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¿Descuento por pago en cash o cuotas "sin interés"?: los costos ocultos detrás de cada oferta

Los pagos mensuales que se ofrecen a tasa cero pueden representar un 18% mensual, medido en costo de oportunidad, si el punto de venta propone rebajas cash
16/08/2016 - 15:34hs
¿Descuento por pago en cash o cuotas "sin interés"?: los costos ocultos detrás de cada oferta

En los comercios, mientras las ventas caen, el nivel de gastos se viene incrementando a toda velocidad, empujado por las subas salariales, los altos costos de mantenimiento y una presión impositiva que se ubica en niveles récord.

Esta combinación genera complicaciones crecientes a la hora de tener que poner en orden las cuentas bancarias. Más aun, en un contexto en el que la cadena de pagos luce resentida.

Una manera rápida por la que buscan hacer caja es por la vía de ofrecer importantes descuentos a los clientes, de modo tal de tentarlos a que compren al contado, mientras coexisten las clásicas cuotas sin interés y el plan Ahora 12.

Del otro lado del mostrador la situación tampoco pinta fácil, ya que la mayoría de los argentinos enfrenta la caída del poder adquisitivo.

A partir del abanico de alternativas, a muchos de ellos se les presenta el interrogante sobre cuál propuesta es la más conveniente.

Concretamente, si les es más redituable aprovechar el descuento por pago en "cash" u optar por la propuesta a varios meses.

Al elegir la segunda, entienden que sacan ventaja por el "efecto licuación", sin reparar a veces en el beneficio que implica adquirir ese bien más barato.

No son pocos los que se sienten atraídos al escuchar que pueden financiarse sin pagar cargo alguno, si bien puede no ser tan así.

Lo primero que hay que saber es que no existen las cuotas sin interés. Mejor dicho, sin costo.

Esto, porque el cargo que aplican las tarjetas no se limita sólo al de la tasa. También hay otros que corresponden al mantenimiento del servicio, al envío del resumen y a los seguros que se aplican sobre el servicio.

Es por eso, que los avisos que rezan "cuotas sin interés" suelen tener al lado una aclaración pequeña en la que se hace referencia al llamado costo financiero total (CFT).

¿Qué significa? Que aunque no se le cobre una tasa al cliente, este deberá pagar un "extra" por el uso del servicio del plástico.Precio de lista vs. contado

El estiramiento de la cadena de pagos ha generado en los comercios una importante reducción del capital de trabajo, entendiéndose como tal a esa mínima liquidez necesaria para mantener el giro operativo del negocio.

En este contexto, esperar unos días para recibir la liquidación de las compras efectuadas con tarjetas por sus clientes no sólo se les hace muy cuesta arriba, sino también riesgoso en términos financieros.

Es así que deben salir a tentar a los consumidores con beneficios por pagos al contado y llevarlos a que tengan que optar entre dos precios: el de lista y el cash.

- El primero (más "inflado") incluye el costo que el comerciante debe pagarle a la emisora del plástico. Es, además, la referencia que suelen utilizar para idear los planes de pago.

- El de contado, en cambio, está "limpio" de esta comisión. Y suele contemplar además una reducción bastante cercana a la tasa que cobra el banco por el descubierto, ya que hacerse de ese cash les permite bajar ese gasto.

A estas dos variantes se les suma otra que combina a las anteriores y que suelen utilizar los puntos de venta que trabajan con un solo precio al público: aplicarle al valor de contado un tipo de interés creciente en función de la cantidad de cuotas.La licuación de la cuota, ¿verdad o mito?

En la elección de estirar el pago en varios meses subyace la idea de que los mismos se irán "licuando" mes a mes. Sin embargo, en la práctica, puede no ser así.

Es que si la cuota se mantiene constante pero el sueldo también (ya que en general se ajusta una o dos veces al año), entonces ese pago mensual sigue "comiendo" lo mismo del presupuesto.

Esa proporción recién se verá reducida cuando se efectivice la nueva mejora, para luego mantenerse invariable hasta el próximo "retoque".

Como contrapartida, el resto de los bienes y servicios que conforman la canasta de consumo irá "comiendo" una porción mayor del ingreso.

Y, al sacarle un "pedazo" más grande, entonces va reduciendo el dinero disponible para afrontar las deudas.

Esa restricción presupuestaria hace crecer la tentación de no cancelar la totalidad del saldo de la tarjeta a fin de mes, lo que a su vez genera otro inconveniente mayor.

Concretamente, que se termine pagando un costo financiero total superior al 50% anual.

Por cierto esa pesada carga termina erosionando el beneficio asociado con el "cuoteo sin interés" que se perseguía inicialmente.Los costos ocultos

La decisión de qué alternativa de pago elegir dependerá del monto, de la magnitud de la rebaja, de las posibilidades reales para "abrochar" la operación de una sola vez, y del costo de oportunidad de una u otra alternativa.

Por estos días, resulta habitual encontrar carteles en los negocios promocionando descuentos por pago en efectivo de entre el 10% y el 25%.

Para el cálculo del interés implícito en cada operación, es necesario conocer el precio al contado, el de lista, el número de cuotas y el monto de cada una.

A modo de ejemplo, pueden analizarse algunas alternativas. Como la de qué sucede si el descuento es del 10%, 20% y 25% y se opta por no aceptarlo y cancelar la compra en 3 o en 12 cuotas.

1. Cuotas versus 10% de descuento

Si el valor del producto es de $1.000, entonces las opciones son:

- Desembolsar $900 en efectivo.

- Optar por tres cuotas de $333,3.

- Recurrir a doce pagos mensuales de $83,3.

Cada una tiene asociada una relación de pérdida-beneficio, en la que entra a jugar el llamado costo de oportunidad.

El mismo, que muchas veces no es tenido en cuenta, se vincula con el hecho de no aprovechar esa rebaja.

- En caso de elegir las tres cuotas, será del 5,5% mensual (lo que pierde el cliente de ganar con la rebaja ofrecida).

- Si el plazo se extiende a doce, baja a la tercera parte: 1,8% mensual. Es decir, a una cifra algo más cercana a la inflación mensual.

De modo tal que quienes suponen que la inflación "todo lo paga" deben saber que esta premisa no se cumple ante una reducción del valor por uso del cash como la descripta.2. Cuotas versus 20% de descuento

Si el comercio ofrece una quita del 20%, entonces el costo de oportunidad (asociado a no aceptar esa rebaja) se duplica.

- De elegir tres cuotas, se eleva hasta un insólito 12% mensual.

- En la opción de doce meses pasa a ser del 3,6% (43% anual), por encima de la inflación esperada.

Es decir que las tasas que se terminan convalidando son demasiado altas, medidas en costo de oportunidad.

Como suele no contemplarse este efecto, se opta por el uso del plástico aunque financieramente no sea lo más conveniente.3. Cuotas versus 25% de descuento

En el caso de un beneficio mayor, como es el de un 25%:

- Para las tres cuotas, el interés mensual trepa a un insólito 16%.

- Para los doce pagos desciende al 4,7% (también por encima del índice inflacionario esperado).

Es, precisamente, este elevado costo "oculto" el que lleva a varias entidades de Defensa del Consumidor a elevar sus voces pidiendo cautela a la hora de elegir que opción para financiarse.

Héctor Polino, de Consumidores Libres, sostiene que si bien muchas propuestas a primera vista parecen convenientes pueden no serlas en absoluto.

"El precio real es el de pago en efectivo con descuento. El de lista, que es mucho más alto, se termina convirtiendo en un recargo encubierto para las compras con tarjeta", afirma.

¿Qué dice la legislación?

En su artículo 37, la Ley de tarjetas de crédito que lleva el N° 25065, especifica que el comercio está obligado a no efectuar diferencias de precios entre operaciones al contado y con tarjeta.

Puede cobrar intereses con la de crédito pero deben constar en el precio final.

La Ley N° 5008 de la Ciudad de Buenos Aires establece una obligación similar: no efectuar distinciones en transacciones pactadas en cash y con tarjeta, ya sea de crédito o de débito.

Añade que esta restricción no aplica cuando tal diferenciación sea efectivamente favorable al usuario, debiéndose en este caso exhibir el precio en moneda de curso legal y de contadoEl efecto psicológico de pagar al contado

Según un reciente estudio de la Universidad de Toronto Scarborough "abonar efectivo es más doloroso pero, a diferencia del uso del plástico, hace sentir mejor al cliente".

"La forma de pago influye claramente en el valor posterior que la compra tiene para el consumidor, incluso cuando el costo monetario sigue siendo constante", afirma el estudio publicado en el Journal of ConsumerResearch.

Finalmente, agrega que el uso de dinero en efectivo o cheque parece aumentar el "dolor psicológico o sacrificio del acto de comprar y crea más afinidad con el producto o marca".Cuando lo barato sale caro

Más allá de lo que pueda decir la publicidad o el cartelito con el precio del bien que se desea adquirir, debe tenerse bien en claro que toda compra con tarjeta tiene su costo.

Esto, debido a que las entidades cargan gastos de mantenimiento del servicio, envío del resumen y seguros que se aplican sobre el servicio.

Es por ello que siempre hay que tomar en cuenta el denominado costo financiero total (CFT) y no la tasa nominal anual (TNA), ya que el primero incluye todos estos aspectos en el monto final a pagar.

Una buena práctica licuar dicho costo es utilizar sólo una tarjeta para compras a plazo.

Es que si se utilizan plásticos de diferentes bancos (algo común en función de las diferentes promociones), se estará abonando la suma de todos esos cargos en forma separada.

En todos los casos, hay que tener cuidado con el "efecto acumulación", ya que el elevado monto del resumen puede obligar a tener que optar por el pago mínimo o por una cancelación parcial.

En estos casos, loselevados interesesterminan anulando las ventajas que se perseguían con la compra.

"El beneficio de las tarjetas de crédito tiene sus riesgos. Muchas personas terminan acumulando enormes saldos en sus resúmenes que hasta pueden sobrepasar el nivel de sus ingresos corrientes. Más aún si usan varios plásticos", advierte Nery Persichini, economista de Inversor Global.

"Las entidades castigan a quienes no cancelan la totalidad del resumen con tasas que duplican la inflación", completa.

Por esta razón, recomienda a quienes utilizan esta modalidad de financiamiento "evitar entrar en un círculo vicioso de deudas, del que luego se hace cada vez más difícil salir".

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