Prat Gay califica las metas del Banco Central como "incompatibles"
El ex ministro de Hacienda y Finanzas de la Nación Alfonso Prat-Gay disertó en público y reflotó viejas internas dentro del Gobierno que generaron su salida hace apenas menos de un año.
De hecho, golpeó de lleno, aunque sin nombrarlo de forma directa, al presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, al decir que el organismo monetario se propone bajar la inflación a "un ritmo incompatible" con las metas fiscales del Gobierno, y que "nadie quiere" acatarlo.
Por lo que calificó que hay "tensión" entre el gradualismo fiscal que se está llevando a cabo y la "necesidad política" que tiene el BCRA de disminuir el nivel de incremento de los precios de la economía.
Y mencionó, como ejemplo a seguir, que Chile bajó la inflación en el doble de tiempo que pretende hacerlo Sturzenegger, con resultados sólidos que perduraron en el tiempo.
Además, indicó que la política de tasas altas implementado por el organismo monetario está llevando a un atraso cambiario que genera inconvenientes con la balanza comercial, ya que "no crecen las exportaciones, pero en cambio las importaciones escalan un 20% en el año".
El ex funcionario sostuvo esos conceptos en un almuerzo organizado por el Rotary Club de Buenos Aires, al que asistió iProfesional, al afirmar que la clave del Gobierno para salir de la difícil situación heredada es aplicar el gradualismo "como único camino posible".
"Hay voluntad de cambio en la sociedad y esto se vió en las últimas elecciones, donde la gente demostró que quiere cambiar y sabe que va a costar", mencionó Prat Gay.
Esta afirmación fue justificada en que "el Presidente Macri tuvo un apoyo que nadie esperaba en las elecciones pasadas", y esto se evidenció al "aumentar 8 puntos porcentuales en las urnas respecto a dos años atrás, que no fueron de los mejores, algo que es para rescatar".
Al respecto, pese a que ahora se encuentra fuera del Gobierno, apoyó la actual gestión al mencionar que se están aplicando "cambios factibles y duraderos después de varias décadas" perdidas.
Y completó el también ex presidente del Banco Central: "Tenemos que seguir cambiando y de eso no hay duda porque la historia nos respalda. Desde los 70 en adelante la Argentina se estancó en el plano económico, en donde la región latinoamericana creció unas 2,3 veces su Producto Bruto Interno (PBI), mientras que nuestro país sólo lo hizo 1,2 veces".
"Esto significa que el camino que estuvimos haciendo durante cuarenta años no generó un avance, sino un retroceso", concluyó.
Al mismo tiempo, golpeó indirectamente a la gestión anterior al afirmar que "acá no hay magia, ni acciones efímeras. Este partido no lo juega un mesías, ni un iluminado".
Por otra parte, a Macri le recomendó "no descuidar la macroeconomía", ya que en estos últimos dos años se logró bajar dos puntos el déficit fiscal, pero el negativo de la balanza comercial avanzó el mismo porcentaje.
"Hay que cambiar esto, pero creo que tiene que cambiar más la política que la economía", sentenció Prat Gay.
Y alertó que "si la economía crece mucho más rápido será difícil financiar el déficit de cuenta corriente".
Para solucionar los problemas actuales que está afrontando el Gobierno, el ex funcionario reflotó un viejo tema que se mencionó en su momento como el principal motivo de su salida, respecto a los rumores que su intención era ser un "súper ministro" que maneje de manera integral la economía y finanzas del país. Algo que Macri habría esquivado.
"El Presidente escribe la partitura, pero está faltando un director de orquesta que ordene los objetivos de cada ministerio, sino cada funcionario persigue sus propios objetivos y no el general", consideró Prat Gay.
"Se están haciendo bien las cosas, pero se necesita una visión más amplia. Falta un economista que entienda la economía general", resumió.
A su vez, apoyó al Presidente Macri, al calificar que "sabe lo que tiene que hacer, sabe con el tiempo que cuenta de financiamiento y lo aprovecha entendiendo cuál es el camino que hay que seguir".
Así destacó que los tres pilares son: "Primero, debemos seguir manteniendo este ritmo y foco, ya que el gradualismo no es ni cruzar los brazos y ni quedarse dormido al volante, ni pisar el acelerador a fondo, sino que es mantener esa misma línea por la que venimos".
La segunda cuestión se relaciona con "no descuidar la visión macroeconómica, ya que las buenas reformas estructurales no son un sustituto para las correcciones de las políticas macroeconómicas".
Y por último, explicó que se debe "seguir extendiendo este cambio en todo el país, y que cada argentino esté convencido de que este es el camino y en donde cada uno siga aportando lo suyo".