Sturzenegger obligado a un wait and see con las tasas por rebote del dólar y efecto Brexit
En los últimos meses, los días martes ya se convirtieron en un "clásico" de la city, por la expectativa que genera las licitaciones de Letras del Banco Central donde se fijan las tasas de interés referenciales para la economía.
Pero la colocación de esta jornada acaparará todas las miradas y le da un toque de "pimienta" al plan de Sturzenegger de continuar reduciendo las tasas de las Lebacs, ya que su argumento siempre fue que para este descenso seguía detenidamente la evolución bajista de la inflación.
El contexto para generar la baja de 6,5 puntos porcentuales en el último mes y medio, hasta el actual nivel de 31,5% para el corto plazo, era favorable, ya que se hizo en un momento en el que el tipo de cambio se desplomaba constantemente y caía por debajo de los $14, aspecto que atentaba seriamente contra la competitividad de la industria nacional.
Por ende, la intención del Gobierno también era que el valor de la moneda estadounidense retome su alza. Y la preocupación por este piso fue tal, que el BCRA salió a comprar un gran volumen de divisas para forzar esa suba.
El problema ahora es que el dólar se despertó "sin anunciarlo" y con fuerza en los últimos días, por la incertidumbre mundial tras la salida de Inglaterra de la Unión Europea (Brexit), y también por la mayor demanda de bancos locales como cobertura de posiciones y la menor liquidación de divisas de los agroexportadores.
Así, en las últimas siete jornadas hábiles el mayorista trepó casi 10%, ya que pasó de $13,75 a los $15,30 del cierre del lunes.
Por lo tanto, ahora se dio vuelta la situación: Sturzenegger está preocupado por esta alza. De hecho, en las últimas dos jornadas bancos oficiales salieron a vender un total de u$s280 millones para intentar frenar la escalada de la divisa.
Según la Consultora Ledesma, el Banco Central "venía buscando hace rato que la cotización del dólar se 'despierte', ya que desde fines de abril el Tipo de Cambio Nominal (TCN) mayorista venía coqueteando con el piso de lo que en la práctica el propio BCRA consolidó como su banda de flotación implícita de entre $14 a $16" por cada unidad estadounidense.
El gran inconveniente, según Gabriel Caamaño Gómez, economista de dicha consultora, es que la entidad monetaria "no quiere un tipo de cambio de $16 en este momento, ni que se mueva muy bruscamente ya que el inversor va a mirar que la tasa en pesos ahora no es atractiva, como sucedió en el verano pasado".
El punto positivo a esa situación es que esta aumento de precio en el billete "le dará margen al BCRA para intervenir en el mercado de cambios sin costos de reputación", considera el economista Hernán Hirsch, director de FyEConsult.
¿Y las tasas?
En este marco de dólar recalentado, el gran interrogante es si el Banco Central pretenderá seguir quitándole atractivo a las inversiones en pesos y, en consecuencia, si seguirá o no bajando las tasas este martes
En resumen, a partir de mayo, el BCRA intentó hacer subir la demanda de dólares, y por ende su precio, al desalentar cada semana los rendimientos en pesos por medio de la fuerte baja de tasas.
Ahora cambió la situación ya que el valor del billete verde avanza con agresividad hacia los $16, y esto tampoco es cómodo para Sturzenegger.
Según un ejecutivo de un importante banco privado consultado por iProfesional, "es muy probable que el Banco Central mantenga la tasas sin cambios este martes para evaluar el comportamiento del dólar en los próximos días, sobre todo en medio de tanta incertidumbre mundial".
Incluso, agrega la fuente, "podría jugarse a bajar 25 puntos básicos para demostrar como señal que su mirada no está fijada en el dólar, sino en lo que sostiene desde hace tiempo: en la baja de la inflación".
Para Hirsch, la licitación de Lebacs será relevante para dar una "señal al mercado de cambios". Sin embargo, también afirma que de no mediar "sorpresas", es más probable que condicione tendencia, pero no que la revierta.
Aunque este economista considera que si el Banco Central mantiene las tasas, se debatirá sobre la "sintonía fina" de su política, que apunta a estabilizar la relación "tasas-dólar", con un tipo de cambio que tiene fluctuación propia.
Si la autoridad monetaria reduce nuevamente las tasas en este contexto, "la dinámica alcista actual del dólar se mantendrá", enfatiza el analista de FyEConsult.
Para el corto plazo, cuando dentro de unos días haya un panorama más claro sobre el impacto del Brexit en la Argentina, las expectativas son que las tasas sigan en descenso pero que tengan un recorrido más acotado y se estabilicen en torno al 30%, opina el economista Gastón Rossi.
Claro, la gran pregunta es saber qué ocurrirá si el precio del dólar volviese a saltar este martes.
Desde la city, los expertos opinan que "sería una locura" si Sturzenegger decide cambiar su estrategia y subir las tasas para volver hacer atractivo al peso, porque marcaría un mensaje contradictorio en su política monetaria ya que "viene sosteniendo que su mirada se enfoca en la inflación y que no se preocupa por el tipo de cambio".
De acuerdo a lo que comunicó el propio Banco Central en la última licitación, respecto a su estrategia, "las decisiones de política monetaria seguirán buscando una tasa de interés real esperada positiva, que de lugar a la desinflación pautada".
Existe un consenso entre los analistas que no hay más margen para una suba desordenada del dólar. Sobre todo porque en Argentina ya se puede decir que "es ley" que cuando el billete estadounidense sube, la gente se asusta y sale a comprar.
Para los banqueros de la city, se prevé que en julio los agroexportadores liquiden un monto importante de divisas que mantendrían controlada la situación. "Hoy hay exceso de dólares en la Argentina", dicen.
Esto, al menos, le permitiría sostener a Sturzenegger su política monetaria de retroceso de tasas, que desde inicios de mayo ya bajaron del 38% al actual 31,5% anual, y cuyo objetivo sería ubicarlas en torno al 30% o menos.
Aunque el presidente del Central afirmó una gran cantidad de veces que no mira el dólar, y que sólo le interesa el comportamiento de la inflación, el rebote del billete estadounidense y la situación mundial compleja por el Brexit lo obligarán a hacer un "wait and see" para no cambiar el rumbo de su política monetaria. Y no repetir la experiencia negativa que tuvo el verano pasado.