Crisis cambiaria: cuál es el mejor y el peor escenario, según el exvicepresidente del Banco Central
El exvicepresidente del Banco Central (BCRA), Lucas Llach, consideró este miércoles que “más allá del nerviosismo” ante la crisis, es bueno que la Argentina tenga flotación cambiaria ya que sirve para “que la economía se autorregule sola” en el momento en que todo tambalea.
Sin embargo, reconoció que los argentinos todavía siguen teniendo dudas en este sentido y demuetran que “tienen miedo a flotar”.
“El escenario optimista en el que más creo es que ahora hay un cierto nerviosismo, pero a medida que veamos los beneficios de la flotación cambiaria se va a perder este tema. La flotación hace que cuando haya un problema en la economía se autoregule sola en el momento donde todos nos ponemos nerviosos”, explicó.
En diálogo con Radio Millenium, el economista consideró que el panorama “pesimista sería que la Argentina como sociedad no se comprometa con el programa ante el FMI, lo que implica que de una vez por todas se ponga los pantalones para tener un déficit sostenible, básicamente un equilibrio primario”.
Las tres medidas con las que el Gobierno profundiza el ajuste fiscal
“Acá se necesita un compromiso de los que están en el Gobierno y de los que pretenden reemplazarlo en 2019. Así el mundo nos va a ver como serios y va a decir ‘no tiene sentido que sus bonos rindan 10% con un riesgo tan alto”, apuntó.
El hombre que secundo a Federico Sturzenegger en el Banco Central evaluó que la recuperación económica del país va a estar directamente atado a “cuánto tarde una recuperación afuera”.
“Si sigue empeorando la situación para los países emergentes, peor para Argentina. Sabíamos que somos vulnerable ya que somos de los que más depende el financiamiento externo. El economista que dice que va a pasar con el mundo el próximo año me parece arrojado”, analizó.
Explicó que el secreto de las economías globalizadas “es resguardarse lo más posible con una flotación libre del tipo de cambio y, algo que le falta a la Argentina, tener un superávit fiscal que después puedas guardártelo cuando viene la mala”.
"Chile en el año 2000 tuvo una regla fiscal que lo llevaba a ahorrar 8 puntos del PIB, ya que el cobre estaba muy alto, y después se la gastó cuando vino la crisis internacional. Eso por supuesto hizo que el déficit sea más chico", graficó.