Hacienda y demandando una forma de protegerse de una devaluación.
Esa mayor demanda por activos que resguarde la ganancia en dólares, después de la suba del tipo de cambio superior al 13% en el año y con tasas en pesos que todavía no reaccionaron a las nuevas alzas que aplicó el BCRA, es lo que está presionando al mercado cambiario.Curiosamente, Hacienda se quedó corto en la licitación de sus Letes en dólares y la reapertura del BONCER (bono en pesos que ajusta por la inflación). Vencían u$s913 millones pero el mercado le ofertó u$s860 millones (que se tomaron casi en su totalidad). La tasa fue la que quiso el Gobierno: fija al 4,5%. Es un instrumento que vence el 11 de octubre de 2019, es decir, dos semanas antes de las elecciones presidenciales.
Y con el BONCER cuyo plazo es 2021, se adjudicó un total de $30.653 millones pero el rendimiento fue de 9,37% cuando en el mercado secundario cotizaba a 9%.
En el Banco Central tienen en claro que la prioridad número uno es que el dólar se estabilice. Sería preocupante que el billete siga trepando en medio de una fuerte suba de tasas.
Pero la entidad tiene pocas cartas bajo la manga: la más contundente es la tasa de interés mientras reza por los dólares del campo y Dujovne negocia con el FMI cómo puede vender casi u$s9.000 millones a partir de mayo.
"Creemos que es cuestión de tiempo para que el mercado pueda leer el mensaje que estamos enviando con esta herramienta", afirmó a este medio una altísima fuente del Central en referencia a lo que están haciendo en las subastas de Leliq. "Hay que darle tiempo porque el efecto de las tasas no es inmediato", recuerdan.
Así y todo, el riesgo que corren es que no alcance el tiempo que necesita el mercado para "recalcular" hacia el nuevo esquema y que el dólar siga su rumbo alcista, generando un proceso de "bola de nieve".
"Argentina tiene muchos retos. Hemos marcado la sobrevaluación del peso en su momento, que solo ahora está disminuyendo. Pero el mayor reto es el posicionamiento de los inversores. En los últimos años se ha visto una avalancha de entrada de capitales, lo que hace difícil encontrar compradores ahora", afirmó Robin Brooks, el economista jefe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), un ex Goldman Sachs.
Lo que dice el banquero es que después de haber sido golpeados por la devaluación, el temor de los inversores de volver a entrar sus dólares (y pasarse a pesos) es muy grande; y eso hace que el mercado cambiario esté desbalanceado.
"No hay oferta, eso es lo que pasa desde que se conoció el dato de inflación de enero y los inversores hicieron cuentas y decidieron irse. Falta que alguien venda dólares", confirmaron desde otro banco.
¿Llegará el mensaje del BCRA para estabilizar el dólar? ¿Habrá margen para nuevas subas de tasas? Horas decisivas.