Para defenderse del riesgo electoral, el Gobierno quiere encarecer el ingreso de los "capitales especulativos"
El 2018 va llegando a su final y el mundo económico ya empieza a hacer cuentas de lo que será el 2019. Las claves de lo que irá sucediendo en el terreno financiero hay que ir buscándolas en el campo electoral, un partido que se empezará a jugar desde muy temprano, ya que antes de las presidenciales se disputará la previa de las PASO.La catarata de encuestas y cómo vaya quedando el oficialismo marcará el ritmo de lo que pasará con el dólar y el riesgo país, entre otras variables claves.
El panorama que trazan en el Gobierno no escapa de esta realidad, si bien le aportan una marcada cuota de optimismo: aseguran que habrá turbulencias pero, a diferencia de otras ocasiones, "la economía está más sólida y blindada".
Para los funcionarios consultados, los grandes riesgos para el programa argentino son atribuibles, en parte, a cuestiones domésticas pero, en gran medida, a situaciones generadas en exterior.
De los "asuntos internos", mencionan la falta de dólares, que ahora quedó más a resguardo por el crédito del FMI. Por el lado externo, hubo varios desequilibrios que se morigeraron por la brutal devaluación, de modo que no se amplificaría el riesgo electoral.
En la lista de los nubarrones internacionales que golpearon al plan oficial, han sobresalido la suba de tasas impulsada por la FED, las elecciones en Brasil y la guerra comercial entre China y los EE.UU. Todos estos temas, hacia adelante y según la mirada del Gobierno, traerán menos dolores de cabeza.
"La FED tiene ahora una posición más benigna respecto de la que tenía antes. De hecho, se está acercando a lo que el mercado decía que iba a pasar. Y eso le resta incertidumbre", asegura un funcionario.
"En Brasil, el triunfo de Bolsonaro ha puesto un cuota de certeza sobre la región. Al menos eso es lo que ha dejado plasmado el mercado con sus decisiones de inversión", añade.
El último gran tema, éste sí aún irresuelto, es la guerra comercial entre los dos gigantes. "Si bien ahora parece un poco más contenido, lejos está de haber concluido", acota.
En la visión gubernamental, "ha mejorado mucho el contexto externo", y eso hace que en los próximos meses pueda atenuarse la volatilidad típica de la contienda electoral y del armado de las listas.
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Frenos a las "bicicletas"
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"En el plano interno, estamos trabajando desde ahora para evitar a futuro que un exceso de posiciones financieras, en un determinado activo, pueda rápidamente desarmarse y trasladarse ocasionando grandes alteraciones en el mercado", anticipa a iProfesional un altísimo funcionario.
¿Qué significa esto? Que no haya una apuesta exagerada de inversores a colocaciones en pesos para luego salir masivamente en busca de dólares. Un ejemplo reciente de esto es la medida tomada por el Banco Central: emitió una norma que encareció el ingreso de dólares por parte de los bancos para hacer una "bicicleta" con las Leliq.
Las entidades pedían divisas a sus casas matrices u otras corresponsalías en el exterior, las vendían en el mercado cambiario argentino y, con esos pesos, se volcaban a las Letras del BCRA que pagan las tasas más altas del sistema.
"Frenamos ese flujo en forma preventiva. Buena parte de la oferta de productos estructurados se detuvo con esto", cuentan fuentes oficiales.
Desde el Gobierno, más precisamente desde el Banco Central, están día a día monitoreando cómo se mueven los capitales que ingresan al país.
Los funcionarios consultados por iProfesional señalan que si detectan algún mecanismo capaz de generar dolores de cabeza, responderán con herramientas de supervisión y regulación.
Acto seguido, aclaran a este medio desde el entorno de Guido Sandleris: "Pero siempre el mercado operará libremente, no se hará nada parecido a un control de capitales".
"Si no nos descuidamos con los fondos de corto plazo que pueden llegar desde afuera, tendremos mecanismos para defendernos", aseguran.
Las fuentes consultadas no quieren adelantar cuáles podrían ser esas medidas, pero enfatizan que a los financistas "se les encarecerá" hacer cualquier tipo de apuestas meramente especulativas.
"Uno puede identificar la fuente, Es decir, qué tipo de fondos vienen. De hecho, ya los conocemos a casi todos", apuntan del BCRA a iProfesional.
"Si notamos que empieza a gestarse cualquier movimiento que de algún modo pueda ponernos en un estado de fragilidad financiera, entonces actuaremos para minimizar riesgos. Cuando haya dudas, habrá menor potencial de outflow", reseñan desde el Central.
La premisa es clara: actuar preventivamente para evitar que cualquier movimiento especulativo derive en una salida importante de capitales que altere al mercado.
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La tasa como regulador del humor electoral
Además de las medidas para desactivar "burbujas" en el plano local, en el BCRA están convencidos del rol clave que tendrán las tasas a la hora de contener presiones, en caso de que el rumbo electoral sea un factor de incertidumbre.
"Al ser la tasa de interés endógena, reaccionará a estos movimientos", aseguran. Es decir, si empieza a haber una dolarización de carteras a raíz de que surgen encuestas desfavorables para el Gobierno y los ahorristas salen del peso, el costo del dinero lo reflejará y obviamente subirá.
Algo que le juega a favor al Gobierno es que, por un lado, hay muy poco ingreso de capitales al país. A diferencia de lo que sucedía cuando estaban las Lebac, que las podían comprar inversores del afuera y también fondos locales, las Letras que emite ahora son estrictamente para los bancos.
De ahí que la regulación para encarecer la "bicicleta" (que algunos habían empezado a pedalear trayendo dólares del exterior), resultó efectiva, ya que hizo desaparecer esa sobre oferta de divisas "especulativa".
Más allá de eso, el mercado financiero argentino es muy chico. Desde el Central, como también de bancos privados, admiten que la mayor parte de los pesos no está colocado por inversores no precisamente especulativos. El grueso de los depósitos en bancos es transaccional.
"Estos no salen ni se dolarizan. Que es el mayor riesgo para nosotros", explicaba el gerente de uno de los bancos privados más grandes del país.
Según este ejecutivo, lo que acotará la dolarización electoral es que el que "el que se quiso ir ya se fue este año". "Y no volvió, ni va a volver, al menos hasta que se sepa quién sigue en el poder. No puede generarse corrida si ya no hay nadie especulando", añade.
Este mismo banquero estima que el monto potencial de depósitos en pesos que puede rumbear al billete verde rondaría los $s5.000 millones.
"Es una cifra relativamente pequeña si se tiene en cuenta que entre abril y septiembre, en medio de la corrida, el Central y el Tesoro tuvieron que vender más de u$s23.000 millones. Así y todo, el dólar pasó de $20 a $40.
"Claramente la Argentina no es inmune a ningún ruido electoral. Pero es cierto que está menos expuesta que hace un año a que la previa de los comicios le pegue demasiado el año que viene", concluye el banquero.