¿Letras del Central, bonos en dólares o títulos del Tesoro?: así es la nueva cartera de los bancos
Pese al boom de las Lebac y su posterior reemplazo por las Leliq, la realidad es que los bancos comenzaron a aumentar mucho más su tenencia de bonos soberanos que de letras del Banco Central.
De hecho, su cartera de títulos del Estado se incrementó casi 92%, mientras que su posición en letras emitidas por el organismo monetario aumentó 63% a lo largo de 2018.
Además, a pesar de la disparada del dólar, las entidades redujeron su tenencia de bonos en moneda extranjera.
Uno de los principales factores que explica el crecimiento de los títulos en pesos es la posibilidad de utilizar el Bote 2020 para integrar de manera escalonada hasta cinco puntos de sus encajes (3% en junio y 2% el mes siguiente).
Así, según los últimos datos del BCRA, las entidades a diciembre tenían en cartera unos $171.611 millones en Bote 2020, que representó el 4,2% de sus depósitos, que utilizaron para computar como parte de las exigencias de efectivo mínimo.
Además, al analizar la tenencia por tipo de bono se desprende que durante esos 12 meses, se desprendieron de parte de sus títulos en dólares y apostaron por los emitidos en moneda local. Las altas tasas que impulsó el Banco Central y la inflación de más del 47% hicieron que aquellos atados a Badlar y a CER ganen atractivo por sobre los nominados en dólares para los banqueros locales.
En rigor, al 31 de diciembre de 2018, la cartera de soberanos en manos de las entidades totalizaba $552.208 millones, de los cuales $422.880 millones correspondían a títulos en moneda local y el resto en moneda extranjera, expresados en pesos.
El salto fue importante: un año antes, la tenencia total era de $287.784 millones.
Remate de bonos en dólares
Todos estos datos revelan que el aumento de los títulos en pesos fue de 106,5%, mientras que aquellos en divisa extranjera crecieron 55,9%. Sin embargo, como estos últimos los expresan en pesos en sus balances, y teniendo en cuenta que la suba del billete verde en el año fue superior al 100%, en realidad a lo largo de 2018 redujeron su tenencia.
Del otro lado, los cambios hubo un cambio en la normativa que fue clave para que salieran a comprar más títulos en pesos.
Sobre este punto, Lucas Caldi, analista de research de Balanz, señala que "un hecho que explica el crecimiento en los bonos nacionales es que entre junio y julio hubo un aumento en los encajes que era integrado con Bote 2020, 3% en un tramo y 2% en otro tramo. Entonces, la suba de depósitos de todos los meses obliga a las entidades a aumentar su inversión en Bote 2020 para poder integrar esa parte de los encajes con ese título y bajar el costo de fondeo. Sino, termina rindiendo cero".
Justamente, en junio, la tenencia en los bancos de bonos del Estado Nacional emitidos en pesos pegó un salto de 25,2% y luego, en julio, aumentó otro 15,8%. Tras esa primera suba en el efectivo mínimo que Luis Caputo definió el 18 de junio, las entidades destinaron el 2,8% de sus depósitos para integrar con Bote 2020.
El mes siguiente, con el segundo aumento de los encajes, el peso del Bote 2020 dentro del cómputo de efectivo mínimo ya representaba el 4,5% de sus depósitos. Desde julio a diciembre, en tanto, aumentaron 28% y siempre mantuvieron prácticamente la misma porción en los encajes.
"Las entidades se dedicaron a hacer spread de tasas, captaron todo lo que pudieron en el segundo semestre con tipos de interés de plazos fijos muy altos y colocaron en Leliqs todo lo que pudieron, pero también en otros soberanos", sostiene Gustavo Neffa, socio y director de Research for Traders. Además, agrega que al poder remunerar los encajes, salieron a compraron bonos y se los dieron al BCRA.
Los preferidos
A la hora de analizar los bonos en pesos que tienen los bancos, en el mercado aseguran que los aquellos atados a CER son los más buscados, junto con los que están atados a Badlar. Si bien estos últimos ganaron atractivo en el cuarto trimestre, con el salto que pegó la tasa de los plazos fijos por el ajuste monetario que encaró Guido Sandleris, ya desde mediados de año estaban en el radar de las entidades, ya que Caputo y su plan de desarme de Lebac mantuvieron en niveles elevados la tasa de referencia.
"Nosotros tenemos gran parte de la cartera en Boncer 20, por un tema de estar cubiertos en algo con la inflación", revela el gerente general de una compañía de segunda línea.
Ese título ofrece un rendimiento de CER más 2,25%. "Si yo tuviera una cartera grande de préstamos UVA, necesitaría un instrumento que actualice por CER para no estar tan descalzado, ya que los depósitos atados a UVA crecieron poco", agrega.
En otra entidad, el jefe de la mesa de dinero confía que en los últimos meses fue rotando su cartera y aumentó el peso de Bocan 2022. "Cada vez tenemos más de opciones atadas a la Badlar", asegura.
Más allá del aumento que registró la cartera de estos bonos en los bancos, la realidad es que al compararlos en relación a sus activos la suba no es tan abultada. De hecho, en diciembre de 2017, los títulos públicos (incluyendo letras del BCRA) representaba el 21% de sus activos y ahora el ratio subió al 24%.
"Hubo un aumento nominal, pero cuando se lo mira en términos relativos en el total de los activos no hubo un cambio sustancial en la tenencia de títulos públicos y privados", destaca Mercedes Cangueiro, analista del equipo de calificaciones de Instituciones Financieras para América Latina en Stamdard and Poor’s.
"No estamos viendo una tendencia que nos esté preocupando sustancialmente porque no hubo un cambo fuerte en la composición de los activos en términos relativos", agrega.
Otro dato que hay que tener en cuenta a la hora de analizar el aumento de la cartera de bonos soberanos es que, a partir de agosto, cuando se aceleró el proceso de desarme de Lebacs, muchos se pasaron a Letes, ya sea en pesos o en dólares, y más tarde a las Lecap que también licita Hacienda. Si bien en esos meses también tenían la opción de canalizar sus fondos hacia las Leliqs, no fue hasta octubre, cuando Sandleris llevó la tasa al 72%, que pusieron el foco en estas letras de cortísimo plazo.
El peso de los bonos provinciales
Si bien tienen un peso mucho menor en el total de sus activos, en 2018 los bancos prácticamente mantuvieron estable su cartera de títulos provinciales.
De hecho, a diciembre de 2018, los subsoberanos registraron un aumento interanual del 31%, hasta alcanzar los $20.879 millones. De ese número, la mayor parte corresponde a títulos de la Provincia de Buenos Aires.
Un mercado cerrado para emisiones locales y la escasa liquidez explican el poco dinamismo que tuvieron estos instrumentos provinciales, que el año previo habían sido las estrellas del mercado. En 2017, mientras las entidades aumentaban 23,25% su tenencia de títulos emitidos por el Estado Nacional, multiplicaron por tres su cartera de subsoberanos.
El mercado de bonos provinciales opera casi todo en el exterior, y generalmente los tenedores finales son fondos del exterior, como hedge fund y los de real money.
"En general, cuando hay momentos de volatilidad, cuesta mucho salir. Lo mismo cuando hay momentos de calma y uno quiere comprar, hay que ir a los son tenedores finales y cuesta que se desprendan", explican desde la mesa de un banco que opera este tipo de instrumentos.
Como estas operaciones se realizan mayormente fuera de un mercado convencional, es muy difícil calcular el volumen que mueve por día.
Pero lo que esconde este mayor uso de fondos para títulos del Estado –ya sea nacional o provincial- es la escasez de crédito al sector privado, tanto por falta de demanda como por un menor interés en prestar.
"El cambio más importante que vemos es la caída de los préstamos sobre el total de los activos, que muestra cómo va bajando el crédito y aumenta un poco la liquidez, que va de la mano de la suba de los encajes", advierte Cangueiro, de Standard and Poor’s.
A su lado, Cynthia Cohen Freue, directora y sector lead para el equipo de calificaciones de Instituciones Financieras de la misma calificadora explica que "con el aumento de la mora y la perspectiva de una economía más débil, los bancos son más estrictos, entonces prestan menos". Además, agrega, como les aumenta el requerimiento de encaje le queda menos espacio para maniobrar.
Los balances de los bancos muestran que desde octubre, con el crédito en caída y teniendo que pagar una tasa elevada por captar depósitos, el principal sostén de sus ingresos fueron los títulos públicos. La Leliq fue quizá la que más fruto rindió y hasta logró compensar los mayores gastos administrativos, en un contexto de ingreso por comisiones en baja.
Mientras tanto, los bonos del Estado le sirven para calzar sus pasivos atados a la inflación (prendarios y algo de hipotecarios a UVA) y para hacer rendir mejor sus pesos en momentos de ajuste monetario y crédito en caída. Como sea, la banca siempre gana.