Estas son las cinco variables que monitorea el BCRA para evitar una disparada del dólar en un año electoral
“Nunca un Gobierno permitió que el dólar suba mucho en un año electoral”. Esa máxima, que siempre recuerda un economista de la City porteña, también está dando vueltas en la cúpula del Banco Central, que ya desde ahora está monitoreando cada variable que pueda alimentar una corrida y que confía en los dólares de Hacienda y del sector agropecuario para mantener la "pax cambiaria".
“El trabajo del Banco Central es ser cauto y estar preparado para cualquier fuente de desequilibrios. En parte puede venir por el contexto internacional pero este año hay un foco de inestabilidad que viene por el lado electoral”, explica una fuente del organismo monetario, quien justifica que la baja de tasas no se esté dando de una manera tan abrupta como quisiera el sector productivo.
“En un año electoral como este, en donde vamos a ver inestabilidades de distinto tipo, nos preocupa mantener la estabilidad. No cantamos victoria en ningún momento”, agrega.
En el organismo monetario sostienen que el objetivo de ser cautos se debe a la volatilidad del mercado monetario local. “En ese sentido, Argentina es todavía un país muy volátil”, advierten, y recuerdan que la historia cercana demostró en varias oportunidades que en momentos de calma hubo cambios bruscos en las variables económicas. “Nosotros queremos ir de a poquito porque tenemos temor a estos cambios muy pendulares”, acotan.
Ante ese escenario, y de cara a un año electoral, en el BCRA confían en que los dólares de Hacienda y de la cosecha gruesa ayudarán a contener el tipo de cambio. El secretario de Finanzas, Santiago Bausili, había afirmado hace unos días que el Tesoro tiene un excedente de aproximadamente u$s10.000 millones, y que saldrá a vender al mercado a partir de abril.
En el Central confirmaron que esas ventas se realizarán directamente en el mercado, sin pasar por la ventanilla del organismo monetario, y en el mercado especulan que se harán a través de subastas. En paralelo, se espera una buena cosecha de trigo, que también alimentarán la oferta de dólares en el año electoral y podría contener el precio.
Una por una, las claves
Sin embargo, más allá estas cuestiones puntuales, en el BCRA monitorean a diario una serie de variables para evitar cualquier tipo de inestabilidad en el mercado de cambios.
1. La consistencia entre lo fiscal y lo monetario
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Es la principal variable que tienen en cuenta y que se esfeurzan por mantener. “Una de las cosas más importante para nosotros es que el cronograma del Tesoro no requiere de transferencia del BCRA. De otra forma, nuestro esquema sería una fuente de inestabilidad”, explican en el Central.
2. El tipo de inversor que entra al sistema local
Ahí analizan si son ahorristas que apuestan más por el largo plazo o no y la volatilidad en los activos a los que entran. “Que hoy en día muchos vayan a depósitos, cuando los depósitos tienen distintos requerimientos nos genera un esquema menos volátil”, razonan.
3. La cantidad de pesos y la cantidad de dólares
En ese caso, la lectura que hacen es que, después de las corridas, muchísimas de las carteras de los ahorristas en Argentina se dolarizaron. “Si bien algo volvió a los depósitos, sobre todo en los últimos meses del año, ahora partimos de una cartera de ahorros muy dolarizada, y la compra de divisas para ahorro está en niveles bajos”, argumentan en el BCRA.
4. La amenaza de una dolarización
A diferencia de las corridas que hubo en 2018, hoy en día los precios son muy distintos. Según explican, el tipo de cambio hoy es mucho más caro en relación a los ingresos, con lo cual el tamaño del potencial mercado que podría dolarizarse es mucho más bajo.
5. El poder de fuego del BCRA.
Además, si bien el BCRA tiene un “mecanismo de contingencia”, como es salir a vender hasta 150 millones de dólares si el tipo de cambio supera la banda de la zona de no intervención, hoy en día están evaluando el poder de fuego de esas intervenciones.
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En este caso, lo primero que tienen en cuenta es que si bien la cifra es la misma con la cual Luis Caputo –con dólares del Tesoro- no logró frenar la corrida durante su paso por Reconquista 266, hoy el contexto es muy distinto.
Según los cálculos que hacen en el Central, si venden a lo largo de 3 meses a un precio alto (porque estaría fuera del techo de la banda), eso generaría una contracción del 30% de la base monetaria.
Más allá del precio, que es distinto al de mediados junio de 2018, otra de las diferencias es que en esa oportunidad, las subastas no generaban una contracción monetaria, ya que no era el BCRA el que operaba en el mercado sino que lo hacía por cuenta del Tesoro.
“Estamos todo el tiempo midiendo eso para ver qué tan vulnerable es nuestro sistema y haciendo mucho para evitar que un escenario de inestabilidad suceda”, reconoce la fuente del BCRA.
En paralelo, en el organismo monetario ven que si bien no hay una obligación para liquidar divisas, el contexto actual incentivaría a las empresas a venderlas.
“Muchas empresas están vendiendo dólares o pagando préstamos en esa moneda cuando las tasas son muy altas”, aseguran en el Central.
“Hay capital de trabajo que tiene que financiarse, y con las tasas altas es complicado tomar un crédito local. Incluso cuando la liquidación no es obligatoria siempre entra para financiar el capital de trabajo”, admiten en Reconquista 266.
Respecto a la tibia reducción de tasas en un contexto de dólar en baja, en el Central aseguran no tener miedo a un recorte abrupto. “No tenemos miedo a bajarla. Estamos tratando de mejorar la liquidez que el sistema requiere con las compras de dólares y así es como ésta se reduce”, destacan.
Como en un esquema de agregados monetarios la tasa es endógena, la forma que tiene el BCRA para bajar la interés es comprando billetes verdes. Esos pesos que dan a cambio de los dólares suele ser para agentes económicos que quiere aprovechar la tasa.
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“Así, esos pesos van a las Leliq y con una mayor demanda podemos bajar la tasa”, razonan en el BCRA.
El rol de la válvula de escape
Además, en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no tienen la obligación de esterilizar esos pesos que emiten, y es lo que en el entorno de Sandleris denominan “la válvula de escape” del esquema de agregados monetarios.
“Estamos satisfechos de ver que cuando la demanda de pesos aumentó, el tipo de cambio se fue a la banda de abajo y nos permitió inyectar liquidez con compras. El sistema funcionó”, sostienen.
Si bien podría interpretarse que haber reducido de u$s150 millones diarios a u$s50 millones el monto permitido para comprar podría reflejar poca voluntad del Banco Central para inyectar pesos al mercado, en el organismo monetario lo ven de una manera completamente difernete.
“Achicando la compra, crecen las probabilidades de que se quiebre la zona de no intervención y podamos intervenir”, sostienen. “Si uno dice que va a salir a adquirir u$s150 millones, los privados compran antes y no tenemos que avanzar. Hay que jugar un poquito con ese equilibrio”, agregan.
En ese sentido, cabe recordar que esta autolimitación a u$s50 millones diarios es sólo para enero. De modo que en la próxima reunión, el Comité de Política Monetaria va a definir el monto correspondiente al mes de febrero, siempre con el límite acordado con el FMI de 150 millones de dólares.
Con todo esto, en el organismo monetario apuntan a contener al billete verde, un factor clave que puede tener un peso importante en las urnas. Es el objetivo central del equipo de Guido Sandleris, que está dispuesto a sacrificar la reactivación de la economía con tal de lograr la estabilidad cambiaria.
De hecho, desde su entorno reconocen que no les temblará el pulso para subir las tasas al nivel que sea necesario para frenar una eventual corrida. La campaña ya comenzó, y con la economía en plena recesión.