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Se acelera la baja de tasas del Central: dudas en el FMI por un viejo anhelo de Sandleris

Enviados del organismo preguntarán por las intenciones de seguir reduciendo el costo del dinero. Creen que podría generar inestabilidad. La mirada del BCRA
08/02/2019 - 07:03hs
Se acelera la baja de tasas del Central: dudas en el FMI por un viejo anhelo de Sandleris

El ritmo de baja de tasas ya es un tema de discusión en las mesas de dinero de los bancos y entre los economistas profesionales.

El Banco Central pasó de tasas del 60% a fines de noviembre pasado a los actuales 47,55% en la licitación de ayer de Leliq. Y este acelerado ritmo de reducción genera cierta preocupación entre los más "ortodoxos" del mercado.

"Están aflojando mucho y en muy poco tiempo, es riesgoso", decía anoche un encumbrado economista que pasó por la función pública.

Lo cierto es que la magnitud de las bajas que se están produciendo será tema de conversación entre el equipo del Fondo Monetario Internacional (FMI) liderado por Roberto Cardarelli y los funcionarios del Banco Central. En esta ocasión no será de la partida Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental y viejo amigo del vicepresidente del Central, Gustavo Cañonero.

Cardarelli, un italiano pragmático en lo económico que responde a Werner, preguntará por el tema. Se sabe que el Fondo, por su naturaleza, quiere tasas muy altas y flotación del tipo de cambio.

No consiguió lo segundo debido a la idiosincrasia argentina y por eso se inventó el sistema de bandas, muy permeables, ya que dejan margen del 30% entre el piso y techo antes de intervenir (por ende, permiten una devaluación de esa magnitud). Y en cuanto a lo primero, si bien todavía las tasas reales son muy elevadas, la velocidad en la reducción que permite el Banco Central genera incertidumbre acerca de cuál es el límite.

Se descarta que el FMI no planteará, por ahora, nada en lo formal. No sería necesario el arribo de una misión técnica, ya que el representante en el país -el jamaiquino Trevor Alleyne, que tuvo su oficina en el mismo edificio del BCRA- podría haber enviado el mensaje. Entonces, el Central no tendrá un problema.

Pero la intención de Cardarelli (más aún, de Werner) es interiorizarse de la perspectiva que tiene el equipo de Guido Sandleris con respecto a la tendencia de los tipos de interés. Según supo iProfesional, dentro del Central está la idea de que las tasas al 45% marcarían un nivel "razonable" en lo técnico.

Un viejo anhelo

Por otra parte se discute, otra vez, cuál será el deseo de la política. Quienes conocen de primera mano las idas y vueltas de las negociaciones entre el gobierno de Mauricio Macri y el Fondo, cuentan una anécdota muy particular.

Cuando el actual presidente del BCRA, Guido Sandleris, era el emisario del Ministerio de Hacienda (léase, de Nicolás Dujovne), la posición ante el organismo en cuanto al tema tasas era muy distinta a la que -al menos así parece- tiene ahora.

Por ese entonces, Sandleris le pedía al FMI que en lugar de subir las tasas, lo que había que hacer era bajarlas. Claro que esa visión "keynesiana" chocaba contra el pedido del organismo de mantener el ajuste monetario hasta parar la crisis.

Poco después, Sandleris se sentó en el sillón del Central y fue él quien firmó lo que se conoce como el segundo acuerdo con el organismo -sobre finales de septiembre de 2018- comprometiéndose a tasas del 60% hasta diciembre pasado.

¿Ahora, habrá cambiado la visión del número uno del Central?

Quienes lo conocen dicen que Sandleris siempre tuvo una visión más política que técnica y era de los que creía que había que acelerar la baja de tasas. En otras palabras, una mirada más alineada con la que tiene el Palacio de Hacienda o el "ala política" de Cambiemos.

La coyuntura no permitió que eso se llevara a cabo inicialmente, pero ahora que la paz cambiaria ganó la pulseada en estos meses, vuelve a reflotar la idea original.

¿Por qué? El Central cree que la tasa de interés es "endógena"; o sea, producto de la demanda de dinero. Como ahora habría más demanda de pesos, sería natural que la tasa bajara. Pero también es conocido que la demanda de pesos en la Argentina es demasiado volátil como para que sea el "ancla" del modelo.

Más allá de cumplir y sobrecumplir las metas monetarias, algo que ni el mismo Fondo lo toma como algo tan relevante, ya que sólo está enfocado en la cuestión fiscal y que el país no "regale sus dólares", la discusión entre el BCRA y el organismo pasará sin pena ni gloria.

Quedará para más adelante el pedido que tendría en carpeta Sandleris y su equipo para achicar el ancho de la banda de intervención. En momentos de cimbronazos financieros (sea por cuestiones externas o, lo más probable, por la incertidumbre electoral) la amplitud entre el piso y el techo sin intervención oficial convalidaría una devaluación muy importante.

¿Tendrá espaldas el Central para aguantar eso? ¿Será algo que se pueda negociar con el FMI? Por lo pronto, no pareciera una cuestión que el organismo internacional estuviera dispuesto a aceptar. Después de todo, sería utilizar más dólares prestados por ellos para financiar una hipotética fuga del peso hacia el billete verde.

El Fondo tiene previsto volver a Buenos Aires en mayo, después de la misión que comenzará este lunes próximo. Habrá tiempo para ver si el Central siguió con su rápida baja de tasas y cómo el condimento político empieza a impactar en la economía. El Gobierno quiere un acuerdo algo más light en caso de que haya cimbronazos por las elecciones.

Mientras tanto, el Fondo espera y escucha.