Ganarle a la inflación y a la suba del dólar no es una tarea fácil para los inversores.
Lograr que un activo rinda más de un 44% en pesos (índice de precios de 2016), o de un 20% en moneda dura (incremento del billete verde en ese año) se presentan como metas difíciles de alcanzar.
Tampoco resulta sencillo encontrar un buen equilibrio entre rentabilidad y riesgo. Más aun, en un contexto recesivo en el plano local e incierto en el internacional, a raíz del "efecto Trump".
Frente a este panorama, una palabra es la que se impone: diversificar. Y si se habla de repartir riesgos y conseguir buenas ganancias, qué mejor que los fondos comunes de inversión.
Son administrados por los diferentes bancos y gerenciados por expertos, que se ocupan de armar una canasta de activos (acciones, bonos, entre otros) y de maximizar los retornos en función del grado de riesgo que el ahorrista desee asumir.
Por cierto, quienes apuestan por varios de ellos han recibido grandes alegrías en los últimos meses. Precisamente, porque lograron ganarle a la inflación y al dólar.
La mayor cantidad de público -minorista e institucional- que se ha volcado a este instrumento quedó reflejada en el volumen de dinero que moviliza: el patrimonio global de esta "industria" trepó un 52% en apenas un año.
¿Cuáles fueron los fondos que más crecieron?
- Los de renta mixta (que combinan en su cartera bonos y acciones) lograron un performance de hasta casi 125%.
- Los de renta fija (que apuestan principalmente por títulos públicos) tuvieron en algunos casos una mejora de poco más del 80%.
- Los de renta variable (que concentran sus tenencias en papeles de empresas) mostraron un rendimiento cercano al 50%.
Con el ingreso de nuevos inversores, el monto total administrado por el sistema ya roza los $325.000 millones cuando, un año atrás, era de $210.000 millones. En términos de dólares, se pasó de poco más de u$s16.000 millones (2015) a u$s20.500 millones (2016), lo que implica un crecimiento del 25%.
En cuanto al share de cada uno:
- Los de renta fija poseen algo más del 60% de participación
- Los "money market" y los de renta mixta, un 13% en ambos casos
- Los de renta variable apenas reúnen un 3% del total
El siguiente cuadro presenta la evolución en cada caso;
De acuerdo con la Comisión Nacional de Valores (CNV), cada uno de los diferentes fondos responde a las siguientes características:
1. Renta fija: resultan adecuados para una inversión a mediano o largo plazo. Los rendimientos y los cambios de precio son moderados.
2. Money market (Mercado de Dinero): son diseñados para perfiles conservadores, para quienes buscan invertir a corto plazo o priorizan el hecho de contar con liquidez de manera inmediata.
3. Mixtos: combinan distintos activos, como bonos, acciones y plazos fijos. Las ganancias que brindan y el riesgo asociado dependerán de la composición de cada cartera.
4. Renta variable: son recomendables para aquellos que priorizan el largo plazo. Suelen tener rendimientos elevados (o caídas importantes) y están sujetos a las fluctuaciones de los mercados bursátiles.
Uno de los pilares sobre los que se sustentó el crecimiento de los de renta mixta (acciones bonos) fueron las Lebac, a raíz del fuerte protagonismo que le han asignado los administradores de portfolios.
Esto fue bien recibido por los inversores más sofisticados, a los que luego se sumaron quienes recurrieron a los fondos comunes de manera circunstancial: por ejemplo, para aprovechar las altas tasas de interés en pesos que fijadas por el Banco Central.
Los grandes ganadores del 2016
A lo largo del año pasado, uno de los grandes ganadores fue AL Renta Mixta II, que avanzó un 123%, de acuerdo con la información brindada por la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión.
Este instrumento es administrado por la sociedad gerente de Allaria Ledesma y conformado principalmente por títulos públicos nacionales y provinciales.
Le siguió Tavelli Plus -basado en acciones de empresas- en cuyo portafolio se observa una fuerte presencia de Petrobras, Tenaris y Minetti. En conjunto, las tres concentran casi el 50% del total.
Completa el podio RJ Delta: se compone en un 85% por papeles del sector energético, entre los que predominan los de Pampa Energía, Petrolera Pampa y Transportadora Gas del Sur.
Las elegidas por los managers
El análisis de la composición de las carteras de los fondos de renta variable más exitosos permite elaborar un listado de los papeles preferidos por los managers.
En tal sentido, se observa una clara tendencia en favor de reunir acciones de empresas de los sectores energético y bancario.
La "niña mimada" viene siendo Petrobras, que tiene una marcada participación en la mayoría de las carteras. En el segundo lugar de las preferencias aparece Pampa Energía. Luego YPF, Petrolera Pampa y Edenor.
En cuanto a los bancos, las acciones más buscadas por los administradores vienen siendo las del Grupo Financiero Galicia y las del Macro.
La estructura de las diferentes carteras responde, en gran medida, a las expectativas de los administradores. En tal sentido, existen algunos fondos como el IAM Renta Variable, que es administrado por la Sociedad Gerente del Banco Industrial, que a lo largo de 2016 arrojó una rentabilidad superior al 32% y está compuesto por acciones energéticas, bancarias y agropecuarias, como así también por Letras del Banco Central, lo cual le brinda al inversor una interesante cobertura.
En vistas al 2017, una cartera de esta naturaleza combina aquellos papeles privados que muestran un buen potencial de crecimiento con la tranquilidad que otorga un instrumento de renta fija como son las Lebacs, cuyo rendimiento supera holgadamente al de un plazo fijo.
Augusto Polesman, director de Portfolio Personal, considera que en el terreno de las acciones, "las energéticas y las de bancos siguen teniendo un potencial de suba muy elevado, de cara a un escenario de mayor normalización financiera. Ofrecen, además, la ventaja de la liquidez".
En igual sentido, el consultor Leonardo Chialva recomienda poner fichas en fondos invertidos en acciones bancarias.
Considera que esta actividad será una de las primeras beneficiadas ante la llegada de los demorados "brotes verdes".
"Si bien no están baratas en términos de valuación, el potencial de muchas de ellas es enorme. El bancario podría ser un sector que termine generando un rendimiento anual de hasta 20%", pronostica.
Juan Pablo Vera, jefe de operaciones de Tavelli, señala que las acciones de compañías argentinas son candidatas a dominar el mercado. Argumenta que aún poseen gran potencial alcista si se analizan los valores actuales de sus pares de la región. En coincidencia con sus colegas, expresa que otro sector con grandes chances de llevarle importantes alegrías al bolsillo es el energético.
"Mayores inversiones y tarifas en alza deberían ser los principales drivers a mediano y largo plazo para esta actividad", apunta Vera.
Además, ve con buenos ojos otros rubros por estar muy ligados al ciclo expansivo de la economía que, en algún momento, comenzará a gestarse. En este sentido, hace referencia al de la construcción, al alimenticio y al siderúrgico.
"El sector financiero también saldrá beneficiado pero más a mediano plazo, una vez que se estabilicen las variables y gane terreno en su negocio tradicional que es el de la intermediación", afirma Vera.
En cuanto a los bonos (renta fija), la mayor parte de las carteras incluye diferentes series de Lebac a mediano plazo, títulos en moneda extranjera y otros activos emitidos bajo la modalidad de "dólar linked".
En tal sentido, existe amplio consenso de los analistas en que lo más apropiado por estos días es aprovechar las colocaciones en pesos a tasa fija.
"Si se confía en que la inflación va a descender, hay que apuntar a las inversiones en moneda local y tasa fija, ya que aún siguen siendo altas", expresa Vera, quien agregó que en este contexto "la recomendación iría para el lado de fondos comunes de inversión T 1, a fin de ganar en agilidad y rentabilidad".
Otro analista, en este caso Alejandro Bianchi, también recomienda suscribir cuotapartes en fondos comunes de inversión, en particular aquellos que se conforman con títulos de renta fija y en otro de renta variable, que se posicione en acciones del Merval. "Lo ideal es diversificar según el riesgo que uno quiera asumir", expresa Bianchi.
Considera que la renta fija asegura un rendimiento estable mientras que con la variable (acciones) el ahorrista puede incrementar unos puntos su nivel de retorno.
¿Cómo invertir?
Para participar de un fondo común, simplemente hay que acercarse al banco con el que se opera, analizar las diferentes propuestas de fondos y comprar cuotapartes.
La valuación de las mismas (cuotapartes) se publica a diario tanto en los sitios web de las administradoras como en el portal de la Comisión Nacional de Valores y el de la Cámara Argentina de Fondos Comunes de Inversión.
La inversión se puede rescatar en un lapso que va desde las 24 horas para los denominados T 1 (compuestos mayoritariamente por títulos públicos o Lebacs) hasta las 96 horas, si contienen activos del exterior.
El capital para entrar es mínimo ($1.000) si bien es recomendable un piso superior. La orden de compra suele cursarse a través de la respectiva sociedad gerente aunque, lo más común, es volcarse a uno administrado por el banco del cual se es cliente.