Los plazos fijos le dan pelea al dólar: por qué ahora crecen en los bancos los depósitos mayoristas
En el arranque del año, se produjo un quiebre en la tendencia que venía mostrando la evolución de los plazos fijos en pesos.
A diferencia de 2017, cuando los saldos crecieron levemente por debajo de la inflación, en lo que va del 2018 se observa una notable recuperación de los fondos colocados por el sector privado.
Según el Banco Central, la evolución de los depósitos a lo largo de los primeros 45 días superó holgadamente a la tasa de interés.
Mientras que el saldo entre puntas se incrementó 4,3%, la tasa devengada fue del 2,7%. La diferencia se explica exclusivamente por el ingreso de nuevos fondos a las cuentas de los bancos.
Hablando en plata, este repunte implica una entrada de dinero fresco al sistema del orden de los $9.300 millones.
Así, en lo que va del año (con datos oficiales al 14 de febrero), el total depositado asciende a $618.000 millones, frente a los $592.000 millones de fines de 2017.
Lo interesante del caso es que la mayor parte de ese caudal proviene de inversores institucionales: en ese lapso, los depósitos mayoristas treparon 8,4%.
En cifras, pasaron de $247.000 millones a $268.000 millones (21.000 millones más).
Para tener una idea de la magnitud del ingreso, si se resta el efecto "tasa de interés" pagada (que engrosan los depósitos), las nuevas captaciones totalizaron unos $14.000 millones.
Pero así como los mayoristas crecieron en forma significativa, los fondos provenientes de pequeños ahorristas han mostrado un incremento por debajo del avance de la tasa de interés, lo que implicó una salida cercana a los $5.000 millones.
¿Por qué sucede esto? Analistas consultados por iProfesional coinciden en afirmar que el segmento minorista tiene una dinámica propia, que está más atada a la evolución del billete verde que en el caso de los mayoristas, para el que juegan otros factores y condicionantes.
Indican que la merma en las colocaciones se precipitó a partir con la suba del dólar, que pegó un fuerte repunte luego de que el Gobierno anunciara el cambio en las metas de inflación (del 8 al 12% inicial al 15% estipulado para 2018).
En un contexto en el que los funcionarios tolerarán un mayor índice de precios, resulta lógico pensar que muchos particulares opten por buscar resguardo en el billete verde.
En el caso de la participación de inversores mayoristas en el total de los depósitos, creció del 41,7% al 43,4%, en detrimento de la de pequeños ahorristas.
En cuanto a la evolución de las colocaciones en función de los plazos, la apuesta del público es a la caída de los rendimientos, lo que se refleja en la fuerte expansión de los períodos más largos.
Así, los depósitos:
- De 30 a 59 días apenas subieron 1,5% (son los preferidos de ahorristas)
- De 180 a los 365 días treparon casi 30%
- Los mayores a 365 días, repuntaron un 27%
Tras el cambio en el mix, desde la consultora First Capital Group indican que el plazo promedio de colocación pasó a ser de 85 días.
Quiénes se volcaron a los plazos fijos
Un factor que jugó claramente a favor de los depósitos mayoristas fue la decisión del Gobierno -tomada a mediados de noviembre- de limitar el acceso de las compañías de seguros al mercado de las Lebac.
"El aumento de las colocaciones de plazos fijos de la banca corporativa se debe principalmente a que las compañías de seguros se ven obligadas a diversificar su cartera", asegura un oficial de cuentas de un banco privado de primera línea.
El "entusiasmo" de los bancos por captar estos fondos se notó en los rendimientos que abonan: la tasa para colocaciones mayores a los $20 millones se elevó a casi un 24% en promedio, 70 puntos básicos por encima de las de más de un millón.
En ambos casos, el premio resulta muy superior al ofrecido a los pequeños inversores (20,5%).
El volumen de fondos disponibles que administran las compañías de seguros es por demás atractivo, ya que ronda los $330.000 millones, según algunas estimaciones privadas.
De ese total, entre el 40 y el 50% estaba colocado en noviembre en forma directa o indirecta en Lebac.
¿Cómo evolucionó la tasa?
A diferencia de los rendimientos de las Lebac (que experimentaron una leve caída), las entidades financieras han mantenido los "premios" de los plazos fijos sin mayores variantes.
Esto, en un contexto en el que la entrada de fondos ha crecido en forma significativa, en particular la proveniente del segmento mayorista.
El motivo de esta estrategia es claro: la demanda de créditos del sector privado (hipotecarios, prendarios) les ha "carcomido" su colchón de liquidez.
A ello se suma la eliminación de la línea de créditos productivos, que les da mayor margen para remunerar los depósitos.
"Las tasas de Lebac bajaron hasta 300 puntos, pero la Badlar se mantuvo en torno al 23%. Esto refleja la reducción en el colchón de liquidez de los bancos frente al dinamismo de los préstamos, que siguen creciendo a un ritmo considerable", apunta Martin Vauthier, economista de Eco Go.
"Lo que más empujó a que las tasas se mantengan estables es la necesidad de liquidez. Los préstamos a particulares y empresas continúan creciendo por los UVA y la venta de automotores", añade Gabriel Zelpo, economista en jefe de Elypsis.
Para Vauthier, durante el último año los bancos no tuvieron necesidad de captar depósitos ante el despegue de los hipotecarios, debido al altísimo stock de liquidez estacionado en Lebac desde 2016, cuando el crédito al sector privado había caído fuerte.
"Pero ese excedente comienza a reducirse y esto se traduce en el achique gradual en el spread entre la Lebac y la Badlar", agrega.
A inicios de enero, esa brecha en el mercado secundario era superior al 5%, mientras que al cierre del mes se ubicó apenas encima de 4%.
El boom de los depósitos UVA
En otro orden, resulta evidente el vuelco de los inversores a los depósitos ajustados por UVA en el año.
Pasaron de $2.085 millones a los actuales $6.872 millones, lo que implica una suba de $4.800 millones (230%), si bien partieron de niveles muy bajos.
Al igual que en los depósitos tradicionales, aquí también se observa una participación creciente de los inversores corporativos.
Hablando en plata, de ese total unos $5.630 millones corresponden a colocaciones superiores al millón de pesos (+400%), de modo tal que la participación del segmento mayorista es del orden del 86%.
Este notable crecimiento va de la mano de las estimaciones privadas que publica el Banco Central, que dan cuenta de una inflación que rondaría el 20% este año, porcentaje al que hay que agregarle una "plus" que, en el mejor de los casos, alcanza al 4%.
Entre las entidades líderes, los mayores rendimientos en términos reales lo pagan el BBVA Francés, con el 5%, Macro y el Ciudad (4%), seguidos por el Galicia (3,5%) y el Nación (2%).
En tanto, otros como el Hipotecario o Santander Río, solo abonan de acuerdo con la evolución de la inflación (sin plus).
Sin duda que el crecimiento de este tipo de colocaciones responde a la conveniencia mutua para inversores y entidades.
"Un plazo fijo en UVA le posibilita al cliente quedar a resguardo contra el alza de los precios e, incluso, hacerse de una pequeña renta", indica el ejecutivo de cuentas de una firma líder.
"Para los bancos es fundamental salir del cortoplacismo de los plazos fijos tradicionales, en un contexto en el que los créditos hipotecarios vienen creciendo a pasos agigantados", agrega.
Desde el Banco Hipotecario sostienen que "constituye una herramienta de fondeo muy importante para aplicarla a los préstamos para viviendas en UVA, junto con la emisión de ON en UVA y la securitización de hipotecas".
Además, apuntan que con el lanzamiento del Procrear Ahorro Joven (programa oficial destinado a jóvenes de entre 18 y 35 años), se le dará fuerte impulso a este producto, ya que los beneficiarios deben constituir un ahorro previo a través de un plazo fijo UVA.
Si se miden los depósitos totales según el tipo de moneda, los nominados en pesos cerraron el mes con un alza del 3,7% con respecto a diciembre, impulsado por los depósitos a plazo en el sector privado.