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"Lado B" del control sobre el dólar: prohibido financiarse con la tarjeta, sacar un crédito o quedar en descubierto en el banco

El "plan Sandleris" logró contener al dólar, su primer objetivo. Pero el efecto colateral del alto interés complica a quienes necesitan financiarse
07/10/2018 - 00:10hs
"Lado B" del control sobre el dólar: prohibido financiarse con la tarjeta, sacar un crédito o quedar en descubierto en el banco

El plan "emisión cero" -la férrea política monetaria con la que el Gobierno pretende parar la corrida cambiaria y reordenar la economía- cumplió la primera semana de vigencia.

La conclusión que salta a la vista es que le sirvió al oficialismo para lograr sus principales objetivos. Claro que no es gratuito, ya que incluye efectos que son nocivos para la actividad económica.

La cotización del dólar cerró por debajo respecto a la de una semana atrás: $38,90, contra los $42 del viernes anterior. Y el precio mayorista - $38,85-, se ubicó dentro de la banda de flotación permitida, de modo que el Banco Central no tuvo que intervenir.

El resultado llevó alivio al equipo económico. Más aún luego de que el fin de semana pasado el flamante titular del BCRA, Guido Sandleris, declarara que "ni loco compraría dólares en este momento".

El mercado respaldó esa presunción del banquero central aunque, claro está, es sabido que es prematuro para cantar victoria, y que se requerirá un trabajo diario muy inteligente y minucioso para ponerle fin a la corrida.

Suba del costo financiero

La contrapartida de la incipiente estabilidad del tipo de cambio también resulta elocuente.

Por el "apretón monetario" hubo un traslado instantáneo de la suba de la tasa de interés de referencia a los demás costos financieros, tanto los que pagan los consumidores para financiarse con tarjetas de crédito como las empresas, a la hora de quedar en rojo en sus cuentas bancarias.

Esto no es todo, ya que habrá que esperar movimientos adicionales en esos cargos, aun en el caso de que el Banco Central mantenga la tasa de las Leliq en los niveles actuales, en torno al 71% o 75% anual.

La suba de los tipos de interés recién empieza, y viene a ser la reacción instantánea del mercado al apretón monetario.

En la primera semana de implementación, el costo del "Ahora 12" saltó del 40% al 58,2%, provocando un encarecimiento de los productos financiados en cuotas. Aun así, se trata de la tasa más barata de todas.

Para aquellos rubros o artículos que queden afuera de ese programa, el costo de financiación se encareció más:

- Las compras en 12 cuotas con tarjeta pasaron de tener un costo del 90% anual (agosto) a poco más del 130%.

- El cargo por el saldo impago de los plásticos se disparó del 78% a un impactante 98%

- Los costos de los préstamos para el consumo subieron al 100% anual para el caso de los empleados "en blanco" bancarizados.

- Esa tasa se dispara hasta el temible 260% anual para quienes, en medio de la desesperación por la pérdida del poder adquisitivo, recurren a las financieras en busca de dinero en efectivo.

 

La contracara son los rendimientos que las entidades empiezan a ofrecerles a sus clientes, que si bien a simple vista parecen tentadores aún se mantienen por debajo de las tasas activas.

- Por un plazo fijo de $1 millón a 30 días están abonando 44% anual en promedio.

- Desde los bancos anticipan que este porcentual se irá bien para arriba en las próximas semanas. De hecho, los de primera línea extranjeras están promocionando tasas anuales superiores al 50%.

Las que más sufren el apretón monetario son las empresas y, muy especialmente, las Pymes:

- El descubierto en cuenta corriente se disparó al 77% anual, según el relevamiento del Banco Central.

- Y, en el caso de las pequeñas compañías, ya supera el 100% anual.

¿Cuánto tiempo más llevará?

El título de la clásica canción de Serú Girán remite a la pregunta que se hacen los economistas de la City: ¿hasta cuándo podría tolerarse semejante escalada de las tasas de interés?

Los funcionarios también reconocen que se hace muy cuesta arriba para una firma desenvolverse en las condiciones actuales. El propio ministro de la Producción, Dante Sica, señala: "Las tasas actuales son incompatibles con la producción". Reflejan "el compromiso para frenar la corrida cambiaria".

Sica ha ganado un espacio de cercanía con el presidente Macri, de modo tal que es muy probable que el jefe de Estado tenga el convencimiento de que estos costos sólo pueden ser soportados un corto lapso de tiempo más.

¿Cuánto? "No más de dos a tres semanas", arriesga el ex viceministro de Economía, Emmanuel Alvarez Agis.

- "¿Tan poco?", pregunta iProfesional

- "Si no lo hacen rápido, la recesión se va a profundizar", responde

Álvarez Agis menciona el efecto estudiado en la tesis Cavallo-Patman, en el que se explicita que el mayor costo financiero, a largo plazo, determina una inflación más alta.

Es decir, el efecto contrario al que persigue el equipo económico: que estas tasas de interés súper elevadas sirvan para anclar la cotización del dólar y bajar la inflación.

"Es como cuando aplicas un torniquete. En una primera instancia, te puede salvar la vida y permitirte llegar al hospital. Pero luego hay que sacarlo lo más rápido posible para trabajar en la cura definitiva", amplía Álvarez Agis.

Hernán del Villar, experto en el funcionamiento del sistema financiero, coincide en señalar este es un "régimen extremo" pero "al que hay que dejarlo andar".

- "¿Cuál es el timming?", pregunta iProfesional

- "Hay que darle tiempo para que surta efecto. Con una inflación que este mes rondaría el 4% o 4,5% no hay demasiado espacio para tomar medidas. Primero hay que terminar de sacar los $30.000 millones que le sobraban a la economía al momento de los anuncios", responde.

- "¿Y entonces?"

- "Recién cuando el Banco Central tenga la certeza de que pudo estabilizar el dólar, ahí podría reducir los encajes. Y ello implicaría una reducción de las tasas de interés".

- "¿A qué nivel imagina que podrían descender?"

- "Lo lógico sería entre 10 y 15 puntos por encima de la inflación, al momento de tomar esa medida. Por ahí debería andar la tasa de interés "real".

Del Villar cree que el espacio para comenzar con la rebaja de las tasas se abrirá a partir de fin de año, cuando la inflación empiece a dar muestras de desahogo. La estimación es que, hacia noviembre y diciembre, rondará el 3%.

Una de las preguntas clave que se formulan en el mercado financiero refiere a qué sucederá cuando el BCRA intente reacomodar la tasa hacia abajo.

Está claro que, como están ahora, la economía no puede funcionar. Y que, más temprano que tarde, habrá una presión -incluso "política"- para que ello suceda.

"El Gobierno debe estar preparado para intervenir. Para vender dólares si hace falta", afirma Álvarez Agis.

Por el acuerdo firmado con el FMI, el Banco Central no podría hacerlo a menos que pase los $44. Pero es el Banco Nación quien tiene las manos liberadas. De hecho, en las próximas semanas tendrá que brindar asistencia para cubrir el déficit de las cuentas públicas.

"Si sale bien, la tasa podría bajar al 50% anual en una primera fase", agrega el ex funcionario de la época de Cristina Kirchner.

"Yo creo que el plan de emisión cero es más marketinero que otra cosa. Que el Gobierno pensó en una señal muy poderosa para alinear las expectativas cambiarias pero que, si se mueve con inteligencia, debería apartarse de ese anuncio", completa.

En su visión, la prioridad después de estabilizar debería ser la de darle a la economía elementos para salir del pozo.

La consultora Quantum, dirigida por el exviceministro Daniel Marx, da en la tecla sobre lo más relevante a monitorear en las próximas semanas, que debería ir de la mano con los datos financieros que vayan apareciendo.

"Para que el proceso de estabilización resulte exitoso debe lograrse que mejoren las expectativas, de manera tal de lograr la convergencia entre una tasa de interés positiva y compatible con la actividad y la expectativa de depreciación", asegura.

Esto, "en un contexto donde se logre revertir la caída en la demanda de dinero que se observa desde principios de año", añade.

Algo ya se logró tras la primera semana de instrumentación de la nueva política monetaria: baja del tipo de cambio y fuerte freno de la dolarización de pequeños y grandes inversores.

También volvieron a crecer los depósitos bancarios en dólares y, si bien levemente, se recuperaron los bonos de la deuda.

El Gobierno está jugado a que esta tendencia se repita en las próximas semanas. De eso depende de que no se tenga que tomar medidas todavía más duras.

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