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Empresas argentinas, lejos de Wall Street: bonos y acciones sufren "crowding out" y el clima adverso

Empresas argentinas, lejos de Wall Street: la emisión de bonos y de acciones sufren el "crowding out" y mal clima externo
11/04/2018 - 11:01hs
Empresas argentinas, lejos de Wall Street: bonos y acciones sufren "crowding out" y el clima adverso

Ya nada será como antes. Esta es, acaso, la única certeza que tienen en el mercado financiero sobre las perspectivas de las empresas argentinas que necesitan salir a conseguir dólares frescos en el exterior.

En lo que hace a la emisión de acciones, las últimas incursiones marcaron un punto de inflexión. Y, por el lado de los bonos corporativos, las colocaciones han sido í­nfimas en el primer trimestre: para muchos, es altamente probable que esta "sequí­a" se mantenga los próximos meses.

En la City es sabido que desde que comenzaron a subir las tasas en los Estados Unidos, cambió el clima externo tanto para la Argentina como para los paí­ses emergentes.

El costo financiero aumentó y esto hizo que muchos aborten sus planes de financiarse en el exterior. Ahora, lo que está de moda es la plaza local.

Ya sin el boom de inversores del exterior deseosos por comprar activos argentinos, el mercado doméstico volvió a ser atractivo.

Quien reinstaló el lema de "vivir con lo nuestro" fue el propio Ministerio de Finanzas, que -tras emitir u$s9.000 millones afuera en enero- pasó a enfocarse en el plano local.

Tanto es así­ que para cubrir parte del bache financiero en dólares optó por tomar un préstamo por u$s1.000 millones del HSBC.

Queda claro que Luis "Toto" Caputo apuesta a conseguir dinero fresco en la plaza interna, estrategia que ya se propagó a la Provincia de Buenos Aires.

De hecho, Marí­a Eugenia Vidal se hizo de $30.000 millones a través de un bono a siete años. Al pagar tasa Badlar más un 3,5%, el rendimiento rondarí­a el 26% anual.

Crowding out

Para las empresas, el margen de acción es menor. Con el Gobierno a pleno y la Provincia emitiendo en la plaza local, la competencia por hacerse de plata fresca es muy alta.

Esto las lleva a sufrir los efectos del "crowding out": desplazamiento del sector privado del mercado de créditos producto de la alta necesidad de fondeo estatal.

Así­ las cosas, la situación de las compañí­as hoy dí­a luce complicada. ¿Qué harán?

"No hay muchas chances para que puedan emitir. Afuera enfrentan la limitación de tasas, y acá compiten por la liquidez con dos monstruos como son el Tesoro y la Provincia", responde a iProfesional Rafael Di Giorno, director de Proficio Investment.

"Algunos sectores, como los bancos, van a salir con Obligaciones Negociables, pero una gran mayorí­a va a tener que esperar", advierte.

"Cuanto más emitan las provincias y el Gobierno, más complicado será el panorama para las empresas. No hay que olvidarse que las compañí­as argentinas todaví­a necesitan de Wall Street", agrega Sebastian Maril, analista de Research For Traders.

"Plata siempre hay, el tema es a qué tasa", indica. En otras palabras, advierte que "el costo de tomar deuda será más caro que antes".

La foto actual es elocuente:

- La emisión de deuda en el plano internacional (sumando al Gobierno, las provincias y las empresas) cayó casi 30% el primer trimestre de 2018 respecto de igual lapso del año pasado.

- Del total colocado (u$s10.250 millones), el 88% fue captado por el Gobierno. "No esperamos una recuperación en el segundo trimestre", afirma Maril.

Con todo, para Francisco Mattig, research de Banco Mariva, en los próximos meses y hasta fin de año habrá algunas emisiones latentes que sí­ o sí­ tendrán que hacerse en el exterior.

En este sentido, hace referencia al proyecto del TGS con Vaca Muerta, que le insumirí­a la emisión de bonos por hasta u$s500 millones.

Por el lado del sector telco, afirma: "Creemos que Telecom ya fusionada puede llegar a emitir un bono grande para precancelar un préstamo sindicado. Y tenemos compañí­as con proyectos de inversión que van a requerir de fondos".

En ese lote se ubica Edenor, poco endeudada, como también Transener y Camuzzi, que podrí­an intentar salir a conseguir dólares entre financistas internacionales.

Según estimaciones de Banco Mariva, todaví­a hay algo de margen para que las compañí­as emitan afuera alrededor de u$s3.000 millones, ví­a Obligaciones Negociables.

Antes del cimbronazo de tasas en EE.UU. y del peor clima con los activos argentinos, las proyecciones para este año daban cuenta de una cifra que duplicaba ese monto.

"Algunas van a tener que buscar dólares sí­ o sí­ afuera, salvo que intenten fondearse localmente. El tema es que muchos inversores externos no quieren comprar bonos con ley argentina y eso les pone un lí­mite", suma el analista de Research for Traders.

Si bien en el mercado hay matices sobre cómo harán las empresas para financiarse (cuántas podrí­an hacerlo localmente y cuántas en el exterior), de algo hay semiplena certeza: la apertura del capital accionario (IPO, por sus siglas en inglés) quedará postergado para un momento más propicio.

Los antecedentes más cercanos evidencian los fracasos que padecieron las compañí­as en sus últimas incursiones.

"A la sequí­a de colocaciones en el circuito internacional, se sumó el poco interés por emisiones de acciones argentinas", apuntan desde Allaria Ledesma, la sociedad de bolsa top de la City.

"Pareciera que el mercado ya hizo su apuesta y que ahora está en modo pausa, a la espera de mejoras tangibles en el frente económico o de la inclusión del paí­s en el í­ndice de mercados emergentes", asegura.

Desde Delphos Investment señalan que Distribuidora de Gas del Centro (DGCE) ya se convirtió en el sexto IPO local consecutivo que puede ser calificado como negativo.

Los seis casos después de las emisiones de Despegar y Loma Negra (catalogadas como exitosas) sufrieron consecuencias adversas:

1.-Molino Cañuelas

Su gran apalancamiento financiero y los malos resultados llevaron a la compañí­a a presentar -justo en el momento del IPO- una hoja de balance con patrimonio neto negativo.

El papel resultaba atractivo si presentaba un importante descuento a raí­z del stress financiero. Sin embargo, el rango sugerido por los colocadores tení­a implí­cito una fuerte expectativa de crecimiento futuro. La demanda no fue suficiente y la compañí­a decidió posponer la colocación.

2.- Laboratorios Richmond

Contaba con una historia ambiciosa de crecimiento, reflejada en el rango sugerido por los colocadores ($35 - $47 por acción).

Así­, el IPO se llevó adelante y la compañí­a debutó en el mercado, pero saliendo por debajo del precio promedio del rango sugerido ($37 por acción versus $ 41 por acción).

3.- Corporación América y Central Puerto

Salieron con muy pocos dí­as de diferencia y con la misma caracterí­stica: por debajo del lí­mite inferior del rango de precio sugerido.

En Corporación América preocupaba el riesgo de la prórroga de los contratos de concesión.

En tanto, en Central Puerto la expectativa de crecimiento implí­cita en los precios era muy fuerte e hizo que el mercado las bajara un poco al adquirir el papel.

4.- Bioceres

Fue el segundo IPO suspendido de esta lista, y es muy probable que haya enfrentado el peor contexto de todos los casos.

La salida estaba planeada para mediados de febrero, momento en que el mercado internacional mostraba reticencia al riesgo en general, y mucho más hacia activos de riesgo argentinos.

5. - Distribuidora de Gas del Centro

Esta compañí­a pertenece a un sector de alto potencial, por los ajustes tarifarios, las expectativas por Vaca Muerta y la riqueza de recursos naturales que ostenta el paí­s.

Todo esto no fue suficiente, ya que el mercado veí­a que la firma plasmaba en el rango sugerido un crecimiento importante y la demanda no fue la suficiente. Los accionistas decidieron posponer el IPO.

Para Delphos, hoy dí­a el escenario no es el ideal para un IPO, si bien de cara al futuro hay drivers importantes, como la posible suba de categorí­a de Argentina de paí­s de frontera a mercado emergente, decisión que corre por cuenta del Morgan Stanley.

En otro orden, desde la consultora notan que son un tanto elevadas las expectativas de crecimiento que las compañí­as incorporan en sus rangos de precio sugerido, lo que les deja pocas ganancias a los inversores.

Esto, finalmente, se traduce en IPOs que no llegan a destino.

"Las empresas deberí­an buscar socios financieros en lugar de focalizarse en obtener el mayor rédito posible. Si recalibran las expectativas al salir a emitir acciones, esta tendencia de malos IPO podrí­a revertirse, porque el apetito por activos locales continúa vigente", aseguran.

Menos optimista, Di Giornocree que el emitir papeles "ya no corre más".

"Tampoco es que las compañí­as se están matando por invertir. Todas tienen proyectos, pero dependerá de las tasas que le quieran cobrar. Esos proyectos no dan para repagar tanto", concluye.