La estrategia de Sturzenegger: le pone "techo" a la devaluación para convencer a inversores que renueven Lebac
Para el Gobierno, hoy es el "Día D". En la jornada previa a la licitación de Lebacs por unos $670.000 millones, el Banco Central se plantó a primera hora del lunes y ofreció u$s5.000 millones a una cotización de $25 en el mercado mayorista, con la intención de ponerle un techo a la devaluación.
El nuevo cambio de estrategia del BCRA se diseñó durante el fin de semana entre Federico Sturzenegger y la Casa Rosada, en un intento por ponerle fin a la corrida cambiaria.
La decisión de convalidar una nueva devaluación -de $22,95 a $25 en el segmento mayorista- se tomó de cara al extraordinario vencimiento de las Lebacs.
De esta manera, el Gobierno quiso ponerse por delante de los acontecimientos, y mostrarse convencidos de que, a ese valor del dólar, y con una oferta simultánea de nada menos que u$s5.000 millones, toda la devaluación ya ha sido concretada. Y que a los grandes inversores les convendría renovar las Lebacs.
En un escenario de máxima, las autoridades buscaban que a un dólar de $25 aparecieran algunos grandes inversores que se hayan dolarizado en las últimas jornadas y que ahora, tras una importante devaluación, vendieran las divisas para recrear el "carry trade".
Hasta ahora, en medio de la corrida, ese escenario optimista no se dio a pesar de que el Banco Central elevó al 40% la tasa de referencia, y a que en el mercado secundario de las Lebacs se había convalidado ese rendimiento, e incluso más.
Para asegurarse el éxito en la licitación del martes, Sturzenegger mantuvo una reunión con ejecutivos de los principales bancos de la City, con el objetivo de que renovaran sus tenencias en Lebacs. E incluso les pidió que aprovecharan la elevada tasa de interés para incrementar esas posiciones.
En medio de las negociaciones para acordar un crédito stand by, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también jugó a favor del Gobierno.
En el mismo momento en que comenzaban las operaciones cambiarias y el Banco Central largaba con la nueva estrategia, el FMI dejó trascender que en las incipientes conversaciones con las autoridades argentinas "no ha habido discusiones sobre un objetivo específico para el tipo de cambio".
Desde Washington, incluso, manifestaron que había un respaldo a la política cambiaria que estaba llevando adelante el Banco Central, y que el FMI "no establece condicionalidad para un nivel particular del tipo de cambio como parte de un programa".
La posición del Fondo -difundida a primera hora por el Palacio de Hacienda- despejó parte de la incertidumbre en el mercado.
En la City había trascendido que, como parte de las negociaciones con los funcionarios, el staff del organismo reclamaba la liberalización del mercado cambiario. De forma tal que el Banco Central dejara de perder reservas defendiendo un tipo de cambio inverosímil.
Si bien desmentida, esa versión pasó aunque sea en parte a los hechos una vez que Sturzenegger ofreció u$s5.000 millones a $25 desde la mesa de operaciones del BCRA.
Ahora el "mercado" tiene la palabra: hasta las tres de la tarde dictaminará si a ese valor del dólar conviene comprarle billetes al Central. O si lo mejor será resguardarse "haciendo tasa" con las Lebacs.