Por qué los inversores ahora se permiten soñar con un diciembre rentable
El fin de año lleva a los inversores a ilusionarse con el famoso "rally navideño". En un año en el que las ganancias acumuladas en los principales mercados durante los primeros meses desaparecieron en los últimos, y en el que hoy se muestran muchos rojos, "fantasear" con este rally puede servir para intentar revertir parte de las expectativas no tan felices que existen.
No obstante, se necesitarán señales concretas en un escenario externo complejo. En lo local, hay señales positivas de estabilización, aunque todavía no se sale del período de prueba. Se rinde examen día a día, señala la analista de Portfolio Personal Sabrina Corujo en La Nación.
Un rol clave lo juegan las expectativas. Y se sabe que la incertidumbre no desaparecerá ni en las próximas semanas ni en los primeros meses del 2019. Esto se desprende de los temas y ruidos que hoy presionan y generan mayor volatilidad.
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En este combo, y en lo externo, se suman desde señales económicas hasta políticas que en mayor o menor medida tienen implícito el temor a una desaceleración del crecimiento mundial (se evitaría una recesión en los próximos 12/24 meses). Incluso, se comenzaron a ajustar a la baja las probabilidades de tres subas en las tasas estadounidenses para 2019. Por ende, la política monetaria podría terminar no siendo tan agresiva como se esperaba. Algo bueno para los mercados emergentes, siempre y cuando (lógicamente) no se caiga en una nueva crisis.
De cortísimo plazo, un punto a monitorear será el G-20. Será parte del análisis, y ante la reunión programada de EE.UU. y China, el devenir de las tensiones comerciales. También habrá análisis sobre la visibilidad de la Argentina como país anfitrión. Estos tendrán, al menos, dos ejes: el económico (medido en términos de acuerdos o anuncios de probables inversiones), y el político (de cara a las elecciones de 2019).
"Como variables a seguir de cerca se mantendrán, básicamente, la evolución del dólar y las tasas de interés. Esto en un marco en donde hay algunas buenas señales: la inflación cede (desde los máximos recientes), el déficit de cuenta corriente acelera su corrección y el déficit fiscal parece ir a un sobrecumplimiento de la meta (y por ende, acerca al objetivo de equilibrio en 2019). En contra, aunque eran datos esperables, la actividad muestra una fuerte recesión", explica Sabrina Corujo.
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El éxito del nuevo esquema será mantener la estabilidad cambiaria a medida que se bajan las tasas. Y la semana terminó con señales en este sentido, que en principio igual podrían calificarse como positivas. Fue una semana de liberación de Lebac y dejó como dato una buena recepción de las Letras del Tesoro.
Si se toma como referencia el dólar mayorista BCRA3500, el billete subió en la semana 2,5% y, en el mes, 1,9%. El dólar se mantiene así en la parte inferior de la banda de no intervención. La tasa de las Leliq, mientras tanto, mantuvieron su tendencia a la baja, en un escenario en el que las expectativas se centran en la modificación del piso del 60% en diciembre ante la caída (esperada y buscada) de la inflación esperada. Un escenario combinado que, igualmente, favorece aún el atractivo de las tasas en pesos de algunos activos.
Por otra parte, el Credit Default Swap (considerado medida de riesgo) volvió a saltar, para el horizonte a 5 años, más allá de los 600 puntos, al cerrar en 629. Se mantiene aún debajo de los máximos recientes (llegó a 835 en septiembre), cuando no estaba el acuerdo con el FMI II. La probabilidad de default implícita volvió a subir, esta vez a niveles del 39%. La probabilidad, a principios de año, era menor a 20%, señala Corujo en La Nación.
Un análisis de la curva actual y de hace meses refleja una clara suba en el caso de los CDS. No hay mucho misterio en la razón: las elecciones presidenciales en el medio. Lo que ocurra con el nivel de riesgo país, de hecho, estará pendiente del escenario político. Mucha agua bajo el puente falta correr para que haya un marco algo más despejado en este punto.